Otro final macabro para el Atl¨¦tico
El Alav¨¦s empata en el minuto 95 tras adelantar Gameiro al conjunto rojiblanco en el 92
El primer partido de la que ser¨¢ la temporada de despedida del Vicente Calder¨®n fue fiel a esa parte de la historia rojiblanca que mezcla el sufrimiento, con el alborozo y el drama. Reapareci¨® traicionera esa parte de su vida en la que al Atl¨¦tico de Madrid le cabe todo en los minutos finales. Un penalti a favor en el descuento, con la grada pasando de la desaz¨®n a la euforia y, de nuevo, por en¨¦sima vez, condenada a rumiar un resultado en contra cuando festejaba el triunfo. Ninguna hinchada parece m¨¢s apegada a vivir la grandeza del f¨²tbol que la del Atl¨¦tico, tantas veces golpeada en situaciones similares. Gameiro hab¨ªa transformado el penalti cometido en el descuento sobre Torres, bandera de la carga final que parec¨ªa haber encontrado premio, y al poco, Manu engarzaba ese disparo que superaba a Oblak. Esa amarga incredulidad volvi¨® a flotar sobre jugadores, entrenador y afici¨®n. No hizo m¨¢s el Alav¨¦s en ataque que esa jugada y se llev¨® un punto. De nuevo, ese fatalismo que roza lo macabro inund¨® el Calder¨®n. No es m¨¢s el fruto de las posibilidades que ofrece el juego mientras el colegiado no se?ala el final, pero con el Atl¨¦tico parece ensa?arse.
La nueva temporada para el Atl¨¦tico de Madrid ense?o un mismo problema a resolver: el gol. Tambi¨¦n una certeza. El equipo mantiene esa fe inquebrantable para ir a por los partidos hasta el ¨²ltimo aliento. El problema del gol se le manifest¨® a los rojiblancos en sus dos vertientes. Primero en serios problemas para generarlo, despu¨¦s, cuando el juego le alcanz¨® para tenerlo, le fall¨® la definici¨®n. Dos palos, uno de Carrasco y otro de Torres, y un remate al limbo de Gameiro con todo a favor y una doble ocasi¨®n del franc¨¦s sobre la raya certificaron esa mala relaci¨®n con el gol que persigue al Atl¨¦tico desde hace tiempo. El partido fue suyo de principio a fin. El Alav¨¦s se present¨® en Madrid con la intenci¨®n de solo aprobar en defensa en su reestreno en Primera y concedi¨® todo sin ning¨²n rubor: campo y pelota.
Tuvo el Atl¨¦tico de inicio esos tramos largos de f¨²tbol de zapa. Un buen pu?ado de minutos en los que exhibe esa condici¨®n de equipo tan laborioso como trabajado para ocupar el campo, pero lento de ideas para progresar en ataque con veneno. Son instantes en los que el repaso de la n¨®mina de sus jugadores ofensivos obliga a cuestionarse por qu¨¦ no tienen m¨¢s protagonismo. ?No es Carrasco un jugador para el desborde continuo? ?No tiene Gameiro una capacidad de desmarque hacia los costados y hacia el arco contestada como para encontrarle m¨¢s? Le suele pasar a este equipo que hay partidos en los que el brillo de sus jugadores de m¨¢s talento es escaso para el potencial que atesoran. Puede que tenga que ver con lo que le cuesta engarzar un f¨²tbol m¨¢s fluido para generar m¨¢s unos contra uno y m¨¢s espacios por delante de sus delanteros para que estos puedan correr.
Los primeros agujeros los encontr¨® el equipo de Simeone con Juanfran, muy activo y culebrero. Un centro suyo atr¨¢s lo pifi¨® Koke. Este ¨²ltimo rompi¨® al Alav¨¦s tras un pase en profundidad de Juanfran y su pase lo desaprovech¨® Gameiro a la carrera, solo ante Pacheco, con un remate arriba. Al poco, Carrasco ejecut¨® una de esas roscas desde fuera del ¨¢rea que forman parte de su repertorio y el palo la repeli¨®. Jug¨® el belga en vez de Gait¨¢n ante la ausencia de Griezmann, en lo que pareci¨® una decisi¨®n de Simeone de respetar los m¨¦ritos de la temporada pasada en un curso en el que ¨¦l mismo ya ha advertido de que debe ser muy cuidadoso con sus elecciones.
Debi¨® irse el Atl¨¦tico al descanso con el marcador a favor. Su falta de punter¨ªa le oblig¨® a uno de esos segundos tiempos cl¨¢sicos en los que se vuelca en el ¨¢rea contraria con el coraz¨®n en la boca. Simeone, adem¨¢s, vaci¨® el cargador desde el primer minuto de la reanudaci¨®n dando entrada a Torres por Tiago. Y redobl¨® la dinamita metiendo a Correa y Gait¨¢n por Carrasco y Gabi. La rotaci¨®n dej¨® como mediocentros a Koke y a Sa¨²l, en una decesi¨®n muy ambiciosa que le dio para cercar al Alav¨¦s hasta acogotarlo y sacar ese penalti bien provocado por Torres. Todo parec¨ªa liquidado con la ejecuci¨®n de Gameiro. Pero emergi¨® esa historia en la que al Atl¨¦tico le cabe todo en un minuto: alegr¨ªa y desaz¨®n.
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