Preciso ejercicio defensivo del Villarreal ante el Celta
El equipo amarillo encadena catorce partidos sin perder y seis sin recibir gol
Catorce jornadas cumple el Villarreal sin conocer la derrota. Conocidos son sus recursos, su amplitud de plantilla en la que adem¨¢s no hay grandes vaivenes entre titulares y suplentes. Ahora es adem¨¢s un equipo f¨¦rreo, una engrasada maquinaria defensiva que en Bala¨ªdos se puso a prueba ante uno de los equipos con mayor caudal ofensivo del campeonato. Resisti¨®, con esfuerzo s¨ª, pero sin mayores zozobras y as¨ª el meta Areola encadena seis partidos de Liga sin recibir gol. Si se mira m¨¢s atr¨¢s se aprecia que en esos catorce partidos sin caer fueron nada menos que once en los que acab¨® a cero para encajar apenas cuatro tantos en ese largo tramo iniciado en la primera semana de diciembre.
Celta y Villarreal se mostraron al natural. Quiso la pelota y la tuvo el equipo gallego, trenz¨® con ella y combin¨®, a veces hasta demasiado, para llegar al ¨¢rea de su rival, siempre replegado, tambi¨¦n siempre ojo avizor para responder y sorprender en velocidad porque adem¨¢s el Celta estuvo en ocasiones un tanto perezoso para correr hacia atr¨¢s. Falt¨® algo de salsilla en un partido que por momentos se revisti¨® de un guante blanco. Casi mejor as¨ª, sin brusquedades por m¨¢s que el ¨¢rbitro se desatara en la segunda parte, tambi¨¦n sin punter¨ªa.
Porque el gol no lleg¨®. Lo tuvo el Villarreal en la primera parte con Bakambu en todas las salsas, tambi¨¦n casi siempre a la contra. Estuvo firme el meta local Sergio ?lvarez, sobre el que pesan m¨¢s sospechas de las que merece. En el Celta empuj¨® Orellana, que es el term¨®metro del equipo, el que propicia que aparezcan espacios donde apenas se perciben distancias. Pero dispar¨® poco antes del descanso el Celta para el dictado que tuvo sobre el partido y cuando redobl¨® su acoso tras el descanso ni Areola tuvo dudas ni tampoco le llegaron con claridad.
Fluy¨® el Celta en mayor medida cuando se liber¨® de cualquier dibujo y Aspas abandon¨® la derecha para permutar su posici¨®n por el frente del ataque. Quiz¨¢s rinda m¨¢s cuando trabaja en una posici¨®n m¨¢s adelantada y hace jugar a todos los que le rodean desde ah¨ª, pero partiendo desde la banda no cesa de generar peque?os incendios porque acostumbra a ser indetectable. Acumul¨® gente por dentro del Celta y se pleg¨® a¨²n m¨¢s el Villarreal, que con el paso de los minutos se vio obligado a espaciar las contras. Le apuraron incluso desde lejos, con un par de disparos de Wass, detalle indicativo de la variedad de recursos celestes.
Con todo, no le bast¨® al Celta para traducir en ventaja su insistencia. Berizzo, que una vez m¨¢s no agot¨® las tres sustituciones a las que tiene derecho, maniobr¨® para retirar a Guidetti y situar a Aspas en punta con algo m¨¢s de veinte minutos por delante. La respuesta de Marcelino fue llamar a Bruno para darle poso al equipo. Sin ¨¦l, sin Musacchio ni Soldado, se sostuvo un Villarreal coral no solo en su despliegue sino en la calidad de su rotaci¨®n. Y acab¨® perdiendo el hilo del Celta. Se le trab¨® el partido justo cuando quer¨ªa darle una marcha m¨¢s y acab¨® calado.
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