La coronaci¨®n de Neymar
El extremo lidera la remontada del Barcelona y hasta Messi se rinde a sus botas
Cuando el colegiado silb¨® tres veces, Neymar se abraz¨® con Messi y Luis Su¨¢rez, con todo el que pasaba por su lado tambi¨¦n, y se quit¨® la camiseta para ondearla hacia la hinchada, la misma a la que le reclam¨® su aliento durante varias ocasiones del partido para despu¨¦s dedicarle el triunfo. Tuvo tambi¨¦n tiempo de encararse con Aurier, que le hab¨ªa dejado m¨¢s de un recado porque sali¨® exclusivamente para pararle, para dar ox¨ªgeno a un Meunier que ya iba con la lengua fuera, y entre medias consol¨® de forma cari?osa a Thiago Silva, su compa?ero de la selecci¨®n. Era el epicentro de la fiesta del Camp Nou ¨Cque aguard¨® en vano durante un cuarto de hora a una nueva salida en escena de los jugadores para alimentarse de los aplausos-, el futbolista que desatasc¨® una eliminatoria hist¨®rica porque nunca antes se hab¨ªa remontado cuatro goles en contra. ¡°Este es el mejor partido de mi vida¡±, reconoci¨® el 11, tan exhausto como feliz. Tanto fue as¨ª que Messi se rindi¨® a sus botas.
Cuando Sandro Rosell lo fich¨®, su escaleta dec¨ªa que era el futuro del f¨²tbol, el sucesor del mism¨ªsimo Messi. Una etiqueta que pareci¨® demasiado generosa en el primer a?o, por m¨¢s que descontara rivales con pasmosa facilidad y con esl¨¢lones de v¨¦rtigo; y que pudo pesarle porque acab¨® en juicio por corrupci¨®n en su contrato y por el que el fiscal pide dos a?os de presi¨®n. Ocurre, en cualquier caso, que Neymar lo aguanta todo. Sobrelleva la presi¨®n judicial, soport¨® las cr¨ªticas de Brasil ¨Cpor sus salidas nocturnas, por sus cortes de pelo y por su incidencia en el juego- hasta que se colg¨® la medalla de oro en los pasados Juegos Ol¨ªmpicos, y tambi¨¦n hace o¨ªdos sordos a quien dice que provoca con su juego, virtuoso como pocos y da?ino como ninguno. ¡°Tiene la cabeza en su sitio. Sabe diferenciar muy bien el f¨²tbol de lo dem¨¢s¡±, argumentan desde las oficinas del Barcelona. Y, aunque nunca ha renegado el brasile?o de sus ambiciones, tambi¨¦n se ha entregado desde el principio a Messi porque sabe que juntos son mejores. ¡°Se prepar¨® para eso. ?l y su entorno sab¨ªan qu¨¦ quer¨ªamos y entendi¨® el papel que deb¨ªa desarrollar¡±, explica uno de los que intervino en su fichaje. As¨ª, no es extra?o que acumule 21 asistencias ¨Cpor 14 goles-, seis m¨¢s que Leo o siete que el otro mosquetero de la delantera, Luis Su¨¢rez.
Frente al PSG ten¨ªa su noche. ¡°Llevaba una semana ansioso, loco por jugar el partido e intentar hacer historia con el Bar?a. Parece que no llegaba nunca, pero al final ha sido maravilloso¡±, reconoci¨® el jugador. Aunque el tanto de Cavani puso a prueba la resiliencia del Bar?a. ¡°Sufrimos un baj¨®n, fue un duro golpe. Pero no nos hundimos y llegaron unos minutos finales incre¨ªbles¡±, convino Neymar. Minutos en los que el 10 se rindi¨® al 11. Entre otras cosas porque Leo le dej¨® chutar un penalti ¨C¨¦l ya convirti¨® el suyo, el primero, y quiz¨¢ entendi¨® que no era bueno verse de nuevos las caras con Trapp- y tambi¨¦n una falta. Acept¨® el desaf¨ªo Neymar, que atin¨® en los dos lanzamientos. As¨ª, a falta de un gol, el brasile?o le llev¨® la contraria a Luis Enrique, que le pidi¨® a Sergi Roberto que aguardara al borde del ¨¢rea para los rechazos. ¡°Le dije, entra que vas a marcar. Y marc¨®¡±, resumi¨® el delantero. No hab¨ªa lugar para llevarle la contraria, toda vez que ley¨® como nadie el encuentro: remat¨® m¨¢s que nadie (seis veces por las cuatro de Messi); puso tambi¨¦n m¨¢s centros que los dem¨¢s en un partido sin carrileros (ocho, como Leo); rob¨® nueve balones, solo tres menos que Umtiti, l¨ªder en la estad¨ªstica; recibi¨® m¨¢s faltas que el resto (siete, por las cuatro de Rafinha); y, claro, perdi¨® 20 balones (por los 13 de Leo). ¡°Es el segundo mejor jugador del mundo¡±, se?alan desde el Bar?a. Y el mejor frente al PSG, la noche de su coronaci¨®n.
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