Freeman: ¡°Si no se investiga el ama?o, lo denunciaremos¡±
El padre y el hijo que denunciaron el ama?o de un partido de cadetes de hace dos temporadas valoran alternativas para que el caso no quede impune
Mark Freeman est¨¢ acostumbrado a lidiar con conflictos. Lo suyo es la mediaci¨®n, tarea en la que se desenvuelve desde hace 15 a?os y que le llev¨® a Barcelona en 2011 como director ejecutivo del Instituto para las Transiciones Integrales (IFIT).?El abogado y su hijo Malachai pretenden llevar el ama?o del partido de cadetes entre el Cornell¨¤ y el Gimn¨¤stic Manresa hasta las ¨²ltimas consecuencias. ¡°Si la Federaci¨®n (FCF) no investiga el caso, no pararemos aqu¨ª. Y adem¨¢s habr¨¢ que investigar a la Federaci¨®n¡±, aseguran.
El ente federativo puso sus herramientas de regulaci¨®n normativa a disposici¨®n de los equipos implicados ¡ªCornell¨¤, Gimn¨¤stic y Europa¡ª una reuni¨®n celebrada el pasado lunes. Pero no pretende reabrir la investigaci¨®n por voluntad propia. ¡°Para cumplir el reglamento necesitamos que el Europa o alg¨²n otro club presente nuevas evidencias para que el expediente vuelva a estudiarse. Las pruebas que se presentaron hace un a?o ya tuvieron su veredicto¡±, justifican desde el organismo. Algo que no comprenden los Freeman. ¡°Las evidencias son muchas ?Por qu¨¦ se necesitan m¨¢s pruebas que seis confesiones independientes para justificar una investigaci¨®n?¡±, se pregunta Malachai en referencia al?art¨ªculo de EL PA?S publicado el pasado 18 de septiembre.
El Europa, por su parte, espera encontrar alg¨²n rastro, alg¨²n v¨ªdeo guardado en los m¨®viles de los asistentes al partido. Lo que sea. Su intenci¨®n es presentar la documentaci¨®n necesaria que pide la FCF. Pero si no es posible y el camino administrativo se interrumpe, el caso estar¨¢ lejos de cerrarse. ¡°Si fuera necesario, utilizar¨ªamos v¨ªas judiciales ordinarias que asuman la investigaci¨®n, y valoramos otras posibilidades¡±, insisten los Freeman.
Como juguetes
Padre e hijo pretenden impedir que el tiempo nuble la memoria y consideran que el caso no es aislado. ¡°No creo que aquel partido fuera un caso excepcional¡±, expresa Mark. La edad de los chicos, cadetes de entre 14 y de 15 a?os, agrava la situaci¨®n. ¡°Los ni?os y j¨®venes son como juguetes en el f¨²tbol. Este caso explica que no son la consideraci¨®n primordial del deporte formativo, sino la ¨²ltima¡±. Para los Freeman, a¨²n hay demasiado silencio de muchos padres. Entre reuniones por el mundo, el abogado compart¨ªa el caso con sus colegas. ¡°No se cre¨ªan que no se investigara¡±. Ahora esperan que la Federaci¨®n act¨²e. Si no, lo har¨¢n ellos.
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