Una Villa de colorines y colas para el McDonald¡¯s

Las torres de los edificios de la Villa Ol¨ªmpica de R¨ªo no son tan feas como se ven en las fotos. Para llegar a la casa de los atletas se tarda 10 minutos en autob¨²s desde el centro de prensa. Las primeras banderas que se ven son las de Serbia. Son las m¨¢s grandes junto a las de Eslovenia, Kazajist¨¢n, Cuba, Eslovenia y Azerbaiy¨¢n. La torre de los atletas espa?oles est¨¢ m¨¢s escondida, entre la de Australia y la de Brasil. A los italianos se les reconoce por las gafas de sol y porque llevan los colores de su bandera hasta en las zapatillas.

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Recorrido por la Villa Ol¨ªmpica

La antorcha ol¨ªmpica llega a R¨ªo

Hay rusos haciendo colas en el banco, hay ucranios haci¨¦ndose selfies delante de un cartel enorme con el Cristo del Corcovado ¨Cpor si no les da tiempo de ir a visitarlo¨C y las playas de Ipanema y Copacabana. Y hay otros, muchos, haciendo cola para entrar al McDonald's a las 12 de la ma?ana. Huele a hamburguesas y patatas fritas nada m¨¢s entrar a la zona de recreo de los deportistas de la Villa. Hay un banco, una oficina de correo, una zona-carpa para hacerse foto-recuerdos cachondas con gafas de colores, sombreros y m¨¢s objetos curiosos ¨Ccomo en las bodas¨C. Hay un sal¨®n de belleza, una tienda de flores, una tintorer¨ªa, una sala de realidad virtual ¨Cse ve a algunos atletas pegar gritos sentados en sillones con sus gafas puestas¨C, un supermercado, una oficina que vende entradas para las competiciones y, en la parte final, una zona con arena, tumbonas, sombrillas y un campo de voley playa. Esta ma?ana est¨¢ tomado por un grupo de ol¨ªmpicos polacos.

A lo largo de todo el paseo hay c¨¦sped artificial y banquetas de colores. Se respira ¨Cpatatas fritas aparte¨C buen ambiente. ¡°De todas las Villas en las que he estado, esta es la que m¨¢s me gusta. Dentro hay cosas sin acabar, pero tiene mucho verde, muchas zonas para pasear y cada edificio tiene piscina¡±, cuenta Guillermo Molina, jugador de waterpolo, en sus cuartos Juegos. Su compa?ero Daniel L¨®pez y ¨¦l ya han pedido hora para el sal¨®n de belleza. ¡°Para cortarnos el pelo, en realidad. No pudimos ir el d¨ªa 2 que nos dieron cita y ahora est¨¢ tan lleno que hasta el 12 nada¡­¡±, cuenta L¨®pez. ¡°Nosotras hemos pedido hora para la manicura. Tambi¨¦n est¨¢ llen¨ªsimo porque nos han dicho que muchas se han apuntado para hacerse las u?as con los colores de sus pa¨ªses y lucirlas en la ceremonia¡±, cuentan Carlota Salvatella, Xantal Gine y Cristina Guinea, del equipo de hockey hierba, de paseo por la Villa antes del izado de bandera del equipo espa?ol.

Todo lo que necesiten (banco, correos, etc) est¨¢ en esta zona. El comedor est¨¢ en la otra parte. Es una carpa enorme de m¨¢s de 200 metros de largo. ¡°Y aun as¨ª se forman colas¡­¡±, aseguran los chicos del waterpolo. ¡°Como te pierdas ah¨ª dentro y tengas que buscar a alguien es imposible encontrarlo¡±, asegura Cristina. Las tres se quejan de que hay poca variedad de comida y que todos los d¨ªas siempre es la misma. Est¨¢ dividido por sectores seg¨²n el tipo de cocina: italiana, brasile?a, asi¨¢tica, china, india. ¡°Nosotras vamos a la italiana por la pizza y la pasta. Y a la asi¨¢tica: tienen unos fideos y un pollo que son lo mejor¡±, a?aden. ?Alguna estrella? ¡°Unas compa?eras vieron a Phelps. Nosotros a Nadal y Djokovic¡±, dicen. Se acaban de perder a Lochte paseando con su nuevo pelo color plata.