El activista David Pocock, la gran baza de Australia
Tras defender los enlaces homosexuales y encadenarse por el medio ambiente, el imponente flanker pone en valor la vida fuera del rugby
Resulta parad¨®jico que el jugador m¨¢s categ¨®rico del Mundial no quiera que se le recuerde como por su legado en el rugby. ¡°He amado este juego y estoy muy agradecido por la oportunidad que se me ha dado, pero soy muy consciente de que cuando acabe, es solo un juego. Est¨¢ ah¨ª para disfrutarlo, pero hay muchas otras cosas en la vida que perseguir un bal¨®n de rugby¡±. Habla David Pocock, el term¨®metro de Australia. Para ¨¦l, su lucha por robar cada bal¨®n es tan solo una categor¨ªa de su curr¨ªculum. Un tipo que ha escalado el Kilimanjaro, ha sido detenido por una protesta en favor del medioambiente, enemigo de la homofobia hasta el punto de no firmar sus papeles de boda hasta que el matrimonio homosexual sea legal en el pa¨ªs¡ es la gran esperanza de los Wallabies para discutir a Nueva Zelanda el cetro mundial este s¨¢bado (17.00).
D¨ªa y medio despu¨¦s de actuar de verdugo en la eliminaci¨®n de Argentina, Pocock no pod¨ªa ocultar sus heridas de guerra. Su nariz hab¨ªa perdido la rectitud; bajo sus ojos campaban dos grandes moratones y en su perfil izquierdo ten¨ªa una costra reciente. Tal era su estado que el jefe de prensa de Australia, el exjugador Adam Freier, brome¨® en su presentaci¨®n: ¡°Este es David Pocock, pero en estos momentos no se parece a ¨¦l¡±. Son golpes rutinarios para un jugador habituado a las magulladuras de la tercera l¨ªnea, el breakdown.
David pone la cabeza en lugares muy peligrosos, y consigue llevarse el bal¨®n" Michael Hooper., jugador de Australia
¡°David pone la cabeza en lugares muy peligrosos, y consigue llevarse el bal¨®n¡±, analiza su compa?ero Michael Hooper. Las estad¨ªsticas son demoledoras. Ha provocado 14 p¨¦rdidas en el Mundial, cinco m¨¢s que su inmediato perseguidor. Nadie tiene m¨¢s presencia en el ruck, en esa lucha infatigable por hacerse con el bal¨®n entre los cuerpos de sus rivales. Por si fuera poco, ha anotado dos ensayos. El gran tercera de su tiempo, el capit¨¢n neozeland¨¦s Richie McCaw, no ha tenido un impacto num¨¦rico parecido.
Imprescindible en Australia, los sue?os de Pocock empezaron en ?frica. El flanker, de 27 a?os, naci¨® en Zimbabue y se enamor¨® del rugby cuando Sud¨¢frica gan¨® a los All Blacks en la final de 1995. ¡°Ese partido despert¨® algo en m¨ª¡±, explica. Creci¨® idolatrando a Bobby Skinstad, un tercera nacido en Zimbabue que lleg¨® a capitanear a Sud¨¢frica a principios de siglo. Su vida cambi¨® cuando ten¨ªa 14 a?os, forzado a emigrar del pa¨ªs despu¨¦s de que expulsaran a su familia de la granja en la que trabajaban. Pondr¨ªan rumbo a Brisbane en una experiencia migratoria que le supuso un trastorno alimenticio. ¡°Era muy estricto con la comida y, mirando las fotos, estaba rid¨ªculamente delgado, pero en mi cabeza no era suficiente. Romp¨ªa a llorar cuando mi familia iba a cenar fuera¡±, explic¨® en su biograf¨ªa, Openside: My Journey to the Rugby World Cup. Recuperado de la experiencia, coron¨® el Kilimanjaro, el pico m¨¢s alto de ?frica (5.895 metros).
Nominado a jugador del a?o en 2010 y 2011, su fugaz despegue iba sobre ruedas hasta que su rodilla amenaz¨® seriamente su carrera. Poco despu¨¦s de ser elegido capit¨¢n de los Wallabies, en 2012, pas¨® por el quir¨®fano para una delicada reconstrucci¨®n de rodilla. A los tres partidos de su reaparici¨®n se da?¨® el ligamento cruzado y volvi¨® a la mesa de operaciones. Tras dos a?os seriamente mermado, ha abrumado al mundo con su implacable f¨ªsico.
Aun as¨ª, quiere ser recordado por lo dem¨¢s. Y el activismo de Pocock lo abarca todo. En 2010 tuvo una ¡°ceremonia matrimonial¡± con Emma, su mejor amiga, pero se negaron a firmar su uni¨®n legal hasta que Australia reconozca el matrimonio homosexual. Tambi¨¦n es una figura activa en la lucha medioambiental. El a?o pasado fue detenido por encadenarse 10 horas junto a otros siete compa?eros contra la apertura de una mina de carb¨®n. ¡°Es algo que har¨ªa independientemente de cu¨¢l fuera mi trabajo¡±, sentenci¨® entonces.
Amante de la naturaleza, el magullado Pocock celebr¨® su victoria ante Los Pumas viendo dos documentales de fauna salvaje africana conducidos por el cient¨ªfico David Attenborough. ¡°Es un h¨¦roe para m¨ª. Si quiere venir a la final seguro que podemos gestionar las entradas. Ser¨ªa fant¨¢stico conocerle, es una leyenda¡±, subray¨® el flanker. En las ¨²ltimas fechas ha pedido en redes sociales la conservaci¨®n de los rinocerontes, quiz¨¢s por eso los periodistas le preguntaron ir¨®nicamente si los moratones bajo sus ojos eran una forma de proteger a los osos panda. ¡°No s¨¦ demasiado sobre pandas¡±, replic¨®. Denle tiempo.
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