El Bayern manda al Arsenal a la lona
El cuadro alem¨¢n gana 5-1 tras deja sentenciado el partido en diez minutos
Nada es como parece cuando una pelota est¨¢ por medio, a todo se le puede dar la vuelta en el f¨²tbol, que seguramente es bello por su naturaleza contradictoria, por esa capacidad que tiene para negar a cualquier rodillo y otorgar oportunidades a los dominados. De pronto un gol ejerce de b¨¢lsamo o de penitencia y lo vira todo. Y una vez virado de pronto llega otra diana y lo gira todo de nuevo en sentido contrario. El gol toca el ¨¢nimo y en el ¨¢nimo est¨¢ la esencia del f¨²tbol, un deporte que tambi¨¦n se juega con las tripas. Bayern y Arsenal fueron y vinieron en un partido que por esas fluctuaciones result¨® bello y que vuelve a alertar sobre el poder¨ªo de los alemanes, inevitables en la consideraci¨®n de favoritos a llevarse la Liga de Campeones, un nuevo episodio de castigo para los gunners. Su t¨¦cnico Ars¨¦ne Wenger hab¨ªa planteado el objetivo de salir vivos de M¨²nich, escamado como estaba porque tras seis a?os cayendo en octavos de final recordaba como en las cinco ¨²ltimas acab¨® abocado al milagro tras el partido de ida. Vuelve a estar en ese d¨ªa de la marmota y a algo m¨¢s porque lo hace en pleno debate sobre su continuidad.
A la media hora de partido el Bayern ganaba por un tanto de ventaja, hab¨ªa manejado la pelota durante tres cuartas partes del partido y completado 260 pases. El Arsenal apenas hab¨ªa completado 40 combinaciones, persegu¨ªa sombras y se incomodaba superado como estaba por un mon¨®logo de su rival, que no goleaba porque igual se pasaba de barroco, como si se empe?ase en marcar gol con diez futbolistas en los ¨²ltimos treinta metros. El Bayern percut¨ªa ante un pelele que boqueaba en las cuerdas. Hasta que lleg¨® el bofet¨®n.
Golpe¨® el Arsenal y lanz¨® a su rival contra la lona. Fue en una acci¨®n epis¨®dica y hasta casual, uno de esos estrepitosos penaltis que solo puede cometer un delantero, desafortunado tambi¨¦n porque Lewandowski acudi¨® a auxiliar a su zaga en la defensa de un saque de esquina, le cay¨® la pelota en el pecho y mientras armaba la pierna para alejarla con una volea se le cruz¨® por el medio Koscielny, que se llev¨® el impacto. Alexis marr¨® el penalti, pero se aviv¨® para marcar en la continuaci¨®n de la jugada. El Bayern, tan plet¨®rico en tantos aspectos del juego, palideci¨® de inmediato. El Arsenal entr¨® en el partido, entendi¨® que ten¨ªa algo que decir en ¨¦l y por unos minutos dej¨® de jugar como un equipo peque?o. Hab¨ªa golpeado, pero se llev¨® el ¨²ltimo sopapo.
El Bayern, a las ¨®rdenes de Ancelotti, fue reconocible durante la primera media hora de partido. Era el equipo de Guardiola, con muchas de las herramientas que dej¨® en tierras b¨¢varas el laureado t¨¦cnico catal¨¢n: posesi¨®n, amplitud, pase, presi¨®n tras p¨¦rdida. Le falt¨® al Bayern esa respuesta r¨¢pida que tambi¨¦n es se?a de identidad. La encontr¨® tras el descanso cuando a toda aquellas cualidades agreg¨® la del contragolpe. En cuanto el Bayern se desat¨® y encontr¨® la mezcla olvid¨® la depresi¨®n en la que le hab¨ªa sumido el empate del Arsenal.
Ocurre adem¨¢s que el Bayern cuando rompe amarras tiene capacidad para fabricar goles maravillosos. El primero abri¨® el partido con esa perpetua definici¨®n de Robben, esa eterna diagonal desde el flanco diestro en la que busca abrir ¨¢ngulo para desatar su zurda. Lo volvi¨® a hacer. Volvi¨® a dejar la pelota en la escuadra lejos de la estirada de Ospina, el elegido de Wenger entre cr¨ªticas porque resulta dif¨ªcil entender que existan suficientes equilibrios que justifiquen guardar a Cech en el banquillo con la m¨¢xima competici¨®n continental en juego. Con todos los problemas que le llov¨ªan, el Arsenal ten¨ªa asumido que deb¨ªa aplicarse en defender, se alz¨® de la lona cuando parec¨ªa noqueado, empat¨® y hasta olisque¨® el segundo gol en los instantes finales de la primera parte. Apenas entonces hubo alguna noticia de ?zil, que volvi¨® a pasar de puntillas sobre el verde. Pero al menos se defendi¨® con bal¨®n, gan¨® aliento, pareci¨® en condiciones de litigar el Arsenal. Hasta que el Bayern retom¨® el control y lo adorn¨® con el frenes¨ª. A todo trapo marc¨® tres goles en diez minutos. Lewandowski mostr¨® su repertorio, cabece¨® como Santillana en el segundo gol y tacone¨® como Djalminha en el tercero para habilitar a Thiago, que anot¨® el cuarto en un remate desde la frontal que toc¨® en Xhaka para despistar a Ospina. Su partido es una magn¨ªfica noticia para la selecci¨®n espa?ola. El gran Thiago, en su mejor versi¨®n, est¨¢ presente.
Por el camino se le quedaron en el limbo al Bayern dos penaltis en los que el quinteto ¨¢rbitral no interpret¨® intencionalidad en sendas manos de Beller¨ªn y Gibbs. Sin respuesta, el Arsenal apenas sali¨® de su campo incapaz de explorar su capacidad para recortar distancias y dejarse un halo de esperanza para el partido de vuelta. Insisti¨® el Bayern, que busc¨® el rep¨®ker y lo encontr¨® con M¨¹ller, que sali¨® con el partido casi acabado y tuvo tiempo para reverdecer laureles tras unos meses complicados que le han llevado a la reserva. Se gust¨® el Bayern. Disfrut¨®, incluso. Si consigue darle continuidad a sus raptos de fertilidad futbol¨ªstica parece complicado imaginar un rival que pueda hacerle frente.
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