Un aficionado ingl¨¦s, entre la vida y la muerte tras los disturbios con hinchas rusos en Marsella
Por tercer d¨ªa consecutivo, la ciudad se convierte en escenario de enfrentamientos violentos. Hay ocho detenidos
Los paramilitares al servicio de la UEFA apostados en el techo del estadio V¨¦lodrome de Marsella contemplaban la gran explanada del Bulevar Michelet con un ojo en el horizonte y otro en Twitter. ¡°A nosotros¡±, coment¨® uno de ellos, ayer por la noche, ¡°de momento no nos preocupan los disturbios porque est¨¢n muy localizados y no suponen un grave peligro para la seguridad. A nosotros nos preocupa el terrorismo. Y esto parece tranquilo¡¡±.
La organizaci¨®n de la Eurocopa puso el foco en blindar los estadios contra la amenaza terrorista y en Marsella la efusi¨®n de odio estall¨® en las calles y la propiciaron personas que se dicen aficionados al f¨²tbol y que practican la violencia como quien desarrolla una actividad de ocio. Aparentemente, por diversi¨®n. El resultado puede ser asombrosamente perturbador, pues hay ocho detenidos y varios heridos, uno de ellos, un ingl¨¦s, en estado cr¨ªtico y tres en estado grave. Las fuerzas de seguridad francesas alertan sobre una escalada de enfrentamientos entre rusos e ingleses que puede convertir la noche del s¨¢bado al domingo en un ba?o de sangre y cerveza. En Niza, donde tambi¨¦n se produjeron altercados, se contabilizaron ocho heridos al enfrentarse un grupo de j¨®venes franceses con seguidores de la selecci¨®n de Irlanda del Norte, inform¨® la prefectura de esa localidad del sur de Francia.
Lamentablemente esto ya parece zona de guerra con los hooligans de #ENG contra fans de #RUS. https://t.co/ruH1Xr6Uqj
— juanfutbol (@juanfutbol) June 11, 2016
La celebraci¨®n del partido Inglaterra-Rusia supuso una tregua forzosa en un clima que, al menos en el recinto deportivo, pareci¨® normal, si se pasa por alto el fervor nacionalista exhibido por ambas aficiones. El 12 de junio los rusos celebran su d¨ªa nacional: la declaraci¨®n de soberan¨ªa de la federaci¨®n de Rusia, en 1990. ¡°Cuando salgan del estadio los rusos beber¨¢n mucho alcohol hasta ma?ana¡±, alerta un responsable de seguridad de la UEFA, ¡°y los ingleses tambi¨¦n¡±.
La batahola, la tercera pelea registrada en la ciudad desde el jueves, comenz¨® despu¨¦s del mediod¨ªa. Hac¨ªan 30 grados y soplaba un viento de levante que hab¨ªa empujado una constelaci¨®n de veleros al mar. Cientos de aficionados ingleses, rusos y marselleses llevaban horas desafi¨¢ndose con la mirada, con c¨¢nticos, lanzando alg¨²n objeto, y bebiendo. Bebiendo cerveza ininterrumpidamente desde media ma?ana. Las callejuelas del barrio de Thiars, un enclave construido en el siglo XVIII junto al Puerto Viejo de Marsella, fueron la ratonera en la que se citaron algunos de los hinchas. Ah¨ª pudieron escapar de la mirada de la polic¨ªa. Los ingleses iban abanderados con la cruz de San Jorge. Los rusos, con un estandarte de la banda Carniceros de Oriol.
Quince minutos
Fueron solo unos quince minutos. Tuvo la traza de los rituales planificados por grupos ultras. Apenas hubo contacto f¨ªsico entre ellos. Simplemente escaramuzas y lanzamiento de objetos desde barricadas improvisadas. Sillas, mesas, vasos, botellas, piedras. Lo que pillaran. Cuando la polic¨ªa se present¨® y deshizo el duelo a base de gas lacrim¨®geno y un ca?¨®n de agua, un hombre apareci¨® tendido sobre la calzada en medio de un sinf¨ªn de desperdicios. Aparentemente se trata de un ingl¨¦s. Corpulento, grande, de mediana edad. Su estado era tan cr¨ªtico que los servicios m¨¦dicos debieron practicarle un masaje card¨ªaco en el lugar antes de ingresarlo. Los medios locales, que citan fuentes administrativas, dicen que se encuentra ¡°entre la vida y la muerte¡±.
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