Pocos deportistas espa?oles fueron tan famosos en la posguerra como el ajedrecista Arturo Pomar, el ni?o portentoso que hizo tablas a los 12 a?os con el campe¨®n del mundo, Alex¨¢nder Aliojin (o Alekhine). Su enorme y malogrado talento se ha apagado hoy, a los 84, en un hospital de Barcelona.
¡°El Mozart del ajedrez¡± y ¡°el mejor embajador de Espa?a¡± eran algunas de las flores que Arturito Pomar recib¨ªa en Londres o en Hollywood, y tambi¨¦n en Madrid cuando era aclamado como un h¨¦roe; el NO-DO (noticiario que se proyectaba en los cines antes de las pel¨ªculas) y la prensa nacional le otorgaban un trato similar al que hoy se dedica a Messi o Rafa Nadal. Eran los a?os cuarenta: bloqueo internacional, cartillas de racionamiento, pobres pero alegres. Los cantantes Joselito (nacido en 1943) y Marisol (1948), y el ajedrecista Pomar eran los ni?os que necesitaba el franquismo.
Todo empez¨® en 1943 cuando el insigne periodista Manuel de Agust¨ªn (1915-2001) convenci¨® en plena calle al general Moscard¨® (m¨¢ximo dirigente del deporte espa?ol por entonces) de que le proporcionase un destino benigno en el servicio militar porque ya hab¨ªa luchado en la guerra: ¡°Ante decenas de curiosos, le demostr¨¦ que el ajedrez es un deporte y le suger¨ª que yo ser¨ªa mucho m¨¢s ¨²til organizando el Campeonato de Espa?a¡±, explic¨® varios decenios m¨¢s tarde. El campe¨®n de Baleares, Ticoulat, se neg¨® a viajar a Madrid porque hab¨ªa sufrido represalias pol¨ªticas, y recomend¨® que se invitase a un ni?o de 11 a?os que triunfaba en las islas. Paralelamente, De Agust¨ªn manten¨ªa una lucha profesional contra Manuel Fern¨¢ndez Cuesta, director de Marca, que un d¨ªa le dijo: ¡°El ajedrez no me interesa, porque los jugadores est¨¢n locos. Pero te har¨¦ caso si me traes un fen¨®meno, una luci¨¦rnaga que alumbre nuestras p¨¢ginas¡±.
Pomar, cuya madre le preparaba chocolate con bizcochos durante las partidas, termin¨® el ¨²ltimo pero asombr¨®. Era lo que De Agust¨ªn necesitaba, para gritarle a su director: ¡°Manolo, ya tengo la luci¨¦rnaga¡±. Aquel ni?o brill¨® sin cesar y, de paso alivi¨® las penurias econ¨®micas de su familia dando exhibiciones de partidas simultaneas por doquier. A los 12 a?os hizo tablas tras ocho horas en Gij¨®n con el campe¨®n del mundo Alex¨¢nder Aliojin (mal transcrito como Alekhine). A los 14 a?os se proclam¨® campe¨®n de Espa?a y dej¨® at¨®nitos a los participantes con su 51 puesto en el Torneo de la Victoria. Los espectadores abarrotaban las salas donde actuaba y le aclamaban como a un torero desde los primeros lances.
Ese mismo a?o fue sometido a un examen psicot¨¦cnico por el doctor Jos¨¦ Escudero, cuyo diagn¨®stico fue claro: ¡°Se trata de un superdotado, con una edad mental que corresponde a adultos superiores¡±. Sin embargo, ese mismo Gobierno de Franco que tanto alardeaba de aquel ni?o deslumbrante no le ayud¨® cuando debi¨® hacerlo. Pomar se gan¨® un enorme prestigio internacional -por ejemplo, hizo tablas con Bobby Fischer en el Torneo Interzonal de Estocolmo, en 1962-, pero tuvo que seguir trabajando en Correos durante los a?os m¨¢s importantes de su carrera deportiva.
Siete veces campe¨®n de Espa?a, ganador de varios torneos internacionales, participante en doce Olimpiadas de Ajedrez con muy buenos resultados (bronce individual en Leipzig 1960)¡ pero maltratado por el mismo Gobierno que tanto le ensalzaba. Quien describi¨® esa situaci¨®n de una manera m¨¢s cruda y realista fue el insigne entrenador sovi¨¦tico Alex¨¢nder K¨®tov: ¡°Si Pomar hubiera nacido en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, ser¨ªa aspirante al t¨ªtulo mundial¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.