La Real Sociedad quiere y puede m¨¢s que el Valencia
Dos goles de Jonathas rinden al conjunto de Neville, que suma su octava jornada sin ganar
Plantea el f¨²tbol en ocasiones el dilema psicol¨®gico de qu¨¦ pesa m¨¢s: si la necesidad de alejarse del s¨®tano de la Liga o la posibilidad de engancharse a los vagones altos de la clasificaci¨®n. Hay respuestas para todos los gustos. En Anoeta, la Real dijo que era m¨¢s urgente huir de la quema ante un Valencia que ve¨ªa pasar el tren con m¨¢s melancol¨ªa que rabia. La fe movi¨® a la Real, le permiti¨® superar el toma y daca de la primera mitad en los que se intercambiaban fuegos artificiales y algunos fuegos reales imponiendo en sus acciones ambos equipos m¨¢s el v¨¦rtigo que el toque, la velocidad que la transici¨®n.
Real Sociedad, 2-Valencia, 0
Real Sociedad: Rulli; Carlos Mart¨ªnez, Elustondo, ??igo Mart¨ªnez, Yuri; Bergara, Rub¨¦n Pardo; Vela (Oiarzabal, m. 76), Xabi Prieto, Bruma (Zaldua, m. 91); y Jonathas (H¨¦ctor, m. 87). No utilizados: Olazabal; Mikel Gonz¨¢lez, Reyes y De la Bella.
Valencia: Domenech; Barrag¨¢n, Mustafi, Abdennour, Cancelo (Orban, m. 45); Santi Mina (Negredo, m. 71), Parejo, Enzo P¨¦rez (Javi Fuego, m. 57), De Paul; Rodrigo y Alc¨¢cer. No utilizados: Ryan; Santos, Piatti y Danilo.
Goles: 1-0. M. 78. Jonathas. 2-0. M. 83. Jonathas.
?rbitro: Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez. Amonest¨® a Abdennour, Cancelo, Jonathas, Enzo P¨¦rez, Rub¨¦n Pardo, Fuego y H¨¦ctor.
Anoeta: 24.217 espectadores. Un minuto de silencio por la muerte de Juan Carlos Samaniego, preparador f¨ªsico de la Real Sociedad
A la Real le empujaba Bruma, un futbolista al que le gusta correr y sue?a con regatear todas las piernas que salgan a su encuentro. A veces peca de individualista, porque siempre cree que va a llegar a la meta antes y mejor que nadie. Se lo reproch¨® Jonathas cuando el guineano no le vio absolutamente solo con la porter¨ªa vac¨ªa, y se empe?¨® en disparar sin ¨¢ngulo y con el portero cerr¨¢ndole la trayectoria del disparo. Es as¨ª. Jonathas se revir¨®. No sab¨ªa que el destino le guardaba dos goles para el final del partido que reivindicaban la condici¨®n perdida de goleador, eclipsado por el lesionado Agirretxe, una ametralladora del gol. El Valencia tampoco encontraba la manera de meter el pu?al entre la defensa de la Real. Apenas Rodrigo, con su movilidad, interfer¨ªa en los planes del rival, y Alc¨¢cer era presa del fuera de juego en el que ca¨ªa con facilidad. Toma y daca hasta en la madera. Un disparo de Carlos Mart¨ªnez lo repeli¨® el poste, como el larguero desvi¨® un remate de Rodrigo.
Terremoto Carlos Mart¨ªnez
El partido se descos¨ªa por la falta de jerarqu¨ªa del centro del campo, pero no se romp¨ªa por impericia e imprecisiones varias. El descanso obligaba a reflexionar. La Real viv¨ªa acuciada por las bajas de Canales, Agirretxe, Zurutuza, Illarramendi y la salida del club de Chory Castro. Viv¨ªa casi con lo puesto. Neville decidi¨® sacrificar a su mejor lateral, Cancelo, porque arrastraba una tarjeta amarilla. El cambio no le produjo r¨¦ditos, sino p¨¦rdidas. Sin el portugu¨¦s en el campo, Carlos Mart¨ªnez fue un terremoto que arras¨® la banda proponiendo constantes centros y situaciones de peligro. El Valencia se arrug¨®, es decir, se contrajo, mal dirigido por Parejo, continuo perdedor de balones y el asedio fue creciendo en la misma medida que los delanteros valencianistas, ya con Negredo en el campo, eran n¨¢ufragos olvidados por su mariner¨ªa. Hab¨ªa tenido Santi Mina dos acciones inmejorables resueltas de la peor forma posible: enredado o acelerado, ajeno a la compa?¨ªa. Y hasta ah¨ª lleg¨® el Valencia, con media hora por delante y la Real apelando al vendaval bajo la lluvia pertinaz.
La defensa valencianista se contagi¨® del desorden. Nadie tap¨® a Carlos Mart¨ªnez que centro a placer, el bal¨®n toc¨® en el pie de Orban y Jonathas lo empuj¨® con el cuerpo. Cinco minutos despu¨¦s, otra vez Carlos Mart¨ªnez puso el bal¨®n en la cabeza del brasile?o aprovechando que Mustafi y Abdennour le miraban a ¨¦l y no al rematador. Fue un castigo anunciado. Querer y poder fue lo mismo para a Real. El Valencia no pudo y por muchos momentos pareci¨® que no quiso demasiado.
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