Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona 92, un volc¨¢n de emociones para el deporte mundial

Hubo quien, concluidos los Juegos de 1992, lanz¨® una propuesta estrafalaria. Que la competici¨®n, tras la ya comprometida cita de Atlanta en 1996, pasara a celebrarse de manera permanente en Barcelona. As¨ª de entusiasmado qued¨® Paul Witteman, periodista de la revista Time, certero a la hora de escoger al rey de la cita: ¡°Magic Johnson ha sido el hombre. Toc¨® el coraz¨®n de la gente con su optimismo y su personalidad¡±. Un rey que no hubiera podido siquiera competir de no haber sido por la votaci¨®n llevada a efecto por la Federaci¨®n Internacional de Baloncesto (FIBA) en abril de 1989. 56-13 fue el recuento que abri¨® la puerta de los Juegos a los jugadores de la NBA, pese al voto en contra de la Federaci¨®n Estadounidense.

El Dream Team liderado por Magic, Michael Jordan y Larry Bird se consagr¨® como la quintaesencia en los deportes de equipo. Gan¨® los ocho partidos que disput¨®, promedi¨® 117 puntos y una ventaja de 43 y su seleccionador Chuck Daly no pidi¨® un solo tiempo muerto. 25 a?os despu¨¦s, aquella formaci¨®n a la que Daly compar¨® con una gran banda de celebridades del rock&roll, mantiene inc¨®lume su aura.

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Los Juegos fueron un volc¨¢n de emociones. Solo hubo un r¨¦cord mundial individual en atletismo. Pero la descomunal marca del estadounidense Kevin Young en los 400 metros vallas sigue vigente. Sus 46,78 segundos superaron los 47,02 de Edwin Moses. Carl Lewis, pese a no clasificarse en los trials para los 100 y los 200 metros, gan¨® el salto de longitud y el relevo 4x100, con r¨¦cord del mundo, y elev¨® a ocho oros su cosecha ol¨ªmpica, rematada con el noveno en Atlanta-96. Linford Christie y Gail Devers fueron los reyes de la velocidad en el estadio de Montju?c. All¨ª se vivieron escenas apote¨®sicas como el triunfo de la mujer que desafi¨® las amenazas por correr sin velo, la argelina Hassiba Bulmerka en los 1.500 metros, la misma distancia en que Ferm¨ªn Cacho llev¨® al ¨¦xtasis a la grada. Y all¨ª dej¨® de ser invencible Sergu¨¦i Bubka y se vivi¨® el conmovedor esfuerzo del brit¨¢nico Derek Redmon. Se lesion¨® nada m¨¢s salir, pero complet¨® los 400 metros a la pata coja, apoyado en su padre, que salt¨® desde la grada. Igualmente desgarradora fue la imagen del tropez¨®n de Devers en la ¨²ltima valla. No pudo repetir el oro de los 100 lisos.

El gimnasta Vitaly Scherbo hizo vibrar al Sant Jordi. Logr¨® seis oros ¡ªcuatro en un d¨ªa¡ª y se emocion¨® con el himno bielorruso. ¡°Detesto el himno y la bandera que nos hab¨ªan impuesto¡±, dijo en referencia al Equipo Unificado (CEI) que agrup¨® a los deportistas de varias exrep¨²blicas sovi¨¦ticas.

La h¨²ngara Krisztina Egerszegi gan¨® tres oros, y en la piscina tambi¨¦n brillaron el australiano Kieren Perkins y los rusos Alexander Popov y Evgueni Sadovyi. Tampoco falt¨® el drama en el agua. El estadounidense Ron Karnaugh era el favorito al oro en los 200 estilos. Acab¨® sexto. Su padre hab¨ªa fallecido seis d¨ªas antes durante la ceremonia inaugural.