Querido enemigo
Es curioso c¨®mo ciertas batallas son capaces de tejer, en ocasiones, hermosas amistades y lazos que perduran m¨¢s all¨¢ de la ¨²ltima parada, que bien podr¨ªa ser la cama de un hospital, una celda de m¨¢xima seguridad o un pulcro tanatorio. Hace poco le¨ª una entrevista concedida al periodista Marc Riera, all¨¢ por 2008, en la que el colosal Audie Norris rememoraba la amistad labrada a base de codazos y golpes en las costillas con su m¨¢s ¨ªntimo enemigo deportivo, Fernando Mart¨ªn. ¡°Eran duelos fenomenales, como dos gladiadores que se batieran en la arena de un circo¡±, confesaba el norteamericano al que Ram¨®n Mendoza se neg¨® a contratar solo un a?o antes de su aterrizaje en el Palau Blaugrana. ¡°Fernando y yo no ¨¦ramos solo adversarios en la pista. El d¨ªa de su muerte, yo perd¨ª a un amigo¡±.
El de hoy ser¨¢ el primer cl¨¢sico en mucho tiempo sin la presencia tot¨¦mica de Casillas y Xavi
El de esta tarde ser¨¢ el primer cl¨¢sico en mucho tiempo sin la presencia tot¨¦mica de Iker Casillas y Xavi Hern¨¢ndez encabezando las listas de convocados y portando los estandartes de sus respectivos bandos, casi como el padre Vallon y el Carnicero Bill Cutting en Gangs of New York pero sin conejos muertos.
Por primera vez en quince a?os, ambos equipos se enfrentan a sus m¨¢ximos rivales deportivos desprovistos de red, sin ning¨²n anclaje de seguridad que los proteja de la potencial ca¨ªda hacia el abismo que siempre implican los duelos en la cumbre. Si el portero fue capaz de mantener con vida a los suyos a base de paradas inveros¨ªmiles, casi milagrosas, en infinidad de envites, el centrocampista consegu¨ªa esconder la pelota al rival hasta obligarlo a preguntarse qu¨¦ tipo de guerra era aquella en que solo uno de los bandos dispon¨ªa de balas que disparar.
Ser¨¢ WhatsApp el encargado de sortear los campos y desearles que gane el mejor
Las suyas fueron dos historias escritas a la inversa pero con un n¨²mero de p¨¢ginas similar y un sinf¨ªn de ¨¦xitos ¡ªalgunos conjuntos¡ª como cosecha. Mientras que los inicios vertiginosos de Casillas lo elevaron a la santidad sin apenar haber recibido la primera comuni¨®n, para terminar sepultado bajo una losa de pitos que no pudo soportar, Xavi se curti¨® en el lodazal habitual del entorno azulgrana para despu¨¦s salir a hombros y bajo palio con sonoras palmadas en la espalda, esta vez sin pu?ales.
Por el camino fueron fraguando una amistad que a punto estuvo de desmoronarse durante aquella tormenta de cl¨¢sicos que no dej¨® un solo campanario en pie sobre la Pen¨ªnsula, y a la que solo le falt¨® un partido en Paracuellos del Jarama, si se me permite la exageraci¨®n, para asemejarse un poco m¨¢s a la Guerra Civil. Hoy ver¨¢n el partido por televisi¨®n, desde el exilio, e imagino que ser¨¢ WhatsApp el encargado de sortear los campos y desearles, como siempre, que gane el mejor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.