El Sevilla derrota en el Pizju¨¢n (2-1) a un Barcelona sin manos ni pies
Al equipo de Emery les bastan seis minutos para batir a un rival d¨¦bil en las ¨¢reas y sin suerte en el remate. Khron Delhi, Iborra y Neymar, este ¨²ltimo de penalti, los goleadores
El Bar?a se ha olvidado de las ¨¢reas, los centrocampistas son escasos y est¨¢n mal repartidos y no tiene soluciones individuales por la ausencia de Messi y la discontinuidad de Neymar. No es un problema de portero sino de juego, de futbolistas y de fortuna, peleado como est¨¢ con los palos, negado tambi¨¦n ayer Luis Su¨¢rez. Hoy es un equipo despersonalizado y desfigurado que penaliza ante cualquier rival que tenga un poco de paciencia, de punter¨ªa y de suerte, por m¨¢s disminuido y contrariado que le hayan dejado las lesiones, como es el Sevilla. A los muchachos de Emery, por fin ganador ante el Bar?a despu¨¦s de una serie de 20 partidos, les alcanz¨® con un arrebato de seis minutos para cantar una victoria recibida con tambores en Nervi¨®n. No ganaba el Sevilla al Bar?a desde que Alves vest¨ªa la zamarra del club andaluz y se desped¨ªa Ronaldinho del Camp Nou.
SEVILLA, 2 - BARCELONA, 1
Sevilla: Sergio Rico; Coke, Andreolli, Kolodziejczak, Tremoulinas (Mariano, m. 88); Krychowiak, Iborra (Reyes, m. 70); N'Zonzi, Krohn-Dehli, Vitolo; y Gameiro (Llorente, m. 73). No utilizados: Soria; Crist¨®foro, Reyes, Konoplyanka y Inmobile.
Barcelona: Bravo; Sergi Roberto, Piqu¨¦, Mathieu (Alves, m. 60), Alba; Rakitic, Mascherano, Busquets; Munir (Sandro, m. 60), Luis Su¨¢rez y Neymar. No utilizados: Ter Stegen; Douglas, Bartra, C¨¢mara y Gumbau.
Goles: 1-0. M. 52. Krohn-Dehli. 2-0. M. 58. Iborra. 2-1. M. 75. Neymar, de penalti.
?rbitro: Gil Manzano. Amonest¨® a Krychowiak, Andreolli, Busquets, Kolodziejczak, Mathieu, Alba, Tremoulinas, Llorente.
S¨¢nchez Pizju¨¢n. 39.374 espectadores.
A los azulgrana les cuesta Dios y ayuda meter un gol y por el contrario rehabilitan al adversario m¨¢s necesitado por su manifiesta flojera defensiva, decisiva nuevamente en un partido disparatado, susceptible de admitir cualquier marcador, incluso la victoria del Bar?a, al final m¨¢s melanc¨®lico todav¨ªa que el desbravado y tambi¨¦n m¨¢s efectivo Sevilla. El encuentro tuvo momentos aborrecibles e instantes de especial emotividad, con un intercambio sobresaliente de oportunidades, se?al de la inestabilidad emocional de los contendientes, entregados a un ejercicio de supervivencia y de necesidad, todo car¨¢cter, muy poca finura, nada que ver cuando se bat¨ªan a goles por la hegemon¨ªa futbol¨ªstica como pas¨® en la Supercopa de Europa.
Ahora mismo es tan dif¨ªcil reconocer al Bar?a como al Sevilla. Ambos han perdido identidad y consistencia, los lesionados son muchos e importantes en los dos bandos y los entrenadores est¨¢n de u?as con los periodistas, tambi¨¦n los de Barcelona, que ya no viajan con la expedici¨®n oficial por deseo de Luis Enrique. Al entrenador le ha dado por poner a un medio centro como Busquets de interior izquierdo para que Mascherano juegue de pivote y a Emery le gusta recurrir como segunda punta al grandull¨®n Iborra. Aunque ninguno de los dos movimientos parece muy ortodoxo, las hinchadas asumen que se trata de soluciones temporales a problemas coyunturales, igual de severos en Sevilla que en Barcelona. Hasta los porteros son intercambiables, como se vio en el marco azulgrana, ayer defendido por el recuperado Bravo.
Juegan el Sevilla y el Barcelona con el retrovisor, muy pendientes de sus ¨¢reas, vulnerable la catalana en la estrategia y muy permeable la andaluza ante el f¨²tbol entrel¨ªneas de Munir y Neymar. Las concesiones fueron mutuas y muy significativas desde el inicio por la tiritona de las defensas, la del Bar?a presidida por un abucheado Piqu¨¦. El central estuvo igual de torpe en la raya de gol propia que en la contraria, como se advirti¨® en una falta de Neymar que dio en el palo y despu¨¦s en el portero para recorrer m¨¢s tarde la l¨ªnea de meta ante la mirada compasiva del zaguero del Bar?a: nadie hubiera dicho que en juego estaba el 0-1 ante la actitud de Piqu¨¦. Ante la falta de control y dada la p¨¦rdida reiterada del bal¨®n, el gol pod¨ªa caer por igual en el marco de Bravo que en el de Sergio. Ni siquiera atinaba Luis Su¨¢rez en situaciones de ventaja ante los flojos centrales del Sevilla.
Al Bar?a se le hace muy largo el campo ¨²ltimamente mientras que al Sevilla le costaba encontrar la porter¨ªa a pesar del inter¨¦s de Gameiro. La diferencia es que los locales remataban cuantas jugadas generaban y los visitantes siempre marraban el tiro, imprecisos, nada concretos, muy pendientes de los arabescos de Neymar. Iba y ven¨ªa la pelota, como si el partido se jugara a la ruleta rusa, una suerte extra?a y contraproducente en un Bar?a sin fluidez, ni velocidad de bal¨®n ante el Sevilla. No hab¨ªa m¨¢s futbolista en el campo que Gameiro y bien que se not¨® en el gol de Krohn-Dehli, que cruz¨® a la red el centro del franc¨¦s, imponente en su carrera ante Alba y Mathieu despu¨¦s de ser habilitado por Vitolo. El partido qued¨® a merced del Sevilla, que rubric¨® la victoria con un remate de Iborra en una jugada de Krohn-Dehli, tan discontinuo como oportuno en el Pizju¨¢n.
Sergio Rico sac¨® tres tiros
El segundo gol despabil¨® al Bar?a, especialmente a Luis Enrique, que cambi¨® para remontar con la entrada de Alves y Sandro, y a Neymar, m¨¢s din¨¢mico y acertado, reiterativo en los disparos ante Sergio Rico. El portero sac¨® tres remates consecutivos en un minuto antes de tomar un gol de penalti por manos de Tremoulinas. Neymar acert¨® por fin desde los once metros, una distancia que no tiene bien medida el Bar?a: tres fallos sobre cinco penaltis. No tienen suerte los azulgrana, que volvieron a rematar a la madera por cuarta vez en el partido en un chut a bocajarro de Sandro. Ya no hubo otro tiro limpio sino que los chuts solo encontraron las piernas del Sevilla. A diferencia del choque con el Bayer, ayer no les bast¨® a los azulgrana con el coraje, con el esp¨ªritu de Luis Enrique, sino que penalizaron por sus desajustes y desconexiones ante un bravo Sevilla.
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