La Real cree, por fin, en s¨ª misma
Eusebio le ha dado tranquilidad y un perfil reconocible tras a?os de inestabilidad
La Real ha cubierto el primer tercio de la Liga con una sonrisa en la boca. La sonrisa de la estabilidad en un club que no encontraba el camino recto. Siete presidentes entre 2001 y 2008, 18 entrenadores entre 2000 y 2016 y un sinf¨ªn de futbolistas que desdibujaban el proyecto. No es extra?o que el m¨¢ximo de permanencia de un entrenador en el banquillo de la Real fuera de dos temporadas y no fueran pocas las veces que us¨® tres en la misma campa?a. El descenso de 2007 le llev¨® a un abismo deportivo y econ¨®mico. Jokin Aperribay ha enderezado el proyecto societario y todo apunta que Eusebio Sacrist¨¢n es el hombre tranquilo que necesitaba el equipo para una transici¨®n sin traumas. El Real es ahora quinto clasificado y, lo que es m¨¢s importante, aporta un nutrido grupo de futbolistas criados en Zubieta que solo esperaban una palmada en la espalda para echar a andar. Oyarzabal es el abanderado de esa nueva generaci¨®n en la que militan futbolistas como Concha, Bautista o H¨¦ctor conviviendo con veteranos de lujo como Xabi Prieto que a sus 33 a?os est¨¢ viviendo su segunda juventud.
Ese es el tapiz de la Real, sobrio pero no exento de colores, el que le ha hecho por fin creer en s¨ª mismo y dotarle de una autoestima que antes pesaba como una losa. Desde que retorn¨® a Primera en 2010, siempre se esperaba m¨¢s de la Real Sociedad. No era normal, se pensaba, su ausencia de competiciones europeas. Solo ha estado tres veces en alguna desde 2003, cuando Denoueix le aup¨® al subcampeonato de Liga o la que jug¨® de la mano de otro t¨¦cnico franc¨¦s, Philippe Montanier y una Liga Europa posterior. Poco bagaje para un club que siempre apuntaba alto pero acababa dispar¨¢ndose al pie.
La p¨¦rdida de Griezmann y el bajo nivel posterior de Carlos Vela no auguraban buenos tiempos para la Real. La apuesta por David Moyes fue un fuego artificial de baj¨ªsimo nivel que a poco le explota en las manos. Eusebio, sin experiencia en Primera Divisi¨®n pero con el equipaje lleno como exfutbolista, le ha dado sentido y orden a un equipo que ha encontrado la mejor versi¨®n de Zurutuza -un proyecto de gran futbolista atacado por las lesiones- para darle profundidad al centro del campo.
Sin embargo, la Real es un proyecto de extremos. Casi todo nace por las bandas, gracias al poder¨ªo de dos laterales a los que cualquier campo se les hace peque?o, Carlos Mart¨ªnez y Yuri. Casi todo nace por all¨ª, por dos laterales que exigen de su rival m¨¢s atenci¨®n que la que ellos les deben prestar a sus oponentes. Oyarzabal, Vela y Prieto son el tacto, el desequilibrio, la visi¨®n (la panor¨¢mica la pone Illarramendi, feliz en su entorno natural). Y por fin, parece que la Real ha dado con la tecla del nueve. La lesi¨®n de Agirretxe (parece que ya repuesto tras una cadena de desilusiones) la ha cubierto con William Jos¨¦, un nueve cl¨¢sico al que Eusebio ha sabido dome?ar en sus ansias individuales para hacerle part¨ªcipe del entramado ofensivo del equipo. Si se confirma la vuelta de Agirretxe, el t¨¦cnico vallisoletano tendr¨¢ al fin donde elegir, un quebradero de cabeza que desean todos los entrenadores.
¡°El equipo se siente ahora m¨¢s seguro, aunque tambi¨¦n hemos vivido rachas similares que luego no hemos sabido mantener¡±, avisa Eusebio, midiendo la justa distancia que separa la autoestima de la euforia. La Real, en su mejor momento, recibe el domingo al Barcelona, lleno de dudas y aterido cuando le falta la manta de Messi y Luis Su¨¢rez. O la de Iniesta.
Anoeta no es un buen refugio para los ¡°grandes¡±. All¨ª jug¨® el Atl¨¦tico uno de sus peores partidos de la temporada y Luis Enrique se quem¨® en sus inicios al frente del Bar?a con experimentos peligrosos. Si el f¨²tbol es un estado de ¨¢nimo, la Real ahora mismo levita, aunque Eusebio le ata los pies al suelo. Pero sue?a con que no se vuelva a disparar en un dedo ahora que ya cree en s¨ª misma.
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