Por qu¨¦ Guardiola no logra detener la deriva del Manchester City
Las lesiones, la planificaci¨®n deficiente, y la tendencia acomodaticia de un vestuario envejecido que se relaj¨® tras el t¨ªtulo de 2012, lastran al equipo que cay¨® en M¨®naco
Dec¨ªa Alfredo di St¨¦fano que, en sus tiempos, el entrenador era una especie de poliz¨®n de los vestuarios al que se identificaba con una se?al denigrante a la espalda:
-?El t¨¦cnico? ?Qu¨¦ se yo! Era un tipo que se pegaba un esparadrapo en el ch¨¢ndal con las iniciales: "D T".
El m¨¢s en¨¦rgico y gru?¨®n de los capitanes ven¨ªa a indicar que esta funci¨®n la pod¨ªa desempe?ar cualquiera. Cualquiera que supiera dibujar las iniciales de su oficio de ¡®director t¨¦cnico¡¯ con una cinta adherente. Cualquiera que tuviera jugadores que dirigir.
La eliminaci¨®n del Manchester City de la Champions, este mi¨¦rcoles, confirm¨® que bien entrados en el siglo XXI el viejo adagio del f¨²tbol sigue vigente en una industria cada vez m¨¢s condicionada por los presidentes y los entrenadores: la clave del juego son los jugadores. Pep Guardiola, el entrenador m¨¢s influyente en las ¨²ltimas d¨¦cadas, y, probablemente, el m¨¢s capacitado para resolver los dilemas del f¨²tbol contempor¨¢neo, no fue capaz de elevar el nivel competitivo de su plantilla por encima del M¨®naco. Las tasaciones que indica el mercado, una n¨®mina de jugadores de aproximadamente 550 millones de euros frente a otra de 200, solo reflejan una realidad. La Premier distorsiona el valor de sus productos.
El duelo, resuelto con un global de 6-6 que inclin¨® el resultado en favor del equipo que meti¨® m¨¢s goles fuera de casa (3), expuso dos evidencias. Primero, que el M¨®naco tiene un equipo temible en todos los aspectos. Segundo, que el City padece problemas estructurales en el dise?o de su plantilla, agravados por una herencia de pereza y estancamiento.
Sin cimientos
Pep Guardiola nunca alter¨® el orden secuencial en el que tradicionalmente se construyen los equipos. Siempre comenz¨® por intentar dotarlos de un sistema defensivo s¨®lido. Para interpretar su modo de abordar los partidos precis¨® que la base de la estructura, los defensas centrales y el mediocentro, cumplieran requisitos indispensables. En el caso de los centrales, tener buen pie para iniciar la jugada con precisi¨®n, ser veloces para poder defender lo m¨¢s arriba posible, y exhibir una percepci¨®n aguda de lo que sucede en el campo de juego para poder anticiparse al peligro antes de que se produzca, son condiciones primordiales. Cuando Guardiola fich¨® por el City en el verano pasado, solo el belga Vincent Kompany reun¨ªa estas cualidades. Con un h¨¢ndicap insalvable: ten¨ªa 30 a?os y se hab¨ªa pasado las ¨²ltimas dos temporadas reducido por problemas musculares cr¨®nicos.
Sin Stones
El problema capital de la defensa apunta al plan de fichajes. Durante los ¨²ltimos cinco a?os el City configur¨® su plantilla siguiendo l¨ªneas de contradicci¨®n. Hombres como Otamendi o Mangala, ideales para defender en campo propio, se mezclaron con jugadores como Silva y Fernandinho, cuyo perfil es perfecto para practicar un juego de posesi¨®n. Guardiola procur¨® atenuar la incompatibilidad contratando un central con manejo de bal¨®n que fuera t¨¢cticamente capaz. Su prioridad era Leandro Bonucci. Pero puesto que el mercado no ofreci¨® nada mejor, acab¨® fichando a la gran promesa de los zagueros ingleses, John Stones, por algo m¨¢s de 50 millones de euros. A sus 22 a?os, Stones posee todas las condiciones t¨¦cnicas para encajar en el modelo del t¨¦cnico espa?ol. Todas, menos la predisposici¨®n cultural. A Stones nunca lo hab¨ªan exigido tanto, ni f¨ªsica ni mentalmente. Cuando en octubre los resultados comenzaron a ser peores que el juego ning¨²n jugador se mostr¨® m¨¢s ansioso que el joven central. Stones, como varios de sus compa?eros, comenz¨® a jugar como si tuviera serias dudas de poder estar a la altura de lo que le ped¨ªa su entrenador. Defender a 40 metros de su porter¨ªa con el deber de dar el primer pase le result¨® mortificante.
Sin laterales
Descartado Kompany por lesi¨®n, a Guardiola no le qued¨® m¨¢s remedio que retrasar a su mejor lateral. El zurdo Aleksandar Kolarov se convirti¨® as¨ª en el central de referencia del City. Fue un parche. El equipo gan¨® consistencia a costa de una p¨¦rdida irreparable. La recolocaci¨®n de Kolarov despoj¨® al conjunto del ¨²nico lateral capaz de unirse al mediocampo como un volante m¨¢s. La alternancia en los carriles interiores de laterales capaces de asociarse como Alves, Alba, Lahm o Alaba, fue un arma recurrente en los equipos de Guardiola. Ni Zableta, ni Clichy, ni Sagna destacan por su docilidad t¨¢ctica.?
Sin Gundogan
A lo largo de sus tres temporadas en el Bayern, a Guardiola tampoco le acompa?aron los defensas centrales m¨¢s cualificados para interpretar su modo de ver el juego. En general, lo compens¨® con grandes volantes. Hombres capaces de responder a las necesidades del mediocampo como Kroos, Schweinsteiger, Alonso, Thiago, Kimmich, Javi Mart¨ªnez, Lahm o Alaba. Jugadores de una versatilidad y experiencia que en el City solo posee Yaya Tour¨¦. El marfile?o es el mejor centrocampista del equipo de lejos. Su impedimento no es futbol¨ªstico sino puramente biol¨®gico. El carn¨¦ de identidad se?ala que tiene 33 a?os pero se desplaza como si tuviera 40. Para remediar esta emergencia, Guardiola solicit¨® el fichaje de Ilkay Gundogan. Fue un acierto. Pero en diciembre Gundogan se rompi¨® la rodilla y se perder¨¢ lo que resta de temporada.
Sin piernas
David Silva nunca recorri¨® m¨¢s kil¨®metros en toda su carrera que en los primeros partidos que disput¨® con el City esta temporada. Entre los meses de agosto y octubre, los medidores instalados en los techos de los campos de la Premier alertaron a los analistas sobre un hecho inaudito. Obligado por la falta de volantes de nivel, el mediapunta espa?ol, un jugador de esfuerzos espor¨¢dicos, se hab¨ªa convertido por obra de Guardiola en un interior capaz de recorrer grandes distancias a un ritmo continuo en su esquema de 4-3-3. Si hay algo que caracteriza el m¨¦todo de Guardiola es la exigencia f¨ªsica, derivada de la necesidad de atacar y defender en campo contrario durante 90 minutos. Hacia el mes de octubre, el despliegue comenz¨® a decaer. El equipo, acostumbrado durante a?os a las rutinas distendidas de Manuel Pellegrini, no soport¨® la transici¨®n. Guardiola supo que la Premier no es la Bundesliga. Hubo un momento en que incluso el lento Tour¨¦ parec¨ªa m¨¢s veloz que Kevin de Bruyne. Tampoco Silva, de 31 a?os, tard¨® en rebajar sus prestaciones.
Sin goleador
Elevado a los altares de la afici¨®n del City desde que le marc¨® el gol del campeonato al Queens Park Rangers, en 2012, el Kun Ag¨¹ero goz¨® en Manchester de las satisfacciones que se prodigan a los ¨ªdolos de la Premier. Indulgencia total de p¨²blico, medios e instituciones, sumados a un salario desorbitado. Durante un tiempo, Ag¨¹ero gan¨® m¨¢s dinero que Messi. Su vocaci¨®n, ya de por s¨ª tenue, decay¨®. La candidez de Pellegrini aliment¨® la falta de competencia interna y el car¨¢cter suficiente de Ag¨¹ero. Cuando comenz¨® la temporada, el ¨²nico punta de reemplazo para el goleador argentino era Keleichi Ilheanacho, un muchacho nigeriano sin nivel para la Segunda Divisi¨®n espa?ola.
Sin Gabriel Jes¨²s
Probablemente el mayor acierto de la direcci¨®n deportiva del City en los ¨²ltimos a?os fue el fichaje del atacante brasile?o Gabriel Jes¨²s. Este ni?o de 19 a?os lleg¨® procedente del Palmeiras en enero armado de un f¨ªsico prodigioso y una ambici¨®n extra?a en el vestuario del City. Ante la hinchada se represent¨® la figura de un competidor feroz capaz de llegar a los balones que Ag¨¹ero no alcanzaba. Ante el cuerpo t¨¦cnico surgi¨® la pieza perfecta para conectar a lo mejor de la plantilla: Raheem Sterling, Leroy San¨¦, Kevin de Bruyne y David Silva. Apoyados en el primer toque y el desmarque regular de Gabriel Jes¨²s se podr¨ªa componer la delantera m¨¢s r¨¢pida de Europa. Pero Gabriel Jes¨²s se fractur¨® el metatarso y no estar¨¢ listo hasta mayo. De modo que en M¨®naco, despu¨¦s del 3-1, cuando Pep Guardiola en el minuto 84 tuvo que hacer un cambio desesperado, solo pudo quitar a Clichy para meter al ¨²nico nueve disponible para meter el gol que Ag¨¹ero no era capaz de meter: Kelechi Iheanacho.
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