Gran Canaria jugar¨¢ su primera final de Copa tras otra remontada

¡°La Copa es amarilla¡±, cantaba la afici¨®n canaria en la grada, orgullosa de un equipo de voluntad f¨¦rrea al que en dos d¨ªas primero Valencia y luego Bilbao le llevaron hasta la puerta de salida y se agarr¨® al pomo. Se quedar¨¢ en A Coru?a para jugar la primera final de Copa del Rey de su historia y A¨ªto Garc¨ªa Reneses tendr¨¢ la oportunidad de agregar a su leyenda un nuevo entorchado.

Ser¨ªa la semifinal, la ansiedad por tener a tiro una cota insospechada para ambos equipos, ser¨ªa el cansancio. Ser¨ªa todo y un poco m¨¢s porque la Copa tiene algo de tour de force mental. Los cuatro d¨ªas de adrenalina que glosa la ACB en su eslogan son tal cual. Gran Canaria y Bilbao se acostaron el jueves, sobre todo en el caso de los primeros bien tarde, entre la excitaci¨®n de un triunfo inesperado y la responsabilidad de tener que preparar en pocas horas una cita con ribetes hist¨®ricos. Les sali¨® un partido pleno de imprecisiones, en ocasiones falto de ritmo, con un tamiz de espesura. Sali¨® la Copa.

Gran Canaria lo pas¨® mal porque se esperaba que progresasen desde la defensa, pero se encontraron justo con esa horma por parte del rival. Y Bilbao Basket prosper¨® por su acierto en la larga distancia. Durante la primera parte estuvo siempre en torno a un porcentaje del cincuenta por ciento de aciertos desde m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea de tres puntos, primero enganchado al acierto de Hannah, luego al de Bertins. Le bast¨® para encarrilar la tarde y manejarse largo tiempo diez o m¨¢s arriba en el marcador.

Con todo, el precedente del jueves alertaba sobre la casta del equipo de A¨ªto, gran¨ªtico y pele¨®n. Orgulloso. Busc¨® un arre¨®n antes del descanso para aliviar su mala puesta en escena y un inicio del segundo cuarto que le llev¨® de una desventaja de siete puntos a otra de diecis¨¦is. Lleg¨® a bajarla a nueve con su base Albert Oliver m¨¢s atinado en la resoluci¨®n, incluso posteando, que en la direcci¨®n. No pas¨® de ah¨ª y Bilbao volvi¨® a da?arle en el inicio del tercer cuarto para llegar a un 51-34.

Pero Gran Canaria no se fue del partido. Tiene m¨¦rito conseguirlo cuando las cosas no salen como est¨¢n previstas. Quiz¨¢s tambi¨¦n sea un dem¨¦rito del rival. Bilbao tuvo el partido en la mano y no la cerr¨®. Un 4-14 al final del tercer cuarto acab¨® de traer de vuelta a los amarillos (55-48), que apenas concedieron nueve puntos en esos diez minutos, una alerta de que su defensa ya se hab¨ªa ajustado. De pronto a Bilbao le cambi¨® el escenario y ten¨ªa ante s¨ª un partido diferente al que hab¨ªa gestionado entre los diez y quince puntos de ventaja. Gran Canaria es como esos boxeadores encajadores que reciben y reciben sin besar la lona. A cinco minutos del final empat¨® con un triple de Salin y poco despu¨¦s se puso por delante (62-64) tras un parcial de 11-30.

Para entonces Bilbao ten¨ªa varios problemas. El acierto desde los 6,75 metros se hab¨ªa rebajado a la mitad. Trabajaba el rebote con cierta prestancia, pero ten¨ªa manos blandas en el manejo, demasiadas p¨¦rdidas. Su banquillo aport¨® en la suma final apenas siete puntos. Y otra vez el valor de la mente. Bilbao se fren¨® y Gran Canaria se dispar¨® justo cuando el partido se decid¨ªa. Y poco import¨® de donde viniese porque dio la sensaci¨®n de que si el equipo de A¨ªto tuviese que haber remontado cincuenta puntos lo hubiera conseguido.

Bloqueado como estaba su equipo, Mumbr¨² se puso al mando de las operaciones, amag¨® con llevar el partido hacia un final apretado, pero ah¨ª apareci¨® el car¨¢cter de B¨¢ez, que captur¨® tres rebotes estratosf¨¦ricos, de pura pasi¨®n dominicana, y anot¨® un triple sobre el final de una posesi¨®n para llevar a Gran Canaria ocho arriba a falta de cien segundos para el bocinazo final. Hab¨ªa una lona en el ring coru?¨¦s y no era para ellos. Gran Canaria remont¨® desventajas de doce puntos en cuartos de final y diecinueve en semifinales. A¨ªto jugar¨¢ su duod¨¦cima final de Copa. Ha ganado cinco.