El Barcelona golea a la Real en la noche de Mascherano
Los cul¨¦s golean en un partido muy t¨¢ctico, presidido por la alineaci¨®n del argentino y las asistencias del omnipresente Messi
Incluso en el Bar?a del tridente hay partidos reservados a futbolistas esforzados como Mascherano. Acostumbra a pasar en las eliminatorias coperas, o cuando se suceden dos o m¨¢s enfrentamientos entre los mismos equipos, cuando los encuentros se tornan previsibles y demandan soluciones espont¨¢neas, un terreno abonado para Luis Enrique. Lucho se la jug¨® y gan¨® con Mascherano, escudo de un defensivo y muy efectivo Barcelona, siempre liderado en cualquier caso por Messi, con y sin el Jefecito.
La naturalidad, y tambi¨¦n la confianza de la Real, expresadas en la alineaci¨®n y el despliegue del equipo en la cancha, contrastaron con el recelo y la sorpresa que caus¨® el plan del Barcelona. Las ausencias de Iniesta y Busquets no solamente despersonalizan a los azulgrana sino que facilitan el intervencionismo de Luis Enrique. Al t¨¦cnico le encanta barajar las distintas opciones de las que dispone para confundir al contrario, y m¨¢s cuando en el banquillo se sienta un conocido, como era el caso de Eusebio. La apuesta de ayer fue tan desconcertante como acertada porque sali¨® Mascherano. A la hinchada le cost¨® recordar que el ¨²ltimo partido en el que el Jefecito ejerci¨® de mediocentro fue en enero del a?o pasado contra el Athletic.
As¨ª que el partido se disput¨® sobre todo en cancha del Bar?a. Apretaba muy arriba la Real y a los muchachos de Luis Enrique les costaba salir con el bal¨®n, m¨¢s pendientes del pase largo de Cillessen y de atacar el espacio habilitado a espaldas de los adelantados defensas donostiarras, que de combinar en la l¨ªnea de medios, controlada por el desafiante Illarramendi, que la tom¨® con el ¨¢rbitro por la derrota en Anoeta.
A Mascherano nunca se le pidi¨® que tocara, como si fuera un mediocentro, sino que recuperara y taponara, casi siempre muy solvente en la protecci¨®n del campo del Bar?a. Los azulgrana se propon¨ªan anticipar o, si conven¨ªa, chocar, correr y rematar sin pensar al marco de Rulli. Y en la primera ocasi¨®n que traspasaron la divisoria marcaron el 1-0. Umtiti le quit¨® el cuero a Xabi Prieto en un duelo f¨ªsico que los realistas reclamaron como falta, Messi y Luis Su¨¢rez le dieron continuidad a la jugada de manera precisa y Denis Su¨¢rez cruz¨® un disparo al que no supo responder el meta de la Real.
Los repliegues azulgrana funcionaron adem¨¢s tan bien que la Real se atrac¨® de bal¨®n hasta convertirse en un equipo chato, sin profundidad ni malicia, v¨ªctima del empacho t¨¢ctico del Camp Nou. La afrenta blanquiazul fue tan l¨®gica como predecible frente a la capacidad camale¨®nica que tienen los azulgrana con Luis Enrique.
Al Barcelona solamente le falt¨® precisi¨®n y pausa para rematar antes del descanso a la Real. El f¨²tbol se enred¨® poco a poco y a veces deriv¨® en una guerrilla, especialmente cuando interven¨ªan jugadores de sangre caliente como Carlos Vela y Neymar y tambi¨¦n Luis Su¨¢rez, que defiende la pelota y la jugada con su cuerpo de manera intimidatoria, al l¨ªmite del reglamento, poderoso y guerrillero, siempre charr¨²a, ¨ªdolo en Uruguay y en el Camp Nou.
Las distintas refriegas descentraron al Barcelona y dejaron a Willian Jos¨¦ frente a Cillessen. Un mano a mano que parec¨ªa gol o gol para cualquier espectador salvo para el meta del Barcelona. La decisiva intervenci¨®n del portero habilit¨® la contra azulgrana, de tal manera que se pas¨® del posible 1-1 al 2-0 despu¨¦s de una carrera prodigiosa de Neymar. A ??igo Mart¨ªnez no le qued¨® m¨¢s remedio que tirar al brasile?o, de nuevo decisivo ante la Real. A diferencia de Anoeta, sin embargo, Messi no dej¨® anoche que el penalti lo tirara Neymar. El 10 bati¨® con un disparo muy ajustado a Rulli.
El partido se abri¨® con el 2-0. Ya con los jugadores de refresco, las llegadas se sucedieron en las dos porter¨ªas, tanto en la de Cillessen, batido en una desafortunada media salida por Juanmi, como en la de Rulli, superado por Luis Su¨¢rez, habilitado por Messi. La sustituci¨®n de Mascherano propici¨® un nuevo partido, como si la eliminatoria se diera por resuelta, y se ventilara un partido de entrenamiento, amenizado como es norma por Messi. El 10 estuvo presente en los cinco goles, omnipresente y decisivo, hilo del f¨²tbol de un Bar?a contundente y en racha. Los detalles del argentino embellecieron una contienda ¨¢spera, por no decir fea, a veces dirimida en el cuerpo a cuerpo, el tono que han adquirido ¨²ltimamente los duelos Bar?a-Real. Hubo m¨¢s goles que f¨²tbol alrededor de Messi en un partido marcado por el Jefecito Mascherano.
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