Un punto amargo para Getafe y Sevilla

Lo del Sevilla es un misterio descomunal. No hay forma de que gane fuera de casa en Liga. Ni cuando juega bien ni cuando lo hace de manera horrible, como ante el necesitado Getafe, que rompi¨® su racha de siete encuentros perdidos de forma consecutiva. Con este nuevo empate, los de Emery desperdiciaron la oportunidad de colocarse a seis puntos del Villarreal, en la cuarta plaza, que hab¨ªa perdido con Las Palmas y al que recibe el pr¨®ximo domingo. Lo curioso del asunto es que el Sevilla, tras un deplorable partido, ten¨ªa en el bolsillo los tres puntos. Cuando faltaban 10 minutos para el final, Banega transform¨® una falta con gran calidad. Cinco minutos despu¨¦s, el Getafe empataba a la salida de un saque de esquina y despu¨¦s de un error en defensa de los andaluces, que acabaron pidiendo la hora frente a un rival que busc¨® el triunfo a la desesperada.

El punto es muy amargo para el Sevilla, que se marcha de Getafe tras un juego espeso y con decisiones de su entrenador muy discutibles. El problema, no obstante, puede ser de mayor calado a pesar de que el Sevilla est¨¢ vivo en las tres competiciones. Frente al Eibar, a pesar del triunfo, y con el Getafe, el equipo pareci¨® fundido, superado por la intensidad del rival a pesar de que Emery rota y rota en busca de la frescura en la pierna y la mente de sus futbolistas. Al Getafe le queda el consuelo de que su impresionante esfuerzo le rent¨®, al menos, un punto que le permite coger algo de aliento en la ¨¦pica pelea que se vive por evitar el descenso a Segunda.

Se jugaba la vida el Getafe despu¨¦s de siete partidos perdidos, mientras que el Sevilla contemplaba la posibilidad de acercarse a seis puntos del Villarreal, en la cuarta plaza. El Getafe fue un equipo intenso, con poco f¨²tbol, atenazado por la responsabilidad. El Sevilla fue un calco de la noche madrile?a. Fr¨ªo, sin pasi¨®n, ¨¢spero, cogi¨¦ndole asco a un campo y un rival que no le suelen ser propicios. Chirri¨® el juego del Sevilla, como chirriaron algunos de los peones que Emery coloc¨® sobre el irregular tapete madrile?o. Un doble lateral derecho ante Yoda, un lateral que ni es zurdo ni es lateral. La presencia de Diogo, fue, en definitiva, uno de los grandes misterios de la humanidad. Como la alineaci¨®n de Carri?o en el centro del campo, tapando a Nzonzi, ralentizando de forma desesperante el juego, sin fluidez. En este Sevilla decepcionante apenas brill¨® en alguna ocasi¨®n Banega, que se invent¨® un pase de gran calidad para dejar solo a Vitolo. El canario fall¨® en el control y se top¨® con Guaita.

El Getafe, todo coraz¨®n, corri¨® una barbaridad y tuvo la virtud de atosigar al Sevilla. El resto fueron voleones de Cala, alguna que otra entrada brusca y la desesperaci¨®n de encontrar el gol en alg¨²n disparo lejano de Sarabia o de Lacen. Como a lo largo de toda la temporada, el equipo de Emery mostraba su peor cara fuera del S¨¢nchez Pizju¨¢n, donde no hab¨ªa ganado ni un encuentro en Liga. Su primera parte supuso una decepci¨®n colosal, impropia de un grupo que aspira a la cuarta plaza. Emery, quiz¨¢s preocupado por la dureza del estado de juego, orden¨® simplificar el juego. El resultado fue una absurda bater¨ªa de balones en largo que jam¨¢s dieron fruto.

No ocurri¨® nada en el segundo tiempo. El Sevilla, que parece fundido, encontr¨® petr¨®leo en el minuto 80 con un buen lanzamiento de falta de Banega que se trag¨® Guaita. Parec¨ªa que, por fin, el equipo andaluz podr¨ªa romper su p¨¦sima racha lejos de Nervi¨®n. Result¨® imposible. El Getafe lo meti¨® en su ¨¢rea a base de empuje, empat¨® despu¨¦s de un saque de esquina muy mal defendido y hasta se le anul¨® un gol que pudo ser el 2-1 en un acci¨®n bastante confusa.