¡°?Mira, esa soy yo!¡±
La frase de Eli Ibarra, jugadora del Athletic campe¨®n de Liga, al verse en la camiseta de un seguidor refleja la evoluci¨®n del f¨²tbol femenino del que charla con su compa?era Vanesa Gimbert
Fue en Oporto, a eso de las ocho y pico de la tarde. Jugaba el Athletic un partido de la fase de grupos de la Champions. ¡°?Mira, esa soy yo!".? Elisabeth Ibarra, Eli, 14 temporadas, 392 partidos, 111 goles y cinco Ligas con el Athletic, se dio cuenta de que un aficionado entraba al campo con una camiseta rojiblanca que llevaba su nombre: ¡°Me hizo una ilusi¨®n enorme¡±, afirma mientras sonr¨ªe recordando una experiencia inigualable, tan habituada a que las mujeres, m¨¢s a¨²n los hombres, porten las camisetas de los ¨ªdolos masculinos. Es la cara, peque?a, m¨ªnima, de la moneda del f¨²tbol femenino en Espa?a, abri¨¦ndose paso a trompicones en un deporte dominado por los conceptos, la simbolog¨ªa y la realidad masculina.
¡°Quienes dicen que el f¨²tbol femenino no es ni f¨²tbol ni femenino se definen por s¨ª solos. La cosas van cambiando, pero deber¨ªan cambiar a pasos agigantados y eso a¨²n no ocurre. Cuando una mujer est¨¢ embarazada, hay quien dice: ¡°A ver si es un ni?o para que pueda jugar al f¨²tbol. O esa que una ni?a no puede jugar¡±. Quien habla es Vanesa Gimbert, cinco t¨ªtulos de Liga y cuatro de Copa, que ha recorrido media Espa?a (C¨®rdoba, Sevilla, Levante, Rayo Vallecano y Espanyol) antes de recalar en el Athletic hace tres temporadas.
Las cosas cambian poco a poco. Tanto que el Athletic, en 2016, a¨²n se niega a sacar la gabarra cuando sus mujeres ganan un t¨ªtulo de Liga, el quinto desde su creaci¨®n en 2002 lo consigui¨® el domingo en Lezama, apelando a categor¨ªas tradicionalistas que encubren discursos banales. La tradici¨®n en el Athletic vale para un roto y para un descosido. Incluso para un jir¨®n. O cinco.
Eli Ibarra mam¨® el f¨²tbol en casa, como mandan los c¨¢nones. ¡° Mi padre fue futbolista, mi hermano tambi¨¦n. Yo en la escuela practicaba f¨²tbol, baloncesto y balonmano, porque era lo que nos obligaban en el sistema escolar. Pero en mi casa no se perd¨ªan ni un partido de f¨²tbol de domingo o mi¨¦rcoles. Y me decant¨¦ por el f¨²tbol¡±. Comenz¨® a jugar en el Eibartarrak (ella viv¨ªa en Azkoitia). ¡°Siempre entren¨¢bamos en el ¨²ltimo turno, quiz¨¢s tambi¨¦n porque hab¨ªa que compatibilizar muchas cosas para poder jugar¡±. A Vanesa Gimbert le ocurri¨® lo mismo: ¡°Siempre he estado en equipos en los que las chicas ¨¦ramos las ¨²ltimas en entrenar, no se si porque ¨¦ramos chicas o por otras circunstancias. Ahora las cosas van cambiando, es cierto. Decimos que la sociedad no es machista, pero a la hora de la verdad s¨ª lo es¡±.
En el Athletic la vida deportiva les ha cambiado. ¡°Tenemos instalaciones que no ten¨ªamos en los 90, un servicio m¨¦dico perfecto y no podemos tener queja de la gente que nos viene a ver¡±, afirma Eli Ibarra. "Incluso en partidos de fuera hay m¨¢s gente del Athletic que del equipo anfitri¨®n. Te lo ponen todo m¨¢s f¨¢cil, de tal manera que t¨² solo tienes que preocuparte de entrenar y jugar¡±.
Hablan dos futbolistas que han pisado la arena, que han jugado con el ¨²nico acompa?amiento de familiares y amigos y que han tenido que sacrificar en buena medida la vida cotidiana. ¡°Yo he estudiado Administraci¨®n y Finanzas de Empresa¡±, se?ala Eli Ibarra, ¡°y cuando acab¨¦ encontr¨¦ un trabajo en una empresa de transporte y montajes. Me permit¨ªan seguir jugando al f¨²tbol pero al llegar a la selecci¨®n espa?ola las cosas eran m¨¢s dif¨ªciles. Al principio me arreglaba compatibilizando trabajo y vacaciones, trabajando al mediod¨ªa, pero al final tuve que pedir una excedencia porque era imposible. Y eso que la familia me ha apoyado siempre¡±.
Familia propia que en el f¨²tbol femenino se aplaza hasta retirada deportiva. "No creo que haya muchas mujeres con familia¡±, se?ala Eli Ibarra. ¡°Quiz¨¢s en categor¨ªas inferiores ocurra, pero en el primer nivel no creo¡±, corrobora Vanesa
Vanesa Gimbert sali¨® de Euskadi con su familia con destino a C¨®rdoba y el f¨²tbol le apasionaba tanto que le llev¨® a recorrer la geograf¨ªa acumulando t¨ªtulos de Liga y Copa. Ahora tiene un grado superior en Educaci¨®n Infantil y dos cursos de entrenadora que parecen indicarle el camino. ¡°Me fui muy pronto y dej¨¦ los estudios por el f¨²tbol, y luego me arrepent¨ª. Ahora lo he recuperado, pero me gustar¨ªa seguir en el f¨²tbol, como entrenadora¡±, algo que no abunda en el f¨²tbol femenino, ¡°aunque cada vez se van viendo m¨¢s mujeres en los banquillos¡±
Eli Ibarra ha vivido varios recibimientos populares con el Athletic ¡°aunque cada uno es como si fuera el primero. A¨²n recuerdo la primera vez, cuando ten¨ªamos que ir primero a la Diputaci¨®n y nos dec¨ªan que estaba lleno de gente. Yo no me lo cre¨ªa y luego fue un subid¨®n¡±. Este martes espera que sea lo mismo. Un subid¨®n ¡°como cuando jugamos por primera vez en San Mam¨¦s¡±. A ese partido acudieron m¨¢s de 30.000 personas. Vanesa Gimbert tambi¨¦n se muerde las u?as con lo que les espera ¡°porque he vivido muchos t¨ªtulos con otros equipos y aunque ha habido visitas al Ayuntamiento en algunos casos, lo de aqu¨ª se vive de otra manera seg¨²n me dicen. Eli Ibarra tambi¨¦n se acuerda de los v¨ªdeos de la gabarra, la ultima vez que sali¨® en 1984 con el Athletic masculino: ¡°Tiene que ser espectacular vivir una cosa as¨ª¡±. Casi tanto como cuando vio aquella camiseta en Oporto con su nombre a la espalda, a eso de las ocho y pico de la tarde en el Estadio Do Drag?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.