La reconstrucci¨®n del gol m¨¢s misterioso de Di St¨¦fano
Un equipo de dise?adores gr¨¢ficos recrean para Mediaset el tanto de tac¨®n que el argentino le meti¨® a B¨¦lgica en 1957. Fue su haza?a m¨¢s querida pero no existen im¨¢genes
Los pioneros de los espect¨¢culos de masas confrontaron la ansiedad de no poder capturar su arte. Todo debi¨® pareceres incierto y fugaz antes de que la tecnolog¨ªa hiciera de la fotograf¨ªa y el cine dos industrias paralelas capaces de documentar lo que suced¨ªa y convencer a los incr¨¦dulos.
Entre las m¨²ltiples obsesiones que embargaron a Alfredo di St¨¦fano a lo largo de su vida, el primer gol que meti¨® en Heysel el 31 de marzo de 1957 ocup¨® un lugar preeminente. Cada vez que se topaba con un equipo de televisi¨®n extranjero, se apresuraba a indagar sobre la existencia de una pel¨ªcula que lo registrase. ?Alguien lo vio? Cada vez que pod¨ªa, lo evocaba. ?Encontraron la cinta? Cada vez que se cruzaba con los compa?eros que fueron testigos de aquello, les hablaba del gol, como intentando discriminar entre realidad e ilusi¨®n. ?Ni una foto le tiraron los reporteros! El de Heysel fue solo uno de los 486 goles que hizo Di St¨¦fano en su carrera. Pero, seg¨²n ¨¦l mismo cree, fue el m¨¢s espectacular de todos. Lo ador¨® como solamente pueden adorarse las cosas desaparecidas hasta convertirlo en parte constitutiva de su leyenda. Un cl¨¢sico dentro del cl¨¢sico.
Sesenta a?os despu¨¦s, el programa Premium Sport de Mediaset Italia, dirigido por el periodista Ferdinando Sanvito, se embarca en la reconstrucci¨®n de este episodio tan borroso como fascinante. Con la ayuda de Luis Su¨¢rez, que particip¨® en el partido de Heysel, y gracias a la gr¨¢fica digital en tres dimensiones, el programa, El Gol Jam¨¢s Visto, Tributo a Di St¨¦fano, que se emite este jueves a las 21:00 horas, pretende recrear una maniobra tan vertiginosa que lo ¨²nico que captaron las dos c¨¢maras de cine presentes en el estadio fue un bal¨®n en la red.
Fue en el curso de un amistoso de selecciones. Espa?a y B¨¦lgica celebraban con un partido de f¨²tbol la firma de un tratado internacional que convalidaba la ruptura del bloqueo econ¨®mico al r¨¦gimen franquista con el objeto de permitir la emigraci¨®n de mineros andaluces y asturianos a las minas belgas, diezmadas por un accidente que hab¨ªa costado la vida a cerca de 300 trabajadores. B¨¦lgica ten¨ªa un equipo pobre. Espa?a ten¨ªa lo mejor que pod¨ªa ofrecer el ingenio de un pa¨ªs que se abr¨ªa paso a trav¨¦s de la posguerra: el f¨²tbol. Una maravillosa amalgama de extranjeros nacionalizados y jugadores vern¨¢culos que luc¨ªa la mejor delantera del planeta. Kubala, Di St¨¦fano, Luis Su¨¢rez y Gento, altern¨¢ndose con Miguel Gonz¨¢lez P¨¦rez y Enrique Mateos.
El memorioso Luis Su¨¢rez, ¨²nico espa?ol que gan¨® un Bal¨®n de Oro, lo vio en primera l¨ªnea. Seg¨²n Mediaset, Su¨¢rez describi¨® la jugada con un detalle asombroso a los dise?adores gr¨¢ficos. Hubo un despeje de Campanal que acab¨® en Di St¨¦fano, que se mov¨ªa por el mediocampo; una arrancada y un pase a Mateos que dej¨® pasar el bal¨®n abri¨¦ndose de piernas; la subida de Miguel por la banda, el desborde y el centro. Un centro a Di St¨¦fano que asalt¨® el ¨¢rea con un belga encim¨¢ndole y en lugar de procurar el control se arroj¨® en plancha y perdi¨® de vista el bal¨®n y la porter¨ªa. Durante un instante se suspendi¨® en el aire y blandi¨® la espuela de su bota derecha, en busca del contacto. Result¨® un martillazo.
Di St¨¦fano nunca dej¨® de repasar el momento m¨¢gico en que levant¨® la cara del c¨¦sped, se incorpor¨®, y vio la pelota en la red. ¡°?La clav¨¦!¡±, dec¨ªa. ¡°?La clav¨¦!¡±.
Henri Meert, el portero belga, tampoco olvid¨® la sensaci¨®n de perplejidad y abatimiento. No consigui¨® superarlo. Distra¨ªdo, encaj¨® otros cuatro goles. La prensa de la ¨¦poca registr¨® sus palabras tras el partido: ¡°Me ha trastornado el primer gol de Di St¨¦fano; todav¨ªa no consigo explicarme c¨®mo ha podido hacerlo. Est¨¢ fuera de toda l¨®gica¡±.
Las c¨¢maras de la ¨¦poca solo ten¨ªan cintas con 25 minutos de autonom¨ªa. La televisi¨®n belga capt¨® el 2-0. Los fot¨®grafos no lo vieron, o no dispararon a tiempo. Sesenta a?os despu¨¦s, la marea vuelve a arrojar vestigios de aquella haza?a perdida.
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