El reseteo de Simeone
El t¨¦cnico del Atl¨¦tico se enfrenta al reto de volver a motivar a un grupo exigido al m¨¢ximo y de encontrar m¨¢s juego y m¨¢s gol
¡°?El gol est¨¢ en el primer palo!¡±, ¡°?El gol est¨¢ en el primer palo!¡±. La voz rasgada de Diego Pablo Simeone vuelve a retumbar en los campos de entrenamiento del Cerro del Espino de Majadahonda. Las indicaciones van dirigidas a sus jugadores de banda para que cierren los centros hacia el lugar donde la capacidad de anticipaci¨®n de dos delanteros menudos como son Griezmann y Gameiro ser¨¢ m¨¢s determinante que su envergadura.
El verano de Simeone ha sido silencioso. Salvo una comparecencia en Argentina para presentar un libro y una entrevista, se le ha escuchado m¨¢s sobre la hierba que en los medios. A la espera de que ofrezca su primera rueda de prensa en la previa del partido con el Alav¨¦s, su ¨²ltima gran aparici¨®n fue en Mil¨¢n. La convulsi¨®n que gener¨® en el club y entre la afici¨®n aquel periodo que solicit¨® para reflexionar ha dejado en el aire si esos gritos que cortan el calor de las ma?anas en San Rafael o en Majadahonda son los de un entrenador refichado y reseteado para volver motivar a un grupo ante una exigencia m¨¢xima. ¡°Todo est¨¢ bien encauzado con ¨¦l¡±, sostienen desde el club.
Aquellas declaraciones tras la derrota de Mil¨¢n sorprendieron porque Simeone se antepuso al equipo y a la entidad. Caus¨®, en medio del fragor del dolor de jugadores, dirigencia e hinchada, un terremoto centrado en su figura rompiendo ese c¨®digo antiindividualista que tanto predica. Nunca se hab¨ªa visto al t¨¦cnico argentino tan abatido ante la derrota. Aquel mensaje que urdi¨® antes de entrar a la sala de prensa de San Siro fue el de un entrenador que se sent¨ªa muy culpable de esos primeros 15 minutos de la final en los que su equipo no sali¨® como esperaba y encaj¨® un gol a bal¨®n parado. Tambi¨¦n fueron las palabras de quien se culpabilizaba de ese tramo del segundo tiempo y de la pr¨®rroga en la que tuvo a su rival contras las cuerdas y no supo rematarlo.
El an¨¢lisis final del curso anterior dice que el Atl¨¦tico le disput¨® la Liga a Madrid y Bar?a hasta la pen¨²ltima jornada y que la Champions se la levantaron los penaltis, el que fall¨® Griezmann y la tanda decisiva. Es decir, Simeone, su estilo contragolpeador y sus futbolistas se quedaron a un cent¨ªmetro de arrebatarle la gloria a ese duopolio que les triplica el presupuesto y les supera de largo en el g¨¦nero m¨¢s valioso del juego: el gol. El Atl¨¦tico roz¨® un curso hist¨®rico agarrado solo a Griezmann y al tramo final de Torres.
Si conserva sus niveles de intensidad habituales, el Atl¨¦tico es el mejor equipo defensivo del mundo. El armaz¨®n con los Oblak, Juanfran, Filipe, God¨ªn, Savic o Gim¨¦nez, m¨¢s el innegociable despliegue defensivo del centro del campo y de la delantera lo mantiene. De nuevo, el reto de Simeone apunta a esa mejora del juego ofensivo que le permita una mejor relaci¨®n con el gol.
Descartada la opci¨®n ?liver tras el intento de la campa?a pasada, hay tanto debe en el entrenador como en el jugador, la figura de Gait¨¢n emerge como la de ese diez destinado a afinar los pases en los ¨²ltimos metros y darle pausa y temple al equipo. El mediapunta argentino, fichado del Benfica, ha sido una de las grandes obsesiones de Simeone desde que lleg¨® al Atl¨¦tico en diciembre de 2011. En su debe, para esa mejora con el bal¨®n, tambi¨¦n est¨¢ hacer que un 10 rinda, algo que no sucede desde la pen¨²ltima temporada de Arda en el club.
La figura de Koke, otra vez, ha vuelto a centrar las miradas como mediocentro. La experiencia dice que se desenvuelve mejor por el centro, pero no como referencia en la salida del bal¨®n, sino como lanzador de los puntas al espacio. El mejor Koke se vio cuando tuvo dos opciones de pase al espacio (Griezmann y Fernando Torres) y no una sola. Ahora, con Gameiro, por abajo y en el primer palo, puede estar la clave de esa mejora en el juego y en el gol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.