Mesut ?zil: ¡°No le doy valor al dinero¡±
El centrocampista del Arsenal y de la selecci¨®n germana repasa su vida con motivo de la publicaci¨®n de su autobiograf¨ªa
Los aficionados gritan cuando Mesut ?zil (Gelsenkirchen, Alemania; 28 a?os) sale del hotel de la selecci¨®n alemana. El jugador hace un breve saludo con el m¨®vil en la mano y sigue su camino. Dispone de poco tiempo. Debe tratarse una contractura muscular que no le deja tranquilo y todav¨ªa tiene que firmar un par de libros en cuya cubierta aparece ¨¦l mismo. Se acaba de publicar su autobiograf¨ªa, Die Magie des Spiels [La magia del juego].
Pregunta. ?Qu¨¦ impulsa a una persona de 28 a?os a escribir su autobiograf¨ªa?
Respuesta. Llevaba tiempo d¨¢ndole vueltas a la idea porque ten¨ªa ganas de contar mis experiencias desde mi infancia hasta el presente. En mi vida han pasado bastantes cosas, la verdad. Estoy muy orgulloso del libro. Cuando lo tuve en la mano por primera vez hace un par de semanas, se me puso la piel de gallina. De repente, tienes tu vida en tus manos [risas].
P. ?Le ha costado mucho esfuerzo?
R. Un poco, s¨ª. Tambi¨¦n he necesitado valor. Pero quer¨ªa hacerlo. Se dec¨ªa y se escrib¨ªa tanto sobre m¨ª que sent¨ª la necesidad de aclarar algunas cuestiones. Hab¨ªa cosas que necesitaba hacer p¨²blicas. Sienta bien expresarse con toda franqueza.
P. Entre otras, cuenta que su padre, que fue su representante hasta 2013, no logr¨® llevar a buen puerto las negociaciones con el Real Madrid.
R. S¨ª. Muchas veces me preguntaban por qu¨¦ hab¨ªa dejado el Madrid. Para m¨ª era importante contar la verdad al respecto y, sobre todo, explicar a los seguidores del equipo la raz¨®n del traspaso.
P. Su padre, explica, se pele¨® con Florentino P¨¦rez, el presidente del Real Madrid.
R. S¨ª, pero no estoy enfadado con ¨¦l. En la conversaci¨®n con P¨¦rez le falt¨® la experiencia necesaria y las cosas subieron de tono. Eso fue todo.
P. A ra¨ªz de este asunto, en octubre de 2013 decidi¨® prescindir de su padre como representante. Entonces usted ten¨ªa 24 a?os. ?C¨®mo se aborda una conversaci¨®n as¨ª?
R. Cuando alguien se separa pronto de su familia porque se va a jugar a otro sitio, como me pas¨® a m¨ª, se vuelve independiente muy temprano. Te haces adulto antes. Aprend¨ª a tomar decisiones siendo muy joven, aunque fuesen dif¨ªciles. Tambi¨¦n aprend¨ª algo que concuerda con mi personalidad, y es que vale m¨¢s decirle directamente a la gente si hay algo que no va bien o que no quieres.
P. Aunque sea su propio padre.
R. Exacto. Le repito que no estoy enfadado con ¨¦l por lo que pas¨®. Todav¨ªa no estaba preparado para negociar con profesionales como P¨¦rez. Por eso le dije que ¨¦l era mi padre, que yo le ten¨ªa cari?o, pero que no quer¨ªa que siguiese siendo mi representante.
P. ?Le daba miedo hablar con ¨¦l?
R. No. Miedo no es la palabra. Mi padre tiene una personalidad dominante, pero tambi¨¦n ¨¦ramos como amigos, hab¨ªamos hablado mucho. Yo confiaba en ¨¦l y le hab¨ªa contado muchas cosas. A pesar de todo, tuve que tomar esa decisi¨®n y prescindir de ¨¦l como representante. Naturalmente, para los que venimos de pa¨ªses del sur, hacer algo as¨ª no es f¨¢cil [risas].
P. Despu¨¦s de eso, ¨¦l cerr¨® su cuenta de Twitter y perdi¨® millones de seguidores.
R. Efectivamente. Hab¨ªa muchas emociones en juego, se sinti¨® atacado. Puedo entenderlo. Al fin y al cabo, soy su hijo. Estaba decepcionado.
P. Hasta los cuatro a?os solo habl¨® turco, a pesar de que viv¨ªa con su familia en Gelsenkirchen.
R. Efectivamente. En mi familia seguimos hablando solamente turco. Mi educaci¨®n tambi¨¦n fue turca.
P. ?Qu¨¦ significa una educaci¨®n turca?
R. En la cultura turca es importante ser muy cort¨¦s y respetuoso, sobre todo con los mayores. Adem¨¢s est¨¢n la fe, la comida, mucho amor y mucha confianza en la familia.
P. ?C¨®mo se las arregl¨® para pasar de esa sociedad turca relativamente aut¨¢rquica a la sociedad alemana?
R. No fue f¨¢cil. Yo no fui a preescolar, sino a una escuela preparatoria. Como es l¨®gico, all¨ª el problema era que, as¨ª, a ojo, el 99,9% ¨¦ramos extranjeros y habl¨¢bamos turco entre nosotros. Solo hablaba alem¨¢n con el profesor. M¨¢s adelante, en el colegio, tambi¨¦n hab¨ªa muchos turcos. No me fue f¨¢cil aprender alem¨¢n. Todav¨ªa hoy tengo que concentrarme cuando lo hablo.
P. A pesar de haber crecido en un ambiente que se podr¨ªa calificar de ¡°burbuja turca¡±, ?en Alemania se ha sentido siempre en casa?
R. Esa no fue mi sensaci¨®n, de ninguna manera. No exist¨ªa una ¡°burbuja turca¡±, como usted la llama y, fuera de ella, un entorno alem¨¢n. Todo era lo mismo. Para m¨ª, Alemania fue mi hogar desde el primer momento. Cuando estaba de vacaciones, enseguida echaba de menos el pa¨ªs y Gelsenkirchen. En mi ciudad me sent¨ªa a gusto, y hoy en d¨ªa sigo sintiendo nostalgia cuando no estoy all¨ª. Pero vuelvo a menudo. La ¨²ltima vez, hace poco.
P. ?Y c¨®mo fue la experiencia?
R. Maravillosa. Mi madre sigue viviendo all¨ª. Salgo a dar una vuelta con mis antiguos compa?eros. En alg¨²n momento, siempre nos pasamos por la ¡°jaula de los monos¡±.
P. Se refiere al campo vallado en el que jugaba al f¨²tbol cuando era ni?o.
R. Exacto. Tiene una caja donde est¨¢ el equipo el¨¦ctrico. Nos sentamos all¨ª, hablamos de los viejos tiempos y comemos pipas de calabaza y de girasol. Por desgracia, ya no hay mucha actividad. He visto pocos ni?os. Antes, el campo estaba repleto toda la tarde. Si tenemos tiempo y no hace demasiado fr¨ªo, jugamos un poco. No hay nada mejor.
P. ?Cu¨¢ntos verdaderos amigos tiene?
R. Unos cuantos. Unos 10, o tal vez 15.
P. Las estrellas de f¨²tbol tienen mucha gente revoloteando a su alrededor.
R. Lamentablemente, s¨ª. Cuanto m¨¢s alto llegas, m¨¢s gente quiere algo de ti. Son personas que quieren sacar provecho, que quieren hacer negocio vali¨¦ndose de m¨ª. A veces, al final ha resultado que no eran mis amigos, sino que me hab¨ªan utilizado y nada m¨¢s. Por eso ahora solo me rodeo de personas de mi absoluta confianza.
P. A muchos de sus antiguos amigos les ha debido de costar m¨¢s que a usted hacerse un sitio en el mundo.
R. El f¨²tbol me ha ayudado much¨ªsimo, desde luego. Enseguida empec¨¦ a jugar en las selecciones juveniles, lo cual me proporcion¨® contactos totalmente diferentes de los que ten¨ªan mis amigos de Gelsenkirchen. Nunca fui un extra?o del todo, pero a pesar de ello, siempre tuve que ser un poco mejor que mis compa?eros alemanes.
P. Hemos hablado mucho de su parte turca. ?Tiene tambi¨¦n una parte alemana?
R. Por supuesto. Soy muy puntual y muy disciplinado. Tambi¨¦n muy sincero. Para m¨ª, todas estas son caracter¨ªsticas alemanas que muchas veces he visto en los alemanes y he vivido en su compa?¨ªa. Me siento muy agradecido de llevar las dos culturas en mi coraz¨®n. Yo dir¨ªa que siempre he podido elegir lo mejor de cada una [risas]. Pero, por supuesto, para cualquiera que haya emigrado siendo ni?o, llevar una existencia un poco entre dos mundos es un ejercicio que dura toda la vida.
P. ?En su casa tambi¨¦n se ve? ?Tiene alfombras persas y un reloj de cuco?
R. No, no, las dos cosas no. Me temo que est¨¢ sobrevalorando mi casa de Londres. All¨ª tengo mi refugio, el sitio en el que me retiro y donde puedo relajarme, pero no es una casa de dise?o, ni tampoco est¨¢ abarrotada de cosas.
P. ?C¨®mo es, entonces?
R. Pues me he comprado unos cuantos muebles y los he puesto. Me gustan los muebles de color beige, no los negros ni los blancos. El beige tiene energ¨ªa. El verdadero lujo es tener muchos dormitorios para que mis amigos y mi familia siempre tengan sitio donde quedarse a dormir. Para m¨ª eso es lo m¨¢s importante.
P. Entonces, nada de reportajes para Sch?ner Wohnen.
R. No, ni hablar. No necesito piscina, ni una sala de cine, ni 20 coches.
P. ?20 coches no?
R. No, pero s¨ª tres. Una limusina, un todoterreno y un deportivo, todos de Mercedes. Pero nada de dorados ni esas cosas. Lo que pasa es que me gusta conducir, soy un aficionado a los coches.
P. ?Le dan sensaci¨®n de libertad?
R. M¨¢s bien son momentos de relax. El coche es una especie de oasis de bienestar en el que tengo tiempo para m¨ª. En esos ratos escucho mi m¨²sica, dejo rodar el coche¡ Es fant¨¢stico. Pero no corro.
P. ?De verdad que no?
R. No, eso no es lo importante para m¨ª. Ya s¨¦ que a muchos futbolistas les gusta pisar el acelerador. En mi caso, al volante prefiero relajarme.
P. ?Qu¨¦ significa para usted ser rico?
R. No es tener mucho dinero, desde luego. Cuando tengo cerca a mi familia y a mis amigos, y les va bien a todos, siento que soy rico. Por supuesto, la salud tambi¨¦n cuenta. Aunque suene raro, nunca le he dado mucho valor al dinero.
P. Eso solo lo puede decir alguien que lo tenga.
R. Puede ser, pero es la verdad. Naturalmente, el dinero te facilita muchas cosas en la vida. Sin embargo, yo he vivido las dos experiencias. En mi infancia no ten¨ªamos mucho, y ahora me va bien. Pero en ambas situaciones he sido feliz.
P. ?C¨®mo era su vida en su infancia?
R. No pod¨ªa tener las botas de f¨²tbol de ¨²ltimo modelo. Al rev¨¦s. A veces las pegaba con cinta adhesiva para que durasen m¨¢s. Al principio me daba un poco de verg¨¹enza, porque hab¨ªa gente que me miraba raro, y yo me daba cuenta. Pero luego, en el campo, a los que llevaban las mejores botas les ense?aba lo que era bueno. Entonces ya nadie se atrev¨ªa a abrir la boca [risas].
El contenido de esta informaci¨®n ha sido elaborado en virtud de la integraci¨®n del diario EL PA?S en LENA: Leading European Newspaper Alliance. Traducci¨®n de News Clips.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.