El Dios del f¨²tbol
Un todopoderoso que da cr¨¦dito al Madrid y convence a Neymar para abandonar el Bar?a no puede ser de fiar
A Marcos Torres lo conoc¨ª hace unos meses en Pontevedra, durante una tertulia radiof¨®nica conducida por mi idolatrada Gemma Nierga. Insultantemente joven y canchero, el p¨¢rroco de Lal¨ªn es uno de esos curas modernos que te hacen dudar sobre si habr¨¢n estudiado en un seminario o en un potrero de Argentina pues su oratoria tiene algo de gambeta y no dudan en disparar a puerta en cuanto surge la ocasi¨®n. All¨ª estaba ¨¦l, presumiendo de colores y cierta camiseta firmada por Cristiano Ronaldo cuando mi indignaci¨®n dio un paso al frente y le espet¨¦ la pregunta que muchos aficionados del Bar?a nos llevamos haciendo desde que tomamos la primera comuni¨®n: ¡°D¨ªgame, padre: ?por qu¨¦ Dios es del Real Madrid?¡±. La respuesta brot¨® de su boca como si el mism¨ªsimo aludido hablase a trav¨¦s de ¨¦l, adornada su voz con la t¨ªpica expresi¨®n de profunda satisfacci¨®n que delata a un madridista cuando intuye que el rival se consume a su merced. ¡°No creo que Dios sea del Madrid pero s¨ª un poco m¨¢s que del Barcelona¡±, me espet¨® para regocijo mayoritario del p¨²blico presente.
La relaci¨®n de Dios con el f¨²tbol, sea merengue o no, es una realidad que apenas unos cuantos atrevidos osar¨ªan poner en duda y esta misma semana hemos asistido a una nueva confirmaci¨®n de las aficiones del alt¨ªsimo. El encargo recay¨® sobre la figura ungida de Neymar Jr. durante su presentaci¨®n como nuevo jugador del PSG y ante las c¨¢maras de medio mundo, al m¨¢s puro estilo de los grandes telepredicadores del momento. ¡°Habl¨¦ con Dios todos los d¨ªas para que me diera una direcci¨®n correcta y la direcci¨®n que me ha dado, al final, ha sido esta¡±, confes¨® el futbolista brasile?o para pasmo de los presentes. Lo hizo, adem¨¢s, con una seguridad aplastante, sin titubear, como si en cualquier momento estuviese dispuesto a aportar como prueba definitiva del hecho un WhatsApp del propio padre santo con las coordenadas exactas del Parque de los Pr¨ªncipes.
Las palabras de Neymar no solo revelan un inter¨¦s sobrenatural de Dios por el f¨²tbol, tambi¨¦n confirman su car¨¢cter intervencionista, algo que ya se sospechaba desde que Caroline Celico, por aquel entonces esposa amant¨ªsima de Kak¨¢, atestiguase ante los miembros de la iglesia ¡®Renascer en Cristo¡¯ que Dios hab¨ªa colocado el dinero necesario para contratar a su marido en manos de Florentino P¨¦rez: ¡°Fue una gran bendici¨®n porque el Se?or nos quiere all¨ª, en Madrid¡±. No recuerdo cu¨¢ntas veces habr¨¦ tratado de recrear ese momento exacto, el de la entrega, pero siempre me descubro con el vello erizado y la piel de gallina ante la imagen de Florentino palmeando la espalda del creador y trat¨¢ndolo de t¨².
Ante semejante panorama, el desamparo al que se enfrenta cualquier creyente cul¨¦ es clamoroso y ni siquiera el b¨¢lsamo del rezo ofrece consuelo suficiente frente a semejantes pruebas de ama?o. Un Dios todopoderoso, capaz de abrir l¨ªneas de cr¨¦dito al Real Madrid y convencer a Neymar para que abandone Barcelona, no puede ser de fiar. As¨ª las cosas, parece incluso l¨®gico que nuestro venerado Johan Cruyff, siempre un paso por delante, intuyese tan innecesarias las capillas en los estadios de f¨²tbol.
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