El grito de Carolina Mar¨ªn intimida al imperio chino
La jugadora espa?ola, de 23 a?os, le gana a Xuerui Li en una semifinal (21-14 y 21-16) con altas dosis de teatralidad. Pelear¨¢ por la medalla de oro en R¨ªo
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Quienquiera que se aventure en un bosque salvaje podr¨¢ escuchar el grito amenazador del ave territorial. El chillido de Carolina Mar¨ªn, similar al de la urraca o el arrendajo, reson¨® 42 veces en el pabell¨®n de R¨ªo. Tantas como puntos consigui¨® en las semifinales del torneo ol¨ªmpico de b¨¢dminton que disput¨® contra la vigente campeona, la china Li Xuerui, derrotada en los dos primeros sets de un partido a tres. La espa?ola asegur¨® la plata y se clasific¨® para la final en una exhibici¨®n de las cualidades que definen a los mejores deportistas y a los p¨¢jaros m¨¢s agoreros.
A fuerza de suministrarle remates y globos en dosis industriales, Carolina Mar¨ªn disuadi¨® a Li Xuerui de practicar su temible juego de red e inscribi¨® su nombre en el libro de los grandes pioneros del deporte espa?ol. Su presencia en la final ol¨ªmpica de b¨¢dminton refleja el calibre de su haza?a en una disciplina que hasta ahora, salvo raras excepciones, ha sido monocultivo de jugadores del Extremo Oriente y la Cuenca del Pac¨ªfico.
Los Juegos de Barcelona instauraron el b¨¢dminton en el programa ol¨ªmpico. Desde entonces, de los 22 jugadores que hab¨ªan disputado finales individuales, solo dos fueron europeos. Ambos de Dinamarca, ¨²nico pa¨ªs occidental que desarroll¨® este deporte al m¨¢ximo nivel. Los otros finalistas fueron nueve chinos, siete indonesios, tres coreanos y dos malayos. A partir de ahora, habr¨¢ una espa?ola. Una chica de 23 a?os, nativa de Huelva, que abandon¨® el pabell¨®n asediada por la prensa china y sin apenas traslucir emociones. Carolina Mar¨ªn es una estrella en Asia.
"Como si uno de Maldivas le gana a Usain Bolt"
¡°Esto¡±, explic¨® Fernando Rivas, su entrenador, ¡°es como si un t¨ªo de las islas Maldivas le gana a Usain Bolt en los 100 metros. Los asi¨¢ticos se sorprenden de que un pa¨ªs sin tradici¨®n haya sido capaz de construir esto que hemos hecho en Espa?a con Carolina. Yo digo que lo hemos logrado precisamente por esto. Porque no tenemos unos patrones marcados y hemos construido el camino como nos ha dado la gana. Los asi¨¢ticos no nos preguntan qu¨¦ hemos hecho y eso est¨¢ bien. ?Que sigan con su tradici¨®n!¡±.
La combinaci¨®n de sutileza y potencia entra?a el gran dilema del deporte. Carolina Mar¨ªn integra las dos virtudes y ejecuta con una precisi¨®n pasmosa soluciones variadas para los problemas m¨¢s inesperados. Dificultades como los que plantea el volante, tambi¨¦n llamado pluma, cuando describe trayectorias m¨¢s o menos azarosas. Lo mismo se convierte en una hoja que cae meci¨¦ndose que en un proyectil que vuela a m¨¢s de 130 kil¨®metros por segundo. Li Xueriu, que atesora 23 t¨ªtulos, domina el arte del efecto, del spin, y una vez en la red despliega reflejos de gato para estrellar la pluma a toda velocidad.
Rivas traz¨® una estrategia basada en dos ideas, una puramente t¨¦cnica y la otra relacionada con la representaci¨®n de un papel. La consigna t¨¦cnica fue no entrar a lo que ¨¦l llama ¡°juego tenso¡±, que habr¨ªa significado un intercambio r¨¢pido de golpes. El gui¨®n interpretativo implic¨® que Carolina deb¨ªa adoptar una postura avasalladora. ¡°Se trat¨® de jugar al ataque¡±, explic¨® el entrenador, ¡°mostrar un buen lenguaje corporal y tener mucha paciencia¡±.
¡°La paciencia es importante en este juego y en la vida en general¡±, dijo Rivas. ¡°Especialmente contra Xuerui, que tiene una defensa que antes de que pongas el pie en el suelo el volante est¨¢ en el otro lado de la pista y ya vas desequilibrado. Hay que tomar las decisiones correctas en los momentos correctos¡±.
Carolina Mar¨ªn define al b¨¢dminton como una ¡°actividad intelectual¡±. Este aspecto incluye la interpretaci¨®n. Jugar es acertar con el golpe y a la vez persuadir al adversario. La pista es tambi¨¦n un escenario donde gana el actor que convence mejor. Carolina Mar¨ªn, s¨²bdita de un pa¨ªs min¨²sculo para este deporte, convenci¨® a los chinos de que los hab¨ªa colonizado.
¡°Fue importante desdramatizar mis fallos y concentrarme en la estrategia¡±, dijo. ¡°Ten¨ªa que mostrarle a la china en todo momento que yo ven¨ªa a ganarle. No venirme abajo, porque est¨¢ claro que los chinos dominan el b¨¢dminton. Y sobre todo, lanzar un mensaje a los entrenadores chinos. Cuando les demuestras que no te rindes los pones nerviosos. A pesar de mis fallos, que son inevitables. Deb¨ªa mantener el lenguaje corporal de luchadora¡±.
Cada uno de los gestos est¨¢ estudiado. Fernando Rivas sabe que los chinos beben de una cultura tan milenaria como machista. La presencia de una mujer capaz de desafiarles con su lenguaje corporal (o, sencillamente, con sus graznidos) los desconcert¨®. Este estupor se contagio inmediatamente a la jugadora adversaria. Li Xuerui se mostr¨® abrumada. Nunca pudo abandonar su fr¨¢gil estatuto reactivo. Cuando la espa?ola se adelant¨® definitivamente en el segundo set (18-16), su contrincante apoy¨® mal el pie izquierdo y cay¨® al suelo se?al¨¢ndose la rodilla. Li Xuerui acab¨® coja. No volvi¨® a ganar un punto.
La Virgen del Roc¨ªo
A diferencia del tenis, el b¨¢dminton es un acontecimiento bullicioso. En un recinto atestado de chinos que no dejaron de alentar a su jugadora, el ruido en las gradas fue constante. Solo se rompi¨® en 42 ocasiones. Cada una de las veces que la ganadora silenci¨® a la muchedumbre con su grito intimidatorio.
Rivas se march¨® muy serio. Dijo que no hab¨ªa nada que celebrar porque estaban all¨ª por el oro, y para lograrlo faltaba un partido, la final que se disputar¨¢ este viernes, contra la india Pusarla Sindhu (a las 15.25, hora espa?ola). ¡°Le he dicho a Carolina que no se emocione tanto¡±, advirti¨® el t¨¦cnico. ¡°Que tranquila. Por si acaso. Porque hemos visualizado todo lo que est¨¢ ocurriendo para mantener la calma en todo momento, por ejemplo, cuando aparece ese inoportuno que en la Villa le dice: ¡®?Venga, campeona que lo tienes hecho!¡±.
Carolina Mar¨ªn sonri¨® cuando le preguntaron qu¨¦ era esa figura triangular plateada que brillaba en su cuello. ¡°Yo no tengo ninguna medalla todav¨ªa¡±, dijo. ¡°La ¨²nica medalla que tengo es la de la Virgen del Roc¨ªo. As¨ª que ma?ana iremos a por la medalla de oro¡±.
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