El Real Madrid cae en Vila-real tras tirar medio partido
Un gol de Soldado derrota a los de Ben¨ªtez, que pasaron del primer tiempo y se quedaron cortos con su reacci¨®n posterior
El Madrid solo quiso jugar medio partido y le sali¨® cruz. Jug¨® de puntillas todo el primer tiempo y el Villarreal se lo cobr¨®. Cuando quiso reaccionar, con un arre¨®n de a¨²pa al inicio del segundo cap¨ªtulo, el partido se le hizo tan corto como largo se le hab¨ªa hecho el tramo inicial. Un desenga?o tras el despiste azulgrana del s¨¢bado y a la vista del despegue del Atl¨¦tico. No hay forma de que este Madrid cuadre un partido redondo ante un rival con galones, y este Villarreal los tiene, no es un cualquiera en el f¨²tbol.
Sali¨® el Madrid con la caraja, con lega?as y ch¨¢ndal, nada predispuesto para los primeros asaltos. Todo lo contrario que su oponente, vivaz y agudo desde el inicio. Anestesiados los de Ben¨ªtez, los chicos de Marcelino invadieron el territorio blanco con energ¨ªa y sutileza, con el f¨²tbol a un toque, con energ¨ªa y mucha chispa. Mandaba Bruno, percut¨ªa Do Santos, descargaba Soldado y aceleraba Bakamb¨². El franc¨¦s de origen congole?o iba en patines, inalcanzable para todo madridista, incluido Sergio Ramos, al que le hizo un chiste entre las piernas. Al salir del t¨²nel conect¨® con Dos Santos, cuyo remate cruzado martille¨® el poste derecho de Keylor Navas. No se hab¨ªa cumplido los cinco minutos y antes de los diez el Madrid cay¨® en otra emboscada. Bruno, impetuoso y decidido, puso m¨¢s ardor que Modric, le birl¨® el bal¨®n y Bakamb¨², otra vez protagonista, enlaz¨® con Soldado. El remate del exmadridista tambi¨¦n se col¨® entre las piernas de Keylor, el segundo ca?o de la noche. Ambos muy prematuros, se?al de la modorra del Madrid.
Villarreal, 1 - Real Madrid, 0
Villarreal: Areola, Bailly (Rukavina, m.84), Musacchio, V¨ªctor Ruiz, Jaume Costa, Jonathan dos Santos, Trigueros (Pina, m.90), Bruno Soriano, Dennis Su¨¢rez, Roberto Soldado (Nahuel, m.83) y Bakambu.
Real Madrid: Keylor Navas, Danilo, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo (Jes¨¦, m.89), Luka Modric (Isco, m.78), Casemiro (Kovacic, n.78), James Rodr¨ªguez, Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo.
Gol: 1-0. M.9. Soldado.
Arbitro: Undiano Mallenco. Amonest¨® a Bailly, Denis Su¨¢rez, Marcelo y Sergio Ramos.
El Madrigal, unos 21.000 espectadores.
En el mismo pasto en el que el Villarreal tocaba el viol¨ªn con la pelota en los pies, el Madrid la reventaba con alg¨²n zurriagazo de sus centrales, o de Casemiro, como si Modric y James fueran invisibles. Sin arquitectura, los blancos eran un equipo espeso, sin ingenio, rutinario. Ben¨ªtez prescindi¨® de Kroos, que lleva un curso fuera de onda, y envid¨® con Casemiro como sost¨¦n y la lucidez del croata y el colombiano. Ni lo uno ni lo otro. Los visitantes decidieron tomarse el medio campo como apeadero cualquiera, prescindible. Tampoco encontr¨® vuelo por los costados, porque rara vez Cristiano y Bale daban auxilio a los laterales. El Madrid era la nader¨ªa.
De entrada, el Villarreal no fue el Shakhtar, el Eibar, el C¨¢diz, el Getafe o el Malmoe. Es un conjunto mucho m¨¢s cuajado, con buenos futbolistas y una idea recreativa del juego. En esta plaza, la creatividad nunca estuvo bajo sospecha, el buen f¨²tbol nunca conspir¨® contra la eficacia. Le gusta jugar al pie, pero sin ret¨®rica, con el turbo dispuesto cuando se acerca al ¨¢rea del rival, lo que exige mucha precisi¨®n. La tuvo el equipo durante el primer tiempo, cuando llev¨® a las cuerdas a su adversario. Con Soldado, que se maneja de maravilla de espaldas, y Bakamb¨² como punto final estuvo a un paso de cerrar el choque. En un intercambio de papeles respecto al gol, el franc¨¦s caz¨® una peinada de su compa?ero y sac¨® dos ruedas a Pepe en carrera. Su chut cruzado ante Keylor le sali¨® mordido. El Madrid lleg¨® seco al descanso, para entonces ni hab¨ªa madrugado.
El amanecer del segundo acto fue otra cosa, otro partido radicalmente distinto. Con los mismos del comienzo, despert¨® el Madrid. Cuesti¨®n de actitud. Todos subieron el tonelaje, otra intensidad, otro br¨ªo. Los primeros instantes fueron arrolladores, con el vivaracho y ameno Villarreal del primer tramo ahora enchironado en los morros de su portero. Se multiplicaron los remates francos de Benzema, se activ¨® Cristiano, dej¨® alguna pisada Bale¡ El equipo gravit¨® sobre James, por fin entendi¨® que necesitaba un hilo conductor. Por fuera, Marcelo ya se pareci¨® a Marcelo. Todo el Madrid fue m¨¢s reconocible. El Villarreal apenas era capaz de achicar agua. No encontraba la forma de evitar el mazo rival. El arrebato de los blancos se convirti¨® en un suplicio para los amarillos, obligados a una resistencia de jabatos, heroica. Por f¨²tbol, no fue un Madrid deslumbrante, s¨ª por nuevo empe?o y tenacidad. Ben¨ªtez movi¨® el cesto y dio entrada a Isco y Kovacic por el apagado Modric y Casemiro. El pu?o duro que tantas veces ha rescatado al Madrid esta vez no fue suficiente. Su tromba del segundo acto no le alcanz¨® ante un contrario que se vio forzado a jugarse las habichuelas como menos le gusta, en su cueva.
Sin remedio, el Madrid cay¨® en el Madrigal y baj¨® la persiana a otra jornada aciaga con Bale de lateral izquierdo por otra lesi¨®n de Marcelo. La orden de Ben¨ªtez despert¨® un gesto contrariado del gal¨¦s, mueca que no se le vio, ni a ¨¦l ni sus compa?eros durante el primer tiempo, cuando todo el equipo se dej¨® ir hacia ning¨²n sitio. Luego, con el Bar?a m¨¢s a tiro y tras la estela del Atl¨¦tico, ya no pudo remar. Insuficiente Cristiano, menos Benzema que en las ¨²ltimas jornadas y casi sin rastro de Bale. Un coste demasiado alto para un Madrid que de nuevo se asoma al abismo. Por ahora, no hay quien le cuadre. Son muchos los d¨ªas que no tiene explicaci¨®n. Sin ir m¨¢s lejos, su pereza durante todo un primer tiempo e impotencia despu¨¦s. El equipo se viene, se va, emerge un rato, se extrav¨ªa...
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.