Mourinho: el infierno del diablo rojo
Expulsado durante el empate a cero del United en casa contra el modesto Burnley, el t¨¦cnico portugu¨¦s se podr¨ªa hospedar en el Palacio de Versalles y no se sentir¨ªa en paz
¡°Los muros de piedra no hacen una prisi¨®n, ni los barrotes de hierro una jaula¡±. Richard Lovelace, poeta ingl¨¦s del siglo XVII.
Nelson Mandela pas¨® 20 de sus 27 a?os de c¨¢rcel en una celda cuyas paredes pod¨ªa tocar estirando los brazos. Jos¨¦ Mourinho ha pasado 17 semanas viviendo en la suite presidencial de un hotel de cinco estrellas en Manchester.
Mandela siempre record¨® su ¨¦poca en la isla de Robben, el Alcatraz sudafricano en el Atl¨¢ntico sur, con lo que se podr¨ªa llamar perversa nostalgia. Sol¨ªa decir que agradeci¨® la oportunidad de poder leer, pensar y reflexionar a solas.
Mourinho, el entrenador del Manchester United, habl¨® de su vida monjil en el Hotel Lowry, lejos de su familia afincada en Londres, en una entrevista con Sky televisi¨®n esta semana. Fue una ocasi¨®n para que el portugu¨¦s, conocido por la acidez de su temperamento, demostrara su lado m¨¢s humano. Vimos por primera vez a un Mourinho tierno y vulnerable.
¡°Para m¨ª es un poco desastre porque a veces quiero caminar un poco y no puedo¡±, confes¨®. ¡°Solo quiero cruzar el puente e ir a un restaurante. No puedo, as¨ª que lo paso realmente mal¡±.
La celda de Mandela se ha convertido en un lugar de visita obligada para aquellos que van de vacaciones a Ciudad del Cabo. Un columnista del Times de Londres sugiri¨® un par de d¨ªas despu¨¦s de la entrevista de Mourinho con Sky que llegar¨¢ el d¨ªa en el que ocurrir¨¢ lo mismo con la suite presidencial del Lowry. Los turistas har¨¢n visitas guiadas a la jaula dorada del c¨¦lebre entrenador.
Son las celdas mentales, no las f¨ªsicas, las que causan el peor sufrimiento
Ver¨ªan, dec¨ªa el Times, que Mourinho tuvo que conformarse con un sal¨®n de 145 metros cuadrados, dos dormitorios, una cocina y un ba?o de m¨¢rmol italiano; que el sal¨®n gozaba de un televisor de 78 pulgadas, un piano y vistas sobre un r¨ªo; que las s¨¢banas de las camas estaban hechas del m¨¢s fino algod¨®n egipcio. (Los curiosos que se quieran ahorrar el peregrinaje a Manchester podr¨¢n ver im¨¢genes del templo aqu¨ª: https://www.thelowryhotel.com).
S¨ª, claro. Es f¨¢cil re¨ªrse; f¨¢cil extraer lecciones ir¨®nicas de la comparaci¨®n entre los aprietos de Mandela y Mourinho, o de los de Mourinho con aquellos habitantes de la tierra que deben buscarse la vida con un sueldo menor de 22 millones de euros al a?o. Intentemos ser generosos y hacer lo que hac¨ªa Mandela: meterse en la piel del otro. Hag¨¢moslo tomando como gu¨ªa las letras que compuso el poeta ingl¨¦s Richard Lovelace para su amada desde la c¨¢rcel: ¡°Los muros de piedra no hacen una prisi¨®n, ni los barrotes de hierro una jaula¡±.
La idea es que son las celdas mentales, no las f¨ªsicas, las que causan el peor sufrimiento. Lovelace sab¨ªa que su amada lo quer¨ªa y eso ya era m¨¢s que suficiente para que en su alma, como escribe al final del poema, se sintiera libre y sereno.
Expulsado el s¨¢bado durante el empate a cero del United en casa contra el modesto Burnley, Mourinho se podr¨ªa hospedar en el Palacio de Versalles y no se sentir¨ªa en paz. Como comenta en la entrevista con Sky, cada vez que emerge a la luz del d¨ªa, a la calle o a un restaurante, sufre el acoso de desconocidos que le piden selfies. Duro, sin duda, pero eso es lo de menos, como bien deber¨ªa saber Mourinho si examinara su coraz¨®n, o si un psicoanalista examinara su subconsciente.
El ¡°desastre¡± que sufre tiene causas m¨¢s profundas. No fue casualidad que dijera que lo estaba pasando ¡°realmente mal¡± solo tres d¨ªas despu¨¦s de que su equipo sufriera una humillante derrota por 4 a 0 contra su anterior equipo, el Chelsea. Mourinho necesita amor, adoraci¨®n incluso, y no tiene la seguridad de que los fans del United se lo vayan a dar. Millones de ellos dudan de ¨¦l como en su d¨ªa dudaron de ¨¦l millones de los del Real Madrid. Sospechan que el f¨²tbol que predica est¨¢ anclado en el pasado; que, a diferencia no solo del Mandela encarcelado sino del entrenador del vecino Manchester City, Pep Guardiola, carece de una visi¨®n ¨¢gil, pr¨¢ctica y optimista para el futuro.
Solo en caso de cambiar el sistema de los diablos rojos del United, de dar el salto a la modernidad necesario para que su equipo juegue con libertad, y no como presos millonarios asustados, se olvidar¨¢ Mourinho de pensar que su vida en la suite presidencial es un infierno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.