Puja r¨¦cord por el enigma Mbapp¨¦
La inmadurez y el car¨¢cter del delantero del M¨®naco, de 18 a?os, inspira dudas entre los seis clubes que compiten por ficharle. La ¨²ltima oferta del PSG alcanza de 135 millones de euros
Ninguna de las industrias que mueven la econom¨ªa mundial creci¨® tanto durante la gran recesi¨®n como el entramado de actividades vinculadas al deporte. A la cabeza de esta marea que roza una facturaci¨®n anual de un bill¨®n de euros se sit¨²a el f¨²tbol. La repentina explosi¨®n del negocio m¨¢s popular del mundo sienta las bases de una realidad comercial por definir, con c¨®digos dif¨ªciles de descifrar por los consumidores-aficionados y tambi¨¦n por los futbolistas. Los empresarios que intervienen en este mercado se?alan que se alumbra una era de posibilidades desconocidas. A?aden que su s¨ªmbolo m¨¢s evidente se manifest¨® esta primavera y es un joven franc¨¦s de 18 a?os. Se llama Kylian Mbapp¨¦, est¨¢ llamado a catalizar toda esta energ¨ªa, y sugiere tantas certezas como dudas.
Paris Saint-Germain, Real Madrid, Arsenal, Manchester United, Manchester City y Liverpool han desplegado toda su fuerza para fichar al jugador del M¨®naco. La maniobra envolvente de estas seis multinacionales compradoras re¨²ne una superestructura sin precedentes de empresas de asesor¨ªa, intermediaci¨®n y an¨¢lisis. Solo los estudios que se han encargado para medir el potencial real de Mbapp¨¦ suponen un gasto de cientos de miles de euros. El sondeo no solo pretende valorarlo en un marco t¨¦cnico y t¨¢ctico. La lupa, sobre todo, busca revelar la viabilidad de la inversi¨®n que se prepara. El M¨®naco, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la operaci¨®n, ha recibido una oferta de 135 millones de euros del PSG y se espera que el Madrid eleve la puja. El PSG posee un inter¨¦s cardinal en el fichaje y un ca?¨®n financiero sin l¨ªmite. Al Khelaifi, su presidente, siempre podr¨¢ ofrecer m¨¢s. Los agentes consultados aventuran que la transacci¨®n alcanzar¨¢ los 150 millones. Ser¨¢, con mucho, el mayor traspaso de la historia, y entra?ar¨¢ un riesgo ins¨®lito. Jam¨¢s se pag¨® tanto por un muchacho tan inmaduro.
Di St¨¦fano fich¨® por el Madrid con 27 a?os; Maradona fich¨® por el Bar?a con 22; Ronaldo Nazario lleg¨® al Bar?a con 19 y un Mundial bajo el brazo; Zidane bati¨® el r¨¦cord del mercado cuando firm¨® por el Madrid con 29 y ya era Bal¨®n de Oro; Cristiano Ronaldo se uni¨® al Madrid con 26; y el United pag¨® 120 millones por Paul Pogba con 23 a?os y un contraste de cuatro temporadas en la exigencia m¨¢xima de la Juventus. Todos ten¨ªan un colch¨®n de experiencia profesional y de crecimiento personal del que Mbapp¨¦ carece.
Uno de los expertos implicados en el seguimiento del delantero, a sueldo de una compa?¨ªa con delegaci¨®n en Francia, pide el anonimato alegando la confidencialidad de su labor antes de emitir su juicio: ¡°El potencial futbol¨ªstico de Mbapp¨¦ es el mayor que se ha visto en el mercado desde que apareci¨® Messi. Con una diferencia: Messi en 2005 no se pod¨ªa fichar porque el Bar?a no vend¨ªa. Desde Ronaldo Nazario en 1996 no est¨¢bamos ante una venta parecida. Cada partido que juega aumenta la certeza de sus condiciones t¨¦cnicas. Pero tambi¨¦n aumentan las dudas sobre su mentalidad. ?C¨®mo asegurarnos de que no se comportar¨¢ como un Anelka o un Kak¨¢? Los desaf¨ªos que le esperan son demasiado grandes como para no reparar en su car¨¢cter¡±.
En el mundillo de los agentes, Nicolas Anelka, el delantero fichado por el Madrid al Arsenal en 1999, es el paradigma del chasco. Los intermediarios que siguen a Mbapp¨¦ recuerdan que hay que doblar las precauciones porque, primero, los jugadores franceses que son referencia en sus clubes fuera de Francia no existen; y segundo porque muchos jugadores como Mbapp¨¦, franc¨®fonos de origen africano, sometidos a grandes expectativas, reaccionaron a las inevitables decepciones con un victimismo autodestructivo. A este sentimiento de persecuci¨®n lo denominan ¡°anelkizaci¨®n¡±. En los ¨²ltimos meses los observadores siguen el protocolo: rastrean signos que permitan proyectar una anelkizaci¨®n. En primer lugar, advierten un atrevimiento desmesurado en su discurso. Mbapp¨¦ ha dicho: ¡°Para aguantar la presi¨®n s¨®lo debo ser yo mismo (...). Estoy en la edad en que tengo necesidad de jugar; esta temporada yo he rendido porque he jugado (...) un jugador que no juega deja de rendir (...) y este par¨¢metro ser¨¢ fundamental para m¨ª (...). Mi futuro lo decidir¨¦ s¨®lo yo. Nadie me impondr¨¢ nada (...)¡±.
En privado, los representantes de Mbapp¨¦ no han rechazado la oferta de nadie. Escuchan a todos los emisarios de todos los clubes. Y no piden minutos. Piden la titularidad indiscutible de su cliente. Sea cual sea su destino.
Ni Maradona
Hay enviados de clubes compradores que indican que ni Maradona ¡ªfamoso lenguaraz¡ª se mostraba tan suficiente cuando lleg¨® al Bar?a en 1982; ni Zidane se permit¨ªa tanto aplomo cuando fich¨® por el Madrid con un Bal¨®n de Oro y un Mundial en su caja fuerte. Echan en falta unas palabras de reconocimiento al M¨®naco, el club que le ha promocionado y que todav¨ªa le paga. Se asombran ante la falta absoluta de miedo en sus palabras y se?alan que el temor en un adolescente es recomendable cuando afronta situaciones que desconoce. Piensan que Mbapp¨¦ se expresa de un modo sospechoso, ante lo cual sugieren dos alternativas. O bien estamos ante un ¡°iluminado¡± ¡ªdicen¡ª capaz de anticiparse a las dificultades inevitables que le esperan en un gran club y sabe c¨®mo gestionarlas; o bien es un imprudente que sufrir¨¢ para adaptarse, como tantos otros bajo el peso del deber de retribuir la inversi¨®n que provocaron.
Antonio Cord¨®n, director deportivo del M¨®naco, dice que Mbapp¨¦ ¡°es un buen chico¡±, ¡°sin prejuicios de estrella¡±. La prensa francesa, por unanimidad, manifiesta la opini¨®n del vendedor.
On the record todo son elogios. Pero los profesionales que velan por cuidar el dinero de la industria que descolla indican que toda prudencia es poca cuando se van a gastar 150 millones en un chico imberbe con aire de profeta.
Rituales fuera del f¨²tbol para dar aliciente al f¨²tbol
La versi¨®n un¨¢nime en la prensa francesa repite que Wilfried Mbapp¨¦, el patriarca, es el rector principal de la ordenada vida de su hijo Kylian, un chico extraordinariamente educado, racional y prudente. La prensa francesa lleva a?os cruzando los dedos para que sus estrellas del f¨²tbol no acaben comport¨¢ndose como pandilleros que viven seg¨²n el c¨®digo del gueto rapero. La aparici¨®n del goleador del M¨®naco es percibida con alivio. El autor de 15 tantos en 29 partidos camino de la conquista de la ¨²ltima Ligue 1, es el portento que todos esperaban para alentar la narrativa nacional, camino del Mundial de 2018.
La prensa es optimista. Los analistas que representan a los clubes que acumulan m¨¢s de 100 millones de euros para fichar a Mbapp¨¦ no pueden permitirse la euforia. Escrutan cada detalle. Y ven con suspicacia los gestos superfluos conque Mbapp¨¦ necesita adornar su juego. Seg¨²n estos expertos, la obsesi¨®n por celebrar los goles como hac¨ªa Thierry Henry y la sorprendente coloraci¨®n de su pelo de rubio platino indican una necesidad morbosa de alicientes. Rituales que den sentido al ejercicio de su oficio, cuando jugar al f¨²tbol, para un chico de 18 a?os, deber¨ªa ser un fin en s¨ª mismo.
En Francia no faltan precedentes de fenomenales futbolistas adolescentes, comedidos y discretos, que luego se gustaron ante la c¨¢mara y finalmente acabaron grabando discos de rap y declarando ante un juez.
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