A Bale se le agota el cr¨¦dito en el Real Madrid
El gal¨¦s, desconectado en los dos primeros partidos de preparaci¨®n, afronta su quinta temporada obligado a demostrar por fin la categor¨ªa de estrella que se le presupone
Gareth Bale apareci¨® de forma fugaz en el amistoso de ayer entre Real Madrid y Manchester City. El gal¨¦s recibi¨® en campo contrario, sent¨® como si nada a Kompany con un quiebro, aceler¨® hacia Ederson, carg¨® su ca?¨®n izquierdo y la mand¨® a las nubes. Fue nada m¨¢s empezar, en el minuto dos, y fue un visto y no visto. Un espejismo que dur¨® apenas unos segundos antes de que la figura del gal¨¦s se fuese diluyendo hasta pasar completamente desapercibida en la hora que estuvo sobre el c¨¦sped. Desconectado en los dos primeros partidos de preparaci¨®n, al atacante solo le queda ya un cartucho despu¨¦s de cuatro a?os de lesiones, irregularidad y unos pocos destellos de calidad y protagonismo. Su incapacidad para consolidarse como referente y la posible llegada de Kylian Mbapp¨¦ amenazan m¨¢s que nunca su categor¨ªa de intocable en el equipo e incluso su continuidad a medio plazo en el Madrid.
Las primeras sensaciones de Bale en la preparaci¨®n no auguran un cambio positivo. El poder¨ªo f¨ªsico que presupone la fibrosa y potente figura con la que se ha presentado en Los ?ngeles contrasta con las bajas prestaciones mostradas ante United y City. Ni como extremo ni como delantero, movi¨¦ndose por el flanco central, zona en la que pidi¨® jugar con Carlo Ancelotti y Rafael Ben¨ªtez, ha sido capaz de realizar un solo disparo a puerta en 105 minutos de juego. Tampoco de desequilibrar o generar situaciones de peligro en el ataque de un Madrid est¨¦ril en sus dos primeros partidos de pretemporada. Si bien es cierto que la excesiva carga de trabajo propia de la pretemporada suele afectar especialmente a la efectividad en el remate, la ausencia de Cristiano Ronaldo y la salida de ?lvaro Morata dejan bajo m¨ªnimos la capacidad goleadora del Madrid. Por el momento, la mera presencia de Bale y Benzema se confirma insuficiente para un equipo que solo ha visto puerta de penalti y en un remate aislado del canterano ?scar Rodr¨ªguez.
Las cuatro temporadas de Bale en el Madrid evidencian que Zidane no tiene en ¨¦l a un goleador regular. Tan solo en su primera temporada super¨® la veintena (22) y su producci¨®n fue decreciendo hasta los nueve del curso pasado. Los registros anotadores del gal¨¦s son un ejemplo de su decreciente papel en el equipo blanco. El gol decisivo en la final de Copa del 2014 y otro para encarrilar la d¨¦cima Champions, sumado a unos registros notables (22 goles y 19 asistencias) y a un par de destacadas actuaciones en grandes partidos, como en la vuelta de semifinales europeas en M¨²nich ante el Bayern, permitieron a Bale cerrar con notable alto su primer a?o de blanco. Desde entonces la progresi¨®n ascendente que se presupon¨ªa se invirti¨®.
Muchas lesiones
Bale aument¨® su intermitencia y baj¨® su producci¨®n mientras confirmaba una irreversible fragilidad muscular. Las continuas lesiones le han impedido mantener la continuidad necesaria para poder afianzarse en un equipo que apenas ha acuso sus continuas ausencias en estos cuatro a?os. Ni siquiera su lesi¨®n traum¨¢tica en el tobillo derecho en noviembre del a?o pasado, cuando atravesaba su mejor momento y cuando por fin parec¨ªa capaz de asumir la etiqueta de estrella, lastraron a un equipo que se muestra m¨¢s c¨®modo si deshace el tridente de ataque y a?ade un centrocampista m¨¢s a su esquema.
El Madrid se impuso con ese sistema en Cardiff a la Juventus y certific¨® un doblete en el que Bale pas¨® pr¨¢cticamente desapercibido. Su incidencia en la mejor temporada del Madrid en d¨¦cadas fue casi testimonial. Este a?o, su quinto en el Madrid, el gal¨¦s, m¨¢s en el punto de mira que nunca y con Jos¨¦ Mourinho abri¨¦ndole las puertas del Manchester United, est¨¢ obligado a dar un paso al frente que le confirme de una vez por todas como el relevo natural de Cristiano en el extremo izquierdo, cartel con el que lleg¨® al club en 2013. Otra temporada cediendo ante la competencia de jugadores como Isco o Asensio llevar¨ªa al l¨ªmite el debate sobre su continuidad en el Madrid. A Bale solo le queda una bala.
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