Al Calder¨®n se llega m¨¢s temprano que nunca para el derbi
Los aficionados rojiblancos comienzan a llenar los aleda?os del estadio en la despedida de los Atl¨¦tico-Real Madrid de Liga del Manzanares
Lo han jugado Zidane y Simeone en sus ruedas de prensa. Lo jugar¨¢n Griezmann, Ronaldo, Bale o Koke, pero el derbi ya se ha comenzado a disputar desde hace meses. Las entradas se agotaron m¨¢s r¨¢pido que nunca y durante los ¨²ltimos d¨ªas la gente, esa que tambi¨¦n hace que este partido sea de los m¨¢s importantes del mundo, ha competido en las aceras, en los bares, en los caf¨¦s, en los taxis, en los garajes, en los buses, en el metro y en las escuelas de Madrid. "?Con qui¨¦n vas?", es la pregunta que se ha escuchado junto con alguna broma por las calles de la capital estos ¨²ltimos d¨ªas.
Esta tarde, si la Champions no vuelve a cruzarlos, ser¨¢ la ¨²ltima vez que el Vicente Calder¨®n reciba a su eterno rival, el Real Madrid. Cerca del Paseo de los Melanc¨®licos, cada vez m¨¢s nost¨¢lgico, todos, cuando faltan dos horas para el derbi, van con uno solo: el Atleti. Algunos llegaron a las 12.00, como F¨¦lix Rodr¨ªguez (52) y su pe?a. "Estamos aqu¨ª hace 20 a?os, pero la pe?a existe desde 2011", asegura Rodr¨ªguez, que con su silla de ruedas sigue al Atl¨¦tico a todos lados. "Ya tenemos nuestro abono para el nuevo estadio", afirma, sin preocuparse por el cambio de casa. "La principal diferencia entre los aficionados del Atl¨¦tico y los del Real Madrid es el coraz¨®n", sostiene, orgullosa, Cristina Fern¨¢ndez, otra integrante de la pe?a. "El Atl¨¦tico une gente, solo nosotros podemos hacerlo", cuenta Rodr¨ªguez. Todos est¨¢n de buen humor y ense?an sus banderas y bufandas rojiblancas. Nadie quiere acordarse de las finales de Champions ni ven este u otro derbi como una revancha de lo ocurrido. "El d¨ªa que se gane la Champions, que se ganar¨¢, no se borrar¨¢n las heridas de Lisboa y de Milan".
Los aficionados seguir¨¢n al Atl¨¦tico all¨¢ donde vaya, pero hay varios preocupados por la mudanza a la Peineta. Paco y Mar¨ªa tienen un puesto de venta de comida y admiten que ya no se vende tanto como antes "por la crisis" y que todav¨ªa no tienen su lugar asegurado entre los puestos del nuevo estadio. "A¨²n deben autorizarnos", sentencia, desganado Paco. Lo mismo dice Rafael S¨¢nchez, el due?o de El Parador, el m¨ªtico bar de la esquina de Paseo de los Melanc¨®licos. "Nos prometieron locales pero todav¨ªa nada", comenta.
Lleno e ilusi¨®n
Mientras cae la tarde, y la esquina del bar de Rafael se llena de aficionados rojiblancos que no quieren perderse el ¨²ltimo derbi, un coche pintado con los colores del Atleti se abre paso y los hinchas entonan el cl¨¢sico: "Te quiero Atleti, lo lo lo lo lo lo lo lo, te quiero Atleti, lo lo lo lo lo lo...". Conduce Samuel Abad y le acompa?a su esposa, Rosa, de la Pe?a Atl¨¦tica de Benidorm. "No suelo ir al estadio pero me ha invitado la pe?a de Madrid y no quiero perderme la despedida", explica mientras los aficionados se toman fotos con su coche. "Circula por toda Espa?a", asegura, sonriente. "Fui a Milan y a Lisboa", dice. Aunque r¨¢pidamente, como los otros aficionados, aclara: "No es una revancha. Es una competici¨®n de dos equipos hermanos aunque mucha gente no quiera admitirlo. Ambos representan a la ciudad de Madrid".
El sol termina de ponerse, los bares se llenan, el fr¨ªo de noviembre se vuelve c¨¢lido entre los c¨¢nticos colchoneros. No se ve, todav¨ªa, a nadie del Real Madrid. Abad mueve su coche. Enciende el motor. La gente espera que esta noche el Atleti arranque fuerte.
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