La constancia del corredor
La constancia, la determinaci¨®n y la permanente presencia de un objetivo son tres de los pilares en los que los atletas profesionales basan sus carreras
Cuando se sale a correr por las ma?ana, al poco de despertarse, hay unos momentos de zozobra en los que la cama parece tirar del deportista hacia el sue?o. La felicidad de encontrarse debajo del edred¨®n contrasta con lo que est¨¢ por llegar: el ejercicio f¨ªsico y la intemperie. Hay que tener mucha fuerza de voluntad para alejarse de los brazos de Morfeo y ponerse en marcha. Superado el trance de calzarse las zapatillas, la catarsis llega al romper a sudar. Ha vuelto a merecer la pena.
La constancia, la determinaci¨®n y la permanente presencia de un objetivo son tres de los pilares en los que los atletas profesionales basan sus carreras. Cualidades necesarias, sin duda, para levantarse cada ma?ana y afrontar las largas y, en muchos casos, solitarias, jornadas de entrenamiento. El abogado y escritor estadounidense John L. Parker traslada a El corredor (Capit¨¢n Swing), su experiencia como atleta universitario a trav¨¦s del personaje de Quenton Cassidy, un corredor de media distancia.
La novela relata la exigencia que rodea a los corredores de ¨¦lite, su relaci¨®n con los deportistas de otras disciplinas, con sus parejas y con sus rivales, as¨ª como la presencia constante de un objetivo: en este caso el recorrer una milla, prueba que fue muy popular en los a?os 50 y 60, en menos de 4 minutos. Tambi¨¦n es un recuerdo de un tiempo en el que llevar el pelo largo supon¨ªa un problema y en el que ver a gente corriendo por las aceras no se hab¨ªa convertido en tendencia.
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