El Atl¨¦tico de Madrid resiste ante el Leicester y sigue en la ¨¦lite
El equipo de Simeone disputar¨¢ sus terceras semifinales en las cuatro ¨²ltimas temporadas tras empatar con un cabezazo de Sa¨²l
En un estadio de cl¨¢sica atm¨®sfera brit¨¢nica, contra el ¨²nico superviviente de la Premier y quiz¨¢ su m¨¢s genuino representante, el Atl¨¦tico certific¨® su pase a semifinales, la sexta en la historia del club. La tercera en las cuatro participaciones de la era Simeone. El registro es hist¨®rico. Una palada de prestigio m¨¢s en el asentamiento del club entre la aristocracia del f¨²tbol europeo en este ¨²ltimo lustro. Nunca ha estado el Atl¨¦tico tanto tiempo instalado entre los mejores equipos del continente. Su t¨¦cnico y sus jugadores parecen mantener un idilio especial con la competici¨®n en el que solo les falta la conquista. De nuevo, est¨¢n a tres partidos de alcanzar ese logro que terminar¨ªa de rociar de gloria a ellos y a la entidad.
Tuvo que sudar y sufrir en la ¨²ltima media hora con el gol de Vardy. Ah¨ª emergi¨® con fuerza esa mezcla de ataque en oleadas, de balones colgados y entusiasmo de la grada que revivieron el costumbrismo de cualquier coliseo ingl¨¦s. Cumplido el minuto 90, con la desesperaci¨®n y la certeza de que ya no habr¨ªa otro milagro, la hinchada se puso en pie para despedir a su equipo. Hasta aqu¨ª lleg¨® el Leicester, el equipo que firm¨® la temporada pasada una de las grandes historias para recordar. M¨¢s all¨¢ de la rudeza de su estilo, cay¨® como un campe¨®n.
La histri¨®nica parafernalia ac¨²stica ya hab¨ªa abierto un partido trabado. Un combate de segundas jugadas plagado de imprecisiones en uno y otro equipo. El Leicester sali¨® a jugar ese partido de retales y migajas: un saque de banda per aqu¨ª, un rechace por all¨¢, un pelotazo largo a la b¨²squeda de Vardy o un saque de esquina jaleado como un gol. Todo muy british. A ello trat¨® de contestar primero el Atl¨¦tico desde la alienaci¨®n. Finalmente Simeone eligi¨® a Gim¨¦nez para blindar el centro del campo junto a Gabi, con Koke y Sa¨²l en los costados y Griezmann y Carrasco en punta. De nuevo, la f¨®rmula de los cuatro mediocentros, la misma alquimia con la que la temporada pasada se col¨® en la final tras deshacerse del Bayern de M¨²nich.
El planteamiento le dio a Simeone para igualar la intensa lucha de trincheras en el medio del campo, pero no le gener¨® juego. Hasta que Koke, Sa¨²l, Carrasco y Griezmann empezaron a jugar con cierto criterio por abajo. Un par de combinaciones r¨¢pidas sacaron los colores y los kilos de Wes Morgan y Benalouana y la falta de velocidad de Fuchs y Simpson. En ese crecimiento del Atl¨¦tico, empez¨® a imponerse a Sa¨²l. Su gobierno durante un buen tramo del primer tiempo comenz¨® con un par de controles de espaldas apareciendo por la mediapunta. Sigui¨® con un par de arrancadas antes de aparecer por el ¨¢rea de Schmeichel para poner distancia en la eliminatoria. Su cabezazo a la media hora de juego fue magistral. Un frentazo teledirigido a la base del poste.
Balones a¨¦reos
El tanto apag¨® el King Power y le dio al Atl¨¦tico una superioridad an¨ªmica que le llev¨® a tratar de controlar el partido desde la posesi¨®n. Cosi¨® varias jugadas de mucho toque ante un rival muy tocado que apenas amag¨® con un disparo de Mahrez. Tanta pelota sin terminar las jugadas desesperaba a Simeone. En ese tramo de dominio absoluto, dio la sensaci¨®n de que el Atl¨¦tico pod¨ªa aumentar su cuenta. No lo hizo y le dio vida al Leicester para el segundo tiempo.
Sali¨® encendido el equipo de Shakespeare, consciente de que solo al toque de corneta pod¨ªa lograr la proeza de hacerle tres goles al Atl¨¦tico. Por fin emergi¨® Mahrez, Albrighton empez¨® a perforar la banda de Juanfran, y Ulloa, que entr¨® por Okazaki, y Vardy aparecieron m¨¢s para incomodar a God¨ªn y a Savic. Fue Vardy el que recogi¨® esa migaja que tanto esperaba el Leicester. Tras un barullo en el ¨¢rea y varios despejes sac¨® un remate con el tobillo que super¨® a Oblak.
Con el 1-1 el King Power se conect¨® y el Leicester subi¨® a¨²n m¨¢s sus revoluciones. La lesi¨®n de Juanfran oblig¨® a Simeone a dar entrada a Lucas y recolocar a Savic de lateral. Media hora por jugar y una carga de balones laterales a¨¦reos que defender. Savic evit¨® el 2-1 en otro barullo en el ¨¢rea de Oblak. De haber entrado ese remate, lo hubiera pasado muy mal el Atl¨¦tico en los 10 minutos que restaban. A la tensi¨®n rojiblanca por el acoso local se uni¨® tambi¨¦n la lesi¨®n de Filipe Luis.
La entrada de Torres y Correa le dio aire en ataque y piernas para tratar de sentenciar a la contra. Pudo hacerlo en un par de ellas, pero las ejecut¨® mal. Sobre todo una de Griezmann en la que el franc¨¦s pec¨® de individualista cuando ten¨ªa a Torres solo a su derecha. Ah¨ª, Griezmann jug¨® m¨¢s pensando en el prestigio que le hubiera dado culminar esa jugada que en el equipo. Y esa nunca fue ni su t¨®nica ni la que pregona su entrenador. Ni lo que ha llevado al Atl¨¦tico a jugar tres semifinales en cuatro a?os.
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