Tiger Woods regresa con una sonrisa y algunos chispazos de clase
Tras 15 meses de baja por lesi¨®n y a punto de cumplir 41 a?os, el jugador norteamericano vuelve al golf para ser el mejor de la historia
Tiger Woods, que cumplir¨¢ 41 a?os dentro de unos d¨ªas, vuelve a jugar y el mundo del golf, en manos de los j¨®venes herederos, desempolva con fastidio los libros de historia para interpretar su figura.
Con el cuerpo mil veces roto, despu¨¦s de 15 meses apartado de la competici¨®n y varias operaciones para reparar su espalda, el que deber¨ªa ser el mejor jugador de golf de la historia salt¨® al campo de golf de Albany, un refugio de milmillonarios reservados en las Bahamas, lanz¨® la bola con el drive a m¨¢s de 300 metros en la cancha de pr¨¢cticas, pos¨® para los fot¨®grafos, se declar¨® preparado para el desaf¨ªo y sonri¨®.
Mir¨® alrededor y vio que el mundo hab¨ªa cambiado m¨¢s de lo que pod¨ªa haber sospechado. En su ausencia, Nike, su marca de material, ha dejado de fabricar palos de golf y se ha visto obligado a navegar solo en un mundo de novedades tecnol¨®gicas que le desbordan. Y jugadores que nac¨ªan cuando ¨¦l estaba en la cumbre, entre los que empieza a destacar el espa?ol Jon Rahm, uno que aspira a ser un nuevo Tigre, le dicen c¨®mo manejarlas.
¡°Hace un a?o no sab¨ªa siquiera si podr¨ªa volver a jugar. No pod¨ªa siquiera levantarme de la cama, no pod¨ªa ni llevar una vida sedentaria¡±, dijo el martes, en su primera conferencia de prensa pretorneo desde agosto de 2015. Y brome¨®: ¡°Ahora aspiro a mantenerme, al menos, entre los mejores 1.000 de la lista mundial¡±. Al comenzar la semana, Woods era el 898.
El torneo en el que regresa a la competici¨®n lo organiza en Bahamas su propia fundaci¨®n ben¨¦fica con el patrocinio de Hero, una marca de motos india, y no forma parte del circuito oficial de la PGA. Lo disputan solo 18 jugadores, Tiger y 17 m¨¢s. Entre los rivales, todos entre los 40 mejores del mundo, algunos veintea?eros que se disputan su sucesi¨®n en la cumbre: Jordan Spieth, Dustin Johnson, Brooks Koepka¡ Vestido de negro de los pies a la gorra que coronaba una cabeza en la que la perilla alrededor de la boca ya mostraba algunos pelillos grises, Tiger Woods solo necesit¨® tres hoyos para hacer su primer birdie. Llegado al octavo hoyo los birdies ya eran cuatro. Chispazos de genio y su clase de siempre que aguardaban escondidos debajo de varias capas de ¨®xido. Woods ya era l¨ªder. El optimismo se dispar¨®. El futuro. A su alrededor, m¨¢s periodistas por dentro de las cuerdas analizando sus movimientos y gestos que p¨²blico por fuera aplaudiendo sus golpes. Hasta all¨ª, hasta el octavo hoyo lleg¨® su grandeza. En los 12 ¨²ltimos, un solo birdie fue sepultado por dos bogeys y dos dobles bogeys que le hicieron terminar la jornada con +1, pen¨²ltimo, a nueve golpes del l¨ªder, JB Holmes (-8).
Como la de todos los campeones, la carrera de Tiger Woods arranc¨® lineal, imparable, sin aristas, pero solo alcanzar¨¢ verdadera grandeza, la que se logra solo fuera de la excelencia deportiva, cuando supere los obst¨¢culos y pasajes oscuros que le han surgido.
El monopolio de las buenas noticias dur¨® hasta 2008. En 12 a?os, Woods, un prodigio que a los 21 gan¨® su primer Masters, logr¨® imponerse en 14 grandes. Parec¨ªa entonces que el list¨®n que se cre¨ªa imposible de 18 grandes fijado por Jack Nicklaus caer¨ªa inevitablemente, pero desde 2008 no ha vuelto a ganar un grande.
Hubo lesiones de rodilla y hubo, en 2009, una crisis desbocada por un accidente que desencaden¨® un divorcio doloroso, la revelaci¨®n de una conducta de adicci¨®n al sexo, varios meses fuera del circuito y la p¨¦rdida de su aura. Regres¨®, pero nunca volvi¨® a ser el mejor. En los primeros 13 a?os de carrera, logr¨® 65 de sus victorias en la PGA. En los ocho ¨²ltimos, solo 14. El nivel de su grandeza ya no lo dar¨¢n sus n¨²meros, sino su capacidad para reconstruirse, para alcanzar un nivel que le permita decir de nuevo: los 18 de Nicklaus est¨¢n ah¨ª, a mi alcance.
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