El ¨²ltimo servicio de Ever Banega
El argentino vio la roja en el descuento en su despedida del Sevilla para afrontar una nueva aventura en el Inter de Mil¨¢n
Nadie daba un duro por Banega cuando fich¨® por el Sevilla en agosto de 2014. El deseo del director deportivo Monchi y del entrenador Emery por rehabilitar a este fant¨¢stico futbolista fructific¨® en un traspaso de 2,5 millones de euros, pagados a un Valencia que se hab¨ªa cansado del argentino. Dos a?os despu¨¦s, Banega se despide del Sevilla siendo un ¨ªdolo y un elemento capital en el grupo andaluz. Los cinco millones limpios por a?o que le ofrece el Inter son demasiados para este Sevilla. Banega realiz¨® un ¨²ltimo servicio a la causa sevillista. Es un placer verlo sortear a los contrarios, a jugadores de la talla de Rakitic o Busquets, navegar por encima de las aguas de un mar proceloso con un fenomenal control del bal¨®n. En la final del Calder¨®n, Banega jug¨® un pel¨ªn m¨¢s atrasado que de costumbre, formando pareja con Krycchowiak, coraz¨®n de le¨®n el polaco, que jug¨® infiltrado por una sobrecarga muscular. Banega tard¨® en entrar en juego, pero el Sevilla apost¨® siempre por sacar el bal¨®n jugado de atr¨¢s. Banega se hab¨ªa quedado en el t¨²nel de vestuarios, donde salud¨® de forma efusiva a su compatriota Messi.
En esa partida ante la presi¨®n del Barcelona result¨® vital la aportaci¨®n del argentino, A los siete minutos, por fin, apareci¨® Banega para dar un excelente pase a Iborra, la torre que Emery coloc¨® para molestar a Busquets y Piqu¨¦. Con el paso del partido, Banega fue tomando protagonismo, pidiendo siempre el bal¨®n, desahogando a Rami y Carri?o, ofreciendo al Sevilla la pausa necesaria ante el acoso de los jugadores del Barcelona.
Pocos futbolistas tienen la clase de Banega, capaz de volar sobre las piernas blaugranas, como hizo en una incre¨ªble salida de bal¨®n desde atr¨¢s en el minuto 28. Banega, el temple, combin¨® bien con el trabajo de Krychowiak. No solo en ataque brill¨® Banega. Cuando tuvo que trabajar en defensa tambi¨¦n lo hizo, como en un cruce providencial ante Neymar, dentro del ¨¢rea.
Todav¨ªa dej¨® una guinda para el tramo final de la primera parte. Mascherano vio la roja por derribar a Gameiro. La falta la lanz¨® Banega y Ter Stegen hizo un parad¨®n escalofriante.
En superioridad num¨¦rica, el papel de Banega se agigant¨®. Adem¨¢s, dio un pase adelante en el campo para darle personalidad a su equipo. M¨¢s adelantado, el faro del Sevilla se hizo con el bal¨®n al borde del ¨¢rea. Su disparo roz¨® en Piqu¨¦ y dio en el palo. El propio Banega ya le hizo un buen gol al Barcelona la pasada temporada con un disparo desde lejos que dobl¨® las manos a Bravo, entonces titular en el Barcelona en ese encuentro de Liga.
Y ah¨ª sigui¨® Banega, ayudando a sus compa?eros, moviendo el bal¨®n de una banda a otra mientras la final entraba en los momentos decisivos.Fue el momento en el que Iborra levant¨® los brazos mirando a la grada sevillista. Eran los instantes donde el Sevilla tuvo la final en sus manos. Banega comandaba y hasta so?aba con sorprender a Ter Stegen desde su campo. El bal¨®n era ya suyo, entendiendo muy bien el partido.
Y en el 89, el argentino se las vio con Neymar, que le busc¨® la roja sin ¨¦xito. Luego, el minuto 92, s¨ª le peg¨® al brasile?o, con lo que vio la roja y enfil¨® el camino de los vestuarios. Se acab¨® la final para el argentino, que salv¨® a su equipo de la incursi¨®n del brasile?o cuando se encontraba con uno m¨¢s. El Sevilla, entonces, afront¨® la pr¨®rroga sin su faro, sin el hombre que manejaba los mu?ecos.
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