La tierra redimensiona a Nadal
El espa?ol, m¨¢s reconocible, bate a un gran Thiem (7-5 y 6-3) y se cita en cuartos con Wawrinka
La conclusi¨®n es clara: sobre la tierra, Rafael Nadal es otro Nadal. Un Nadal mejor, m¨¢s fiel a s¨ª mismo, mucho m¨¢s reconocible, mucho m¨¢s intimidatorio. Sencillamente, sobre una superficie rojiza, Nadal es otra cosa, un nuevo Nadal. Puede dar fe de ello Dominic Thiem, un estupendo jugador de 22 a?os que gener¨® incendios por todos los lados de la pista, pero que se top¨® con la respuesta del n¨²mero cinco. Aqu¨ª, pareci¨® decir Nadal, mando yo. Resultado: 7-5 y 6-3, despu¨¦s de dos horas y tres minutos. Y se avecina ahora en los cuartos Stanislas Wawrinka, verdugo de Gilles Simon, validado por su 6-1 y 6-2 ante el franc¨¦s.
El triunfo frente a Thiem fue una combinaci¨®n de supervivencia y autoridad. Porque el austriaco, un camale¨®n que lo mismo encaja una derecha en el ¨¢ngulo o un rev¨¦s en la l¨ªnea, o que lifta, volea y pelotea con el oficio de un veterano, le expuso a todo tipo de vicisitudes t¨¦cnicas. Ah¨ª es donde apareci¨® el Nadal corajudo y jer¨¢rquico, capaz de apagar el fuego y anular 15 de las 17 opciones de rotura a su rival, frustrado este, desquiciado porque no encontraba la v¨ªa, emplease el registro que emplease.
El de Manacor, mucho m¨¢s reconocible en su superficie, reprimi¨® a su rival, privado de 15 (de 17) opciones de break
De arranque, un primer parcial de 80 minutos y muchos matices. Nadal comenz¨® a remolque, pero replic¨® despu¨¦s para equilibrar (3-3) y posteriormente, cuando m¨¢s feo se pon¨ªa el asunto, resisti¨® un envite que se prolong¨® durante 15 minutos (5-4). A partir de ah¨ª, corriente a favor y temple, porque Thiem le busc¨® las cosquillas por todos los medios. El austriaco, 14? en la ATP, exhibi¨® sus mejores formas, aquellas con las que derrib¨® hace dos meses al espa?ol en Buenos Aires, pero en los momentos cr¨ªticos le falt¨® tino y pec¨® de un punto de ansiedad.
La tierra, es obvio, redimensiona a Nadal; es su territorio, all¨ª donde m¨¢s respeto infunde. El espa?ol encuentra en la arcilla su mejor aliado para compensar su d¨¦ficit actual de juego, en gran medida porque su derecha sigue sin dar se?ales de regreso y porque a sus movimientos les falta la frescura de antes. A sus casi 30 a?os, conoce como nadie las plusval¨ªas de la tierra y las explota. Por eso, a pesar de arrancar con otra rotura en contra en el segundo parcial, volvi¨® a reprimir a Thiem, que termin¨® con 30 errores no forzados (por 17 del balear).
En los cuartos, tras el ba?o de autoestima que supone la victoria y ante la oportunidad que brinda la salida expr¨¦s de Novak Djokovic, aparece Stanislas Wawrinka. El pulso, por tanto, medir¨¢ a los dos ¨²ltimos campeones de Roland Garros, a los dos hombres que han sido capaces de privar a Nole del t¨ªtulo en Par¨ªs en los dos ¨²ltimos a?os; primero el de Manacor y el a?o pasado el suizo, que este jueves no tuvo el m¨¢s m¨ªnimo apuro (6-1 y 6-2) con Gilles Simon.
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