Australia castiga los errores de los Pumas
Los ¡®Pumas¡¯ pierden las semifinales del Mundial de rugby ante una Australia que se apoy¨® en su defensa
Argentina pag¨® muy caro sus errores en la segunda semifinal del Mundial de Rugby y los Pumas no pudieron remontar ante Australia, que domin¨® el marcador (29-15) desde el principio y se jugar¨¢ la octava copa Webb Ellis contra Nueva Zelanda. Australia aprovech¨® todos los grandes fallos de los albicelestes a la hora de atacar y se apoy¨® en su gran defensa para evitar que su rival se acercara a menos de cinco metros de su zona de marca. El ¨²nico consuelo que le queda a los argentinos es el que el viernes podr¨¢ vengarse de su verduga de 2007, Sud¨¢frica.
El partido disputado en Twikenham se presentaba como muy igualado, incluso los aficionados australianos reconoc¨ªan sino miedo s¨ª mucho respeto por los Pumas. Fuera por los nervios o por inexperiencia, los hombres de Daniel Hourcade cometieron dos errores en los primeros 10 minutos que terminaron en ensayo transformado de los Wallabies y les hizo ir a remolque todo el encuentro.
El primero fue del apertura Nicol¨¢s S¨¢nchez, que hasta el minuto uno de esta segunda semifinal estaba completando un torneo inmaculado. A la salida de un agrupamiento, el apertura dio un pase al interior directamente a las manos del australiano Rob Simmons, que no tuvo oposici¨®n para anotar bajo palos. El segundo fall¨® fue del joven Santiago Cordero, que por intentar sacar r¨¢pido se le escurri¨® el bal¨®n de las manos a menos de diez metros de su l¨ªnea de marca. Tras la primera mel¨¦ de la tarde, Australia jug¨® r¨¢pido por el lado estrecho y Ashley Cooper se lanz¨® para demostrar a los argentinos que su sue?o de disputar su primera final iba a ser tan duro como hace ocho a?os.
El campamento puma se recompuso y tras recortar diferencias gracias al pie de S¨¢nchez, demostr¨® que la diferencia en el juego no es tanta. Pese a que los australianos no les dejaban desplegar su juego abierto, gracias a una defensa aguerrida, los argentinos siguieron intentando y provocaban golpes de castigo del contrario cada vez que llegaban a campo contrario. El ¨²nico momento en el Australia tuvo una clara superioridad en el juego fue cuando ten¨ªan uno m¨¢s en el campo tras la amarilla que vio el segunda l¨ªnea Tom¨¢s Lavanini. En esos 10 minutos, los del jersey de oro marcaron un tercer ensayo. Al descanso, pese a lo que se pod¨ªa temer nada m¨¢s iniciarse el duelo, la diferencia era de 19-9.
Incluso cuando el f¨ªsico de los titulares flaqueaba, se retiraron lesionados el capit¨¢n Agust¨ªn Creevy, el ala Juan Immoff y el centro Juan Mart¨ªn Hern¨¢ndez, los suplentes argentinos manten¨ªan a raya a los Wallabies. Rara vez consegu¨ªan los potentes tres cuartos dorados romper l¨ªnea de ventaja. Mientras que los escurridizos backs albicelestes crearon m¨¢s de un problema a la ¨²ltima l¨ªnea australiana. Solo la precipitaci¨®n y la falta de apoyo evitaron que el r¨¦dito del juego argentino fuera mayor.
Cuando los argentinos encontraban compa?eros cerca, Australia reculaba y sufr¨ªa. Adem¨¢s el mal d¨ªa con el pie del apertura Bernard Foley, permiti¨® a Argentina mantenerse en el partido gracias a que S¨¢nchez no vio su precisi¨®n afectada por el tempranero error.
Pero, cuando mejor estaban los Pumas, que hab¨ªan encerrado a los Wallabies en su campo, lleg¨® un nuevo fall¨®. Esta vez fue un mal placaje en el centro del campo, que permiti¨® que el veterano Drew Mitchell llegara a cinco metros del ensayo sin que nadie pudiera pararle y cedi¨® para que Adam Ashley-Cooper marcara su tercer ensayo de la tarde. Igual que en cuartos contra Escocia, en el momento decisivo, Foley no fall¨® y volvi¨® a dejar a argentina 14 puntos por detr¨¢s a falta de seis minutos.
Pese a que los Pumas, alentados por la bulliciosa afici¨®n argentina en Londres, lo intentaron hasta el ¨²ltimo minuto. Buscaron el ensayo con ah¨ªnco pero no era su d¨ªa y cuatro errores ante la Australia m¨¢s experimentada de un Mundial supusieron cuatro ensayos y volver a tener que esperar cuatro a?os para jugar una final de un Mundial.
El partido del desconsuelo
Si el s¨¢bado el seleccionador sudafricano Heyneke Meyer afirm¨® que la pasi¨®n que le despierta el partido por el tercer puesto es la misma que ¡°besar a una hermana¡±, ayer el capit¨¢n argentino, Creevy, y el entrenador, Hourcade, sus rivales el viernes, han afirmado que para ellos es una final y que la jugar¨¢n como tal. "Para m¨ª significa mucho. Es nuestro siguiente objetivo", afirm¨® Creevy.
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