Tambi¨¦n Nibali tiene d¨ªas malos
En la cronoescalada ganada por un ruso desconocido, el l¨ªder Kruijswijk aumenta su ventaja, Valverde recupera la moral y el siciliano pierde 2m 10s
El Giro es un cuento de Gianni Rodari en el que cada d¨ªa se pierde un ni?o en el bosque de la monta?a, donde un ogro le devora. Un cuento cruel en el que no hay padres que los busquen ni reyes buenos que acaben con los malos ni hadas madrinas que valgan. Solo el ciclista solo, sus debilidades y miedos, y su fuerza para resurgir si pueden. El bosque metaf¨®rico, la enfermedad, que se trag¨® a Landa hace una semana, y no dej¨® ni sus migajas para la esperanza de una resurrecci¨®n, o el mal momennto en el Falzarego que acab¨® con Valverde el s¨¢bado, pero no del todo, lo dej¨® respirando, le permiti¨® asomar la naricilla, fue un bosque real en la subida hacia el Alpe di Siusi, que los escaladores subieron silbando contrarreloj sin saber lo que les esperaba.
Gan¨® un ruso desconocido de nombre pero de formas muy repetidas en el ciclismo de ahora, huesudo y fino como un esp¨¢rrago y alt¨ªsimo, y feo corriendo, descoordinado, que se llama Alexander Foliforov y tiene 24 a?os. Derrot¨® por 16 cent¨¦simas al holand¨¦s de rosa pelirrojo, Steven Kruijswijk, que a la l¨ªnea fina Foliforov opuso su geometr¨ªa poligonal, de hombros tan anchos que su tronco es un trapecio perfecto con menos base en la cintura estrecha, y su pose estatuaria y su pedalada regular. M¨¢s lejos, pero no tanto, quedaron Esteban Chaves (a 40s), el favorito de muchos, y Valverde (a 23s), que recuper¨® la moral m¨¢s que nada porque el que se perdi¨® en el bosque fue Nibali (2m 10s), el que faltaba de entre los favoritos al salir de Holanda.
Clasificaciones
ETAPA:
1. A. Foliforov (RUS/GAZ) 28m 39s
2. S. Kruijswijk (HOL/LNL) mt.
3. A. VALVERDE (MOV)?a 23s
4. S. Firsanov (RUS/GAZ) a 30s
...
25. V. Nibali (ITA/AST) a 2m 10s
GENERAL:
1. S. Kruijswijk (HOL/LNL) 60h 41m 22s
2. E. Chaves (COL/OGE) a 2m 12s
3. V. Nibali (ITA/AST) a 2m 51s
4. A. VALVERDE (MOV) a 3m 29s
5. R. Majka (POL/TNK) a 4m 38s
6. I. Zakarin (RUS/KAT) a 4m 40s
En ese bosque verdadero, siniestro y oscuros sus robles, espesos, incluso en un domingo de tanto sol que el reflejo incre¨ªble desde la piedra clara de los dientes irregulares, afilados, de bruja, de la sierra Sciliar, obligaba a entrecerrar los ojos, penetr¨® en lo m¨¢s duro de la subida Vincenzo Nibali con el pedaleo animoso de quien se obliga a ir m¨¢s all¨¢ de cuanto puede.
Ese bosque lo atraviesa una carretera de peaje trazada sobre el camino por el que los pastores que hablan ladino a gritos con vecinos que les responden en alem¨¢n sub¨ªan sus vacas a pastar en la gran meseta donde el cielo abierto cede el mando a los vientos, que esperan a Nibali, y no llega. La pedalada de Nibali se quebr¨® del todo cuando, al hacer uno de los millones de cambios a que se entreg¨® para buscar el ritmo como un percusionista sordo, del 53 al 39, del 23 al 25 y vuelta, y otra vez, la cadena se qued¨® atrapada entre los dos platos. Con tal fuerza dio el golpe de pedal el siciliano furioso por el inconveniente que arranc¨® el cambio del cuadro y tuvo que cambiar de bicicleta. Cuando le dio el sol fuerte de nuevo y el viento, Nibali pedaleaba como alma en pena, desesperado.
El infortunio mec¨¢nico hijo de la debilidad le permitir¨¢ a Nibali quiz¨¢s dormir mejor y reposar el lunes de descanso, y salv¨® a la RAI el programa postGiro, al que Nibali despreci¨® y que se dedic¨®, en su ausencia, a una ceremonia psicoanal¨ªtica para convencerse sus analistas, y convencer a sus televidentes, de que el Giro no est¨¢ perdido para su h¨¦roe v¨ªctima de la mala suerte pero muy duro, como no est¨¢ perdido para Valverde que se levant¨® tan optimista que se olvid¨® quitarse de la nariz las gafas de ver que coqueto solo usa en la intimidad. En el espejo del ascensor de acero del hotel de piedra con vistas a las monta?as como de Heidi en el que se aloja se vio guapo, y decidi¨® hacer p¨²blica su miop¨ªa. Con la misma valent¨ªa corri¨® una cronoescalada que le permiti¨® sacar no ya la naricilla sino casi la cabeza entera de las fauces del ogro.
Ning¨²n holand¨¦s ha ganado el Giro. El que m¨¢s se acerc¨® fuer Erik Breukink, tercero en 1987 y segundo en 1988, cuando gan¨® la etapa de la nieve del Gavia. Kruijswijk no es ni Jan Janssen ni Joop Zoetemelk, sus dos compatriotas que han ganado el Tour y que nunca corrieron el Giro, pero aparenta mayor solidez que Breukink, quiz¨¢s por sus anchas espaldas y por la calma con la que su cara tan blanca responde. No tiene un equipo fuerte, pero saca entre dos y tres minutos a Chaves, Nibali y Valverde, el nuevo tr¨ªo al acecho y con posibilidades. Detr¨¢s del holand¨¦s, el colombiano, el italiano y el murciano, conforman un top ten que hace las delicias de los vexil¨®logos por la variedad de ense?as, un polaco, un ruso, un costarricense con mocos y curado con antibi¨®ticos, un luxemburgu¨¦s, un bielorruso y un dan¨¦s. La alianza de escaladores se ha roto: ser¨¢ Kruijswijk contra los tres, que no parar¨¢n.
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