Gaviria infalible vence en Messina
Segundo triunfo al sprint del colombiano, que viste tambi¨¦n la maglia ciclamino de la regularidad
A Gaviria le esperaban sus padres en la meta de Messina, y le felicitaron por su victoria, como antes lo hab¨ªa hecho Andr¨¦ Greipel, el rival derrotado, que tambi¨¦n le ceder¨¢ la maglia ciclamino, un color muy Giro, primo hermano del morado y del carmes¨ª, que premia al primero en la clasificaci¨®n por puntos. Por primera vez en este Giro la maglia rosa no cambia de due?o tras la etapa; sigue en posesi¨®n del luxemburgu¨¦s Bob Jungels, compa?ero de equipo del tan felicitado Gaviria.
A¨²n estando en terrenos de la Fata Morgana, la que hace errar con visiones falaces a los navegantes en el estrecho, la victoria clara del colombiano, su segundo sprint ganador en el Giro tras el del domingo en Cagliari, otra ciudad isle?a y portuaria, no tuvo nada de espejismo, un efecto que sufri¨®, como un coitus interruptus, el joven (23 a?os) debutante esloveno Luka Pibernik. Pibernik es compa?ero de equipo del rey del lugar, el Vincenzo Nibali? llamado el Squalo dello Stretto (El tibur¨®n del estrecho) porque naci¨® y se cri¨® en la Messina siciliana, y, motivado, arranc¨® con decisi¨®n tras la vuelta al ruedo que devolv¨ªa al pelot¨®n a la longil¨ªnea v¨ªa Garibaldi, la largu¨ªsima recta de meta. Pas¨® destacado bajo la pancarta del ¨²ltimo kil¨®metro Pibernik y cruz¨® destacado la meta, y, sordo al tintineo de la campana que advert¨ªa de que quedaba una vuelta al circuito, levant¨® los brazos en ¨¦xtasis feliz, como corresponde. Pero, inmediatamente, se percat¨®, como quien recibe una ducha fr¨ªa que le vac¨ªa el ¨¢nimo, de que nadie acud¨ªa a felicitarle, ni c¨¢maras, ni fot¨®grafos, ni periodistas. Peor a¨²n, pocos segundos despu¨¦s, el pelot¨®n le adelant¨® indiferente a toda velocidad. Como comprob¨® el joven esloveno, el espejismo de la victoria puede a veces ser peor que la constataci¨®n de la derrota.
Quedaban a¨²n seis kil¨®metros por el asfalto liso de la ¨²ltima ciudad siciliana antes de que el Giro comience, el jueves, a ascender la bota peninsular. El Quick Step del l¨ªder y de Gaviria tuvo tiempo para organizar su tren limpio y lanzar al colombiano infalible, de 22 a?os, a por su segunda victoria. En la recta, el excelente pistard colombiano se manej¨® con reflejos y decisi¨®n. Llegado el momento clave, abandon¨® la rueda de su lanzador, el argentino Richeze, para saltar a la de Bennett, el irland¨¦s del Bora, que fue el primero de los sprinters en lanzarse hacia la meta. Con seguridad y velocidad, Gaviria le super¨® y resisti¨® la llegada a ¨²ltima hora del italiano Mareczko.
En el peligroso circuito final, que llamaba a la atenci¨®n extrema, los favoritos sumaron un d¨ªa m¨¢s de lo que se llama cansancio invisible, la fatiga provocada por el estr¨¦s adrenal¨ªnico a que someten a su organismo en los kil¨®metros finales de las etapas llanas, los de la lucha por la posici¨®n y el nervio.
Los italianos lamentan la ausencia de los suyos en los podios en los cinco primeros d¨ªas de Giro, una circunstancia que achacan al envejecimiento de su ciclismo (sus campeones pasan de los 30, como los espa?oles) y rejuvenecimiento tremendo del pelot¨®n, en el que no tienen sitio los locales: exceptuando a Andr¨¦ Greipel, todos los triunfadores hasta ahora (P?stlberger, Polanc, Jungels, Gaviria) han nacido en la d¨¦cada de los 90.
A Gaviria, tan joven y con tanta ciencia en la cabeza y rapidez en las piernas, le apodaron hace unos a?os El Misil, por su velocidad fulgurante. ?l no tard¨® en abominar del apodo, pues, explic¨®, m¨¢s que un artefacto veloz, para ¨¦l un misil es un arma de destrucci¨®n. "No quiero que se asocie m¨¢s a Colombia con la violencia", dice Gaviria, que es un paisa de La Ceja, municipio vecino a Medell¨ªn. Con sus padres en la meta tambi¨¦n estaban su hermana, Juliana, y su cu?ado, Fabi¨¢n Chispas?Puerta, dos pistards de talento. Tan hiperactivos como su pariente triunfador, Chispas, subcampe¨®n del mundo de keirin, y Juliana, velocista, recorrieron la etapa antes del paso del pelot¨®n, dibujando en los lugares m¨¢s visibles (en las curvas del descenso de Taormina, donde Gaviria casi se sale, o cerca de las playas de Naxos) corazones y el nombre de su querido. Podr¨¢n seguirlo haciendo los pr¨®ximos d¨ªas, pero ser¨¢ m¨¢s complicado que puedan volver a felicitarlo por un triunfo de etapa. Los finales de jueves y s¨¢bado, en Terme Luigiane y Peschici, son repechos que har¨ªan las delicias de los ausentes Ulissi o Valverde, y en los que seguramente Nibali organizar¨¢ una nueva guerra de nervios con su temido Nairo. M¨¢s probable es un sprint masivo el viernes en Alberobello, aunque un final en kermesse quiz¨¢s rompa cualquier posibilidad de llegada organizada. Y el domingo llega el Blockhaus, la alta monta?a, donde quiz¨¢s comience un nuevo Giro.
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