Muerte a la vieja FIFA

¡°Hay algo en una catarsis que es muy importante¡±. Glenn Close, actriz estadounidense.

Con los ¨²ltimos esta semana ya van 30 poderosos personajes de la FIFA que han sido imputados este a?o por la justicia de Estados Unidos. En paralelo, la justicia suiza ha iniciado un proceso criminal contra el presidente de la FIFA, Sepp Blatter, e investiga si Rusia y Qatar ganaron las elecciones para celebrar los mundiales de 2018 y 2022 con trampas. Seg¨²n el departamento de justicia en Washington, las cantidades que los diversos acusados han saqueado en sobornos, lavado de dinero y otras actividades normalmente asociadas con las mafias que trafican en drogas, prostitutas y refugiados supera los 200 millones de d¨®lares.

Si la FIFA fuera un gobierno en un pa¨ªs democr¨¢tico hace tiempo que hubiera ca¨ªdo; si fuese una empresa privada, estar¨ªa hundida. En ambos casos, sin posibilidad de redenci¨®n. ?Qu¨¦ hacer entonces? Pues primero, obviamente, liquidar a la FIFA. Ya. Ma?ana como muy tarde. Borrarla del mapa y empezar de nuevo, creando otra instituci¨®n que se encargue del bienestar, del bienhacer y de la prosperidad del deporte favorito de la humanidad.

Despu¨¦s habr¨ªa que nombrar un presidente para la nueva organizaci¨®n, alguien con experiencia y autoridad moral en el f¨²tbol organizado, como por ejemplo el veterano presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, ?ngel Mar¨ªa Villar. Pero hablando en serio, quiz¨¢ lo primero que deber¨ªa hacer la nueva FIFA ser¨ªa declarar nula la decisi¨®n m¨¢s manifiestamente disparatada, m¨¢s il¨®gica y m¨¢s inexplicable que tom¨® la vieja: conceder el Mundial de 2022 a Qatar.

Esto no es se?alar a Qatar como un pa¨ªs singularmente corrupto. Jugaron y ganaron seg¨²n las mismas reglas sucias que los dem¨¢s pa¨ªses, como Alemania y Sud¨¢frica, que han obtenido el derecho a celebrar mundiales desde que don Jo?o Havelangeone y don Sepp Blatterone asumieron las riendas de la FIFA en los a?os setenta. No. Esto es decir que cualquier ser humano al que le interese el f¨²tbol y tenga m¨¢s de cinco a?os de edad entiende que algo muy perverso tuvo que ocurrir para que 14 de los 22 miembros del ejecutivo de la FIFA votaran en 2010 a favor de que se celebrase semejante inmensidad de torneo en Qatar en junio, mes cuando la temperatura en aquel diminuto pa¨ªs puede llegar a los 50 grados.

Es verdad que ahora se ha tomado la decisi¨®n de hacer el Mundial de Qatar en diciembre, lo cual crear¨ªa un l¨ªo gordo para los calendarios de las grandes ligas europeas pero al menos minimizar¨ªa el n¨²mero de muertes por insolaci¨®n entre jugadores y p¨²blico. Pero eso no elimina la verdad de que, con un descaro ¨¦pico, la FIFA vot¨® inicialmente a favor de que se jugara en el desierto ¨¢rabe en verano. Ni ha dejado en el olvido que siete de esos 14 personajes que votaron por Qatar (entre ellos Michel Platini y Villar) han sido o imputados, o suspendidos o multados por irregularidades varias.

Es verdad que, por coherencia moral, tambi¨¦n se deber¨ªa anular el Mundial de Rusia en 2018 pero existe el problema pr¨¢ctico de que no hay tiempo para nombrar un nuevo pa¨ªs anfitri¨®n. Ir a por Qatar, en cambio, es log¨ªsticamente factible.

Ahora, para ser justos con Qatar, no hay porqu¨¦ eliminar toda posibilidad de lograr el gran sue?o de sus ciudadanos, todos los cuales (278.000) podr¨ªan caber en dos Camp Nou y un Bernab¨¦u. Se deber¨ªa permitir que participasen en una nueva ronda de votos para ver qui¨¦n se asigna el Mundial de 2022. Siempre y cuando, claro, se sepa por adelantado que un mundial catar¨ª se celebrar¨ªa en diciembre; que se har¨ªa un esfuerzo serio para evitar que mueran como moscas los nativos de Nepal y Bangladesh que trabajan en las obras para el Mundial; y que se tome plena conciencia de extra?ezas como que una de las siete ciudades que Qatar propone como sedes mundialistas es Al-Shamal, un lugar en el desierto donde se ha propuesto construir un estadio con aforo cuatro veces mayor que su poblaci¨®n permanente de 11.000 habitantes.

Si todo se pone sobre la mesa, hay un voto libre de sobornos y Qatar vuelve a ganar, perfecto. A festejarlo. Pero, antes, que la nueva FIFA empiece su necesaria misi¨®n limpiadora con nuevas elecciones para el Mundial de 2022: el mejor ejemplo de buena fe que nos podr¨ªa ofrecer a los cientos de millones cuyo favorito pasatiempo y principal consuelo en la vida es el f¨²tbol.