Pistorius: castigo acorde al crimen
La justicia sudafricana se corrige y condena al exatleta por asesinato La familia del corredor asegura que flirte¨® con la idea del suicidio durante el juicio
Nace con una deformaci¨®n gen¨¦tica de los tobillos y los pies; a los once meses le amputan las piernas debajo de las rodillas; inspira al mundo entero cuando corre los 400 metros en los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres de 2012; seis meses despu¨¦s, antes del amanecer en el d¨ªa de San Valent¨ªn, mata a balazos a una bella modelo de la que se hab¨ªa enamorado; el 11 de septiembre de 2014 una juez le condena a cinco a?os de prisi¨®n por homicidio involuntario; sale de la c¨¢rcel un a?o despu¨¦s y pasa a arresto domiciliario; seis semanas m¨¢s tarde, el jueves pasado, un tribunal de apelaci¨®n anula la sentencia de primera instancia y lo declara culpable de asesinato, por lo cual recibir¨¢ a principios del a?o que viene una nueva sentencia de al menos 15 a?os en prisi¨®n.
Esta es la casi hom¨¦rica historia del atleta ol¨ªmpico y paral¨ªmpico sudafricano Oscar Pistorius. Acab¨® con la vida de Reeva Steenkamp y destruy¨® la suya. Lo que ni la justicia sudafricana ni nadie sabr¨¢ nunca, a no ser que un d¨ªa Pistorius haga una dram¨¢tica confesi¨®n, es la respuesta a la pregunta que medio mundo se ha hecho desde que dispar¨® cuatro balas el 14 de febrero de 2013 a trav¨¦s de la puerta cerrada de un ba?o en su casa, matando a Steenkamp: ?la asesin¨® intencionalmente o no?
La interpretaci¨®n de asesinato que hizo el Tribunal Supremo de Apelaci¨®n de Sud¨¢frica la semana pasada fue otra.
El tribunal declar¨® que la juez Thokozile Masipa se equivoc¨® cuando concluy¨® el juicio original con un veredicto de homicidio involuntario: que Pistorius tuvo la intenci¨®n de disparar, no de matar. Pero, bas¨¢ndose en las pruebas presentadas por la fiscal¨ªa, el tribunal de apelaci¨®n tampoco pudo satisfacer los deseos de los muchos millones espectadores mundiales del drama, que siguen convencidos de que Pistorius quiso matar a la mujer que dijo amar, con la que hab¨ªa programado unas lujosas vacaciones en Italia para el verano de 2014, y con la que se hab¨ªa querido casar.
El tribunal se qued¨® a medio camino. No cuestion¨® la versi¨®n a la que Pistorius se aferr¨® desde minutos despu¨¦s del crimen hasta la conclusi¨®n del juicio: que se imagin¨® que detr¨¢s de la puerta del ba?o hab¨ªa un intruso desconocido. Dispar¨® a matar pero no a Steenkamp, afirm¨® la sentencia del tribunal, sino a ¡°alguien¡±, al ser humano que Pistorius cre¨ªa ¡ªeso s¨ª lo reconoci¨®¡ª que se escond¨ªa detr¨¢s de la puerta.
Seg¨²n la categor¨ªa de asesinato de la que el tribunal declar¨® culpable a Pistorius, no es necesario que ¡°el autor sepa o aprecie la identidad de la v¨ªctima¡±. Pistorius cometi¨® un asesinato de la misma manera que un criminal mata a alguien en el curso de ¡°un tiroteo salvaje¡± durante un asalto armado a un banco. O, como se explic¨® en la sentencia: ¡°Una persona que causa que una bomba explote en un lugar lleno de gente seguramente ser¨¢ ignorante de la identidad de sus v¨ªctimas; sin embargo, habr¨¢ tenido la intenci¨®n de matar a aquellos que podr¨ªan morir como consecuencia de la explosi¨®n¡±.
No se ha despejado la gran duda que ocupa el coraz¨®n del caso, pero la familia de Steenkamp se declar¨® satisfecha con el veredicto del tribunal de apelaci¨®n. La madre, June Steenkamp, dijo: ¡°Considero que esta es la verdad. Y se lo debemos al sistema de justicia y a Dios¡±.
Pistorius, ¡°devastado¡± seg¨²n el que fue su agente cuando corr¨ªa, sentir¨¢ hoy que el sistema de justicia y Dios le han abandonado. El exatleta (podemos tener la seguridad de que no volver¨¢ a correr) es un creyente cristiano, un asiduo lector de la Biblia que nunca ha dejado de rezar desde el d¨ªa de la tragedia. Fue su profunda fe, seg¨²n me cont¨® su t¨ªo Arnold, lo que le impidi¨® caer en la tentaci¨®n de suicidarse durante el intervalo de un a?o entre la muerte de Steenkamp y el comienzo del juicio. Pero se lo pens¨® seriamente.
Arnold Pistorius, en cuya casa Oscar ha vivido todo el tiempo que no ha estado en la c¨¢rcel desde que mat¨® a su novia, me cont¨® que ley¨® que en Estados Unidos el 20% de personas que matan a un ser querido, por el motivo que fuera, acababan suicid¨¢ndose. Vio en su sobrino se?ales de que podr¨ªa optar por este camino. Yo tambi¨¦n las vi.
Una sombra de lo que fue
La primera vez que lo conoc¨ª, en septiembre de 2013, cinco meses antes del comienzo del juicio, estaba sentado en un largo sof¨¢ de cuero con la cabeza en el hombro de su t¨ªa. P¨¢lido y delgado, la sombra del musculado atleta que hab¨ªa triunfado en Londres en 2012, ten¨ªa el aspecto de un ni?o de cinco a?os al que se le acaba de morir su perrito. Intentaba conversar con ¨¦l pero cuando me respond¨ªa lo hac¨ªa con gemidos o monos¨ªlabos, con la voz tr¨¦mula. Daba la impresi¨®n de que en cualquier momento se derrumbar¨ªa sobre el pecho de su t¨ªa llorando.
Haza?a deportiva sin precedentes
- Oscar Leonard Pistorius
naci¨® en Sandton, el barrio m¨¢s blanco de Johanesburgo, en 1986.
A los 11 meses le amputaron las dos piernas para subsanar su falta cong¨¦nita de peron¨¦s.
Armado de pr¨®tesis de titanio acudi¨® a los Juegos Paral¨ªmpicos de 2004 y gan¨® el oro en 400 metros con un tiempo de 46,34 segundos.
La IAAF le declar¨® inelegible para participar en los Juegos Ol¨ªmpicos de 2008, pero el TAD s¨ª lo autoriz¨®.
En 2012 se convirti¨® en el primer atleta con doble amputaci¨®n en estar en una cita ol¨ªmpica. Compiti¨® en las semifinales de 400 metros. Hizo 46,54 segundos.
En aquel limbo de un a?o entre el crimen y el juicio, el presente era un infierno para Pistorius y el futuro no ofrec¨ªa ninguna posibilidad de alegr¨ªa o de redenci¨®n. No se suicid¨®, su t¨ªo consider¨®, por la fe que mantuvo en Dios y por la obligaci¨®n que sent¨ªa de no causar m¨¢s dolor a su familia.
Uno se pregunta qu¨¦ estar¨¢ pensando hoy, a los 29 a?os, la edad que Steenkamp ten¨ªa cuando la mat¨®. ?Estar¨¢ reclamando explicaciones a Dios? ?Estar¨¢ dudando, como confes¨® durante el juicio que a veces le ocurri¨®, de la propia existencia de un bondadoso ser celestial? ?Ver¨¢ alg¨²n sentido en seguir viviendo? Si estas preguntas se las hizo antes de que fuera declarado culpable de asesinato, antes de saber que le esperaba una larga estancia en la c¨¢rcel, es dif¨ªcil creer que no se las est¨¢ haciendo ahora. Y, m¨¢s a¨²n, tras la colosal decepci¨®n de haber pensado cuando sali¨® de prisi¨®n a mediados de octubre que por fin tendr¨ªa la oportunidad de intentar reconstruir su vida.
Tanto la libertad f¨ªsica como el consuelo moral que crey¨® haber descubierto tras aquel veredicto inicial de homicidio involuntario le han sido arrebatados. Cuando la juez dict¨® aquella generosa sentencia en septiembre de 2014, Pistorius le dijo a su abogado en voz baja: ¡°No me importa una mierda la condena que me d¨¦. No soy un asesino¡±. Ahora, seg¨²n la ley, lo es. Un h¨¦roe en su d¨ªa para millones, tendr¨¢ que convivir hasta el final de su vida con la verg¨¹enza, la humillaci¨®n y el dolor de saber que muchos de esos mismos millones en todo el mundo, entre los que se encuentra la familia de Steenkamp, est¨¢n convencidos de que por fin ha recibido un castigo acorde con el crimen que cometi¨®.
Cronolog¨ªa rumbo a los infiernos
Agosto de 2012.
14 de febrero de 2013.
19 de febrero de 2013.
22 de febrero de 2013.
4 de junio de 2013
12 de marzo de 2014
11 de septiembre de 2014.
3 de diciembre de 2015.
El hito de los Juegos. Oscar Pistorius, primer doble amputado de piernas que participa en unos Juegos, los de Londres 2012 (donde qued¨® fuera de la final de los 400m tras haber superado antes la primera ronda), reabr¨ªa tras la competici¨®n la discusi¨®n sobre las ventajas y las desventajas de sus pr¨®tesis de carbono.
El crimen. La modelo Reeva Steenkamp, de 30 a?os y novia de Pistorius, aparece muerta en casa del atleta sudafricano con cuatro disparos. Los investigadores le detienen y le acusan de asesinato tras encontrar en su cuarto un rev¨®lver, dos bates y una metralleta.
El juicio. El atleta paral¨ªmpico insiste entre l¨¢grimas ante el juez que mat¨® a su novia porque la confundi¨® con un intruso en su ba?o. ¡°Fui presa del horror y el p¨¢nico al verme extremadamente vulnerable¡±, cuenta ante el juez, que pospone la decisi¨®n sobre su libertad bajo fianza.
El juez mantiene la tipificaci¨®n de asesinato premeditado pero, al entender que las pruebas son ¡°circunstanciales¡±, permite al velocista salir de la c¨¢rcel previo pago de una fianza de 85.000 euros hasta la celebraci¨®n del juicio, en junio.
El juicio se aplaza primero dos meses a petici¨®n del fiscal, Andrea Johnson, con el apoyo del abogado defensor de Pistorius, Barry Roux. Posteriormente se fija una nueva fecha: del 3 al 20 de marzo de 2014, m¨¢s de un a?o despu¨¦s del crimen.
El juicio a Pistorius desvela fallos en la investigaci¨®n policial y en la custodia de las pruebas.
Pistorius se salva de la cadena perpetua. La juez absuelve al atleta de asesinato, pero es condenado a cinco a?os de prisi¨®n por homicidio.
El Supremo anula la sentencia por homicidio y eleva la pena al atleta sudafricano a un m¨ªnimo de 15 a?os por asesinato.
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