El Atl¨¦tico m¨¢s puro vuela a Mil¨¢n tras eliminar al Bayern
El equipo de Simeone se mete en la final en un partido digno de la Copa de Europa en el que hubo de todo
El Atl¨¦tico m¨¢s puro vuela a Mil¨¢n. A su segunda final en tres a?os. Un hito que entroniza a Simeone y a sus jugadores. Contragolpe, sufrimiento y esfuerzo, las se?as de identidad del club en la casa de uno de los grandes del continente. En el estadio de una potencia econ¨®mica que bajo el mandato de Guardiola no ha podido concretar en tres a?os el intento hegem¨®nico que buscaba en la Copa de Europa. El torneo de los torneos. La competici¨®n que qued¨® engrandecida una noche m¨¢s. Una noche cl¨¢sica. De idas y venidas emocionales.
De la eliminatoria en el saco de uno y de otro, en esa noria vibrante que es el f¨²tbol. Con jugadores estelares como Neuer y Oblak, quiz¨¢ los dos mejores porteros del mundo, para detener un penalti cada uno que se intu¨ªan trascendentales para elegir al finalista. Con Rib¨¦ry rememorando a los viejos extremos, con God¨ªn personificando la imagen del central cacique, con Lahm y Gabi sacando brillo a sus brazaletes de capit¨¢n cada uno en su estilo, como firmes representantes de ese debate que se hab¨ªa generado en la previa. Uno jugaba y el otro corr¨ªa. F¨²tbol puro con Griezmann culminando ese contragolpe como una cuchillada traicionera. El contragolpe duele y mucho. La noche tuvo de todo con el Bayern apretando en los minutos finales despu¨¦s de que Torres fallara su penalti al poco de que Lewandowski pusiera el 2-1 en el marcador a 15 minutos del final. Parec¨ªa que ah¨ª el Atl¨¦tico iba a tener que saltarse ese cap¨ªtulo tan suyo del coraz¨®n en la boca y el cuchillo entre los dientes. Pero no.
El inicio fue muy alem¨¢n, muy Bayern. Desde el pitido inicial fueron en manada a arrebatarle el bal¨®n a Koke. Setenta mil gargantas y una lluvia de balones largos verticales y desde los costados buscando llegar al ¨¢rea de Oblak, embotellar al Atl¨¦tico. Ah¨ª Guardiola ha aparcado la contracultura. Ha sido respetuoso con ese primer cuarto de hora a toda pastilla e intimidador que el Bayern lleva escrito en su historia en la Copa de Europa. Las se?as de identidad de ese f¨²tbol tambi¨¦n se denotaron en la pr¨¢ctica de los disparos lejanos. Muy alemanes esos tiros de Vidal que probaron a Oblak, como tambi¨¦n lo fueron dos intentos de Gabi, uno de ellos con respuesta de Neuer porque la curva que cogi¨® el bal¨®n se ajust¨® hacia su palo derecho.
El vendaval
Aguant¨® ese vendaval el Atl¨¦tico firme. Sin descomponerse y eso que estaba perdiendo los duelos en las segundas jugadas, combates que normalmente son suyos y que sin conquistarlos le imped¨ªan salir. De alguna manera, ese arranque del Bayern, luego ya menos revolucionado, fue una continuaci¨®n del segundo tiempo del partido de ida. Como en ese segundo acto de Madrid, Rib¨¦ry estaba en el campo. Desde el principio se adue?¨® del partido con esas maneras de extremo resabiado. La pelota pegada al pie esperando el envite de Juanfran o de quien fuera para driblar, o esperando el desdoblamiento de Alaba. Al mando de la direcci¨®n estaba Xabi Alonso, tratando de equilibrar el juego tambi¨¦n hacia el costado de Lahm, que hizo varias incursiones maestras, de un lateral que interpreta el juego como pocos en el mundo.
Con todo, el Bayern mor¨ªa en centros al ¨¢rea. El primer aviso lo dio M¨¹ller, que ense?¨® esa habilidad para aparecer por sorpresa a la espalda de la defensa. En vez de rematar le hizo una dejada a Lewandowski que este alcanz¨® muy apurado. No sal¨ªa ya el Atl¨¦tico de su campo y el gol lleg¨® como una consecuencia l¨®gica de ese apabullamiento. Una falta al borde del ¨¢rea de Augusto en un barullo en el que derrib¨® a Alaba. El golpeo de Xabi Alonso se col¨® en la porter¨ªa de Oblak tras tocar en Gim¨¦nez. En media hora el Bayern ya ten¨ªa igualada la eliminatoria y al minuto la pudo poner franca. Gim¨¦nez, pasado de vueltas, empuj¨® a Javi Mart¨ªnez en una falta lateral y cometi¨® un penalti infantil. All¨ª fue M¨¹ller a reivindicarse y se encontr¨® con el vuelo ¨¢gil y decidido de Oblak para cazar a media altura el remate que buscaba el palo derecho. La parada, por el escenario y la trascendencia, reafirma al esloveno como uno de los mejores porteros del mundo.
Muri¨® el primer tiempo en el ¨¢rea del Atl¨¦tico y tambi¨¦n en la cabeza de Simeone. No quer¨ªa otro acto con su equipo atrincherado 45 minutos. As¨ª que sent¨® a Augusto, rompiendo ese dique de seguridad, y le dio entrada a Carrasco. No fue una bala de fogueo porque a la primera que pudo puso a prueba a la defensa del Bayern con una carrera larga. Era otro Atl¨¦tico, aguijoneado por ese cambio ambicioso de su entrenador. El gol de Griezmann fue fruto de ese atrevimiento. El franc¨¦s encontr¨® el pase de Torres y super¨® a Neuer. Respondi¨® el Bayern con otra descarga que gener¨® el 2-1 y volvi¨® a ir con todo hasta el final tras el fallo de Torres en el penalti, para morir tambi¨¦n como empez¨® el partido, a la alemana. Colgando balones.
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