Froome rompe el guion
El brit¨¢nico ataca bajando del Peyresourde, gana la etapa y es l¨ªder con 23s sobre Nairo
En la salida de Pau, donde a¨²n hace fresco tan prontito y no huele a rabia ni a adrenalina y sudor sino a Issey Miyake sobre pieles reci¨¦n duchadas, Eusebio Unzue habla con su ciclista de anta?o Jeff Bernard. Recuerdan que hace justo 25 a?os, en una etapa no muy diferente, con el Tourmalet tambi¨¦n y el Val Louron por su otra cara, una generaci¨®n grande dec¨ªa adi¨®s, Fignon, Perico, Roche, LeMond, y una nueva, comandada por Miguel Indurain de amarillo tomaba el poder. Con el pelo ya blanco ambos se miran enso?adores y exclaman: ¡°?25 a?os ya ?C¨®mo pasa el tiempo!¡± No se regodean m¨¢s en el pasado, no extraen conclusiones ni hablan de inspiraci¨®n ni de riesgo. El presente es otra cosa. El presente, dice Unzue, es el ciclismo calculado, escrito de antemano, que nunca se sale del guion. ¡°Ahora bien¡±, advierte el director del Movistar de Nairo Quintana. ¡°Que nadie se descuide: lo inesperado resulta m¨¢s extraordinario y desestabilizante ahora, cuando parece que ya se sabe de antemano lo que va a pasar¡±.
Desgraciadamente para sus intereses y para su moral, en la meta de Bagn¨¨res de Luchon, donde el sol de las cinco de la tarde cae a plomo y huele a macadam derretido que se pega como chicle en las suelas y en las ruedas, a estupor sudoroso y a alegr¨ªa ajena, Unzue comprob¨® en su moral cu¨¢nta raz¨®n ten¨ªa por la ma?ana fresca: en la etapa de los cuatro grandes cols pirenaicos sucedi¨® lo inesperado, y, por supuesto, la sensaci¨®n de da?o causado, el llamado efecto psicol¨®gico del golpe, fue mayor que el da?o mismo, pues el que lo sufre descubre que se pensaba preparado para todo y no, a¨²n ten¨ªa un flanco descubierto, y el enemigo se lo hab¨ªa descubierto. ¡°Es justo lo que busc¨¢bamos¡±, dice feliz Nico Portal, director del Sky de Froome. ¡°Un golpe de efecto¡±.
Mediando un descuido y un ataque premeditado y ensayado en el descenso del Peyresourde a meta de Froome, hasta ahora considerado torpe sobre la bici y temeroso de los descensos, y bajando gan¨® la etapa y el maillot amarillo como es su costumbre el primer d¨ªa de la monta?a, Nairo perdi¨® 23s, que no es nada, dado lo que queda, y parte de su confianza, que es mucho, dado c¨®mo su fuerza se multiplica en la fe ilimitada en sus posibilidades.
El colombiano que llegaba a la monta?a igualado a tiempo con Froome por primera vez en su carrera y se presenta a su nivel subiendo, permaneci¨® al lado de Froome, pegado a cent¨ªmetros, tan cerca que casi pod¨ªa o¨ªr sus pensamientos, durante 168,5 de los 184 kil¨®metros que med¨ªa, y cuatro puertos, Tourmalet, Ancizan, Val Louron y Peyresourde, uno de los d¨ªas m¨¢s duros que recordaban todos sedientos en el Tour, cocidos en el horno de los puertos sin una gota de aire ascendiendo a 15 por hora apelotonados. Solo le dej¨® un metro un instante, nada m¨¢s coronar el Peyresourde, y a meta solo quedaban 15,5 kil¨®metros en largo descenso. Froome hab¨ªa esprintado y Nairo tras ¨¦l perdi¨® una d¨¦cima en coger al vuelo un bid¨®n que le ofrec¨ªa un masajista. Lo agarr¨® con los dientes y mir¨® adelante, y vio que Froome no hab¨ªa dejado de esprintar y que no estaba a un cent¨ªmetro, sino a un metro que eran ya dos y tres. Como si le quemara el bid¨®n en la boca lo arroj¨® al suelo, pero en vez de lanzarse hasta morir a por Froome, medit¨® y se volvi¨® para ver si llegaba su ayudante Alejandro Valverde para organizar el descenso, y dej¨® de ver a Froome para siempre. ¡°Fue un descuido m¨ªo¡±, reconoci¨® Nairo. ¡°Dos segundos que he pensado y se me ha ido¡±. Y Unzue lo oye y recuerda lo que le dec¨ªan en la escuela de que algunos solo aprenden d¨¢ndose golpes.
El descenso
Fuera de la vista de los perseguidores, Froome exhibi¨® un modo de descenso poco visto, muy entrenado por el ingl¨¦s en invierno y tambi¨¦n en el Peyresourde y muy aerodin¨¢mico, pedaleando sentado directamente en la barra de la bici, en una postura inc¨®moda y desequilibrada que recordaba lejanamente a la postura huevo con que Graeme Obree bati¨® el r¨¦cord de la hora. ¡°No pensaba llegar, pero estoy contento de haber corrido el riesgo¡±, dijo Froome de amarillo. ¡°Si me hubieran cogido me habr¨ªa dado igual. Habr¨ªa sido siempre fant¨¢stico el subid¨®n que me dio bajar a 90 por hora¡±.
Y le doli¨® a Nairo la alegr¨ªa tremenda de ganadores de Eurocopa casi con que celebraron los ingleses, Froome y su Sky, tanto como a Contador perder m¨¢s de un minuto m¨¢s en los ¨²ltimos metros del Peyresourde, y tanto como al aficionado colombiano que animaba a su Nairo desaforado en la cuneta le doli¨® el pu?etazo que le solt¨® Froome para apartarlo de su camino. ¡°No tengo nada contra los colombianos, que quede claro, son un pueblo y unos aficionados magn¨ªficos, pero este era un peligro¡±, dijo Froome, cuyo mejor hombre en su Sky es colombiano, Se llama Sergio Henao y es rival de Nairo desde muy j¨®venes.
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