Tras ¡°cuatro meses horrorosos¡±, Ruth Beitia est¨¢ por fin en Londres
La campeona ol¨ªmpica de salto de altura, cauta en sus aspiraciones tras sufrir varias lesiones
Quiz¨¢s a su pesar, la carrera de Ruth Beitia, la atleta espa?ola m¨¢s grande, ha terminado girando alrededor de Londres, donde el clima es como el de su Santander, malo. En la capital brit¨¢nica, despu¨¦s de competir en los Juegos de 2012, la saltadora anunci¨® que dejaba el atletismo. Ten¨ªa 33 a?os. No era una mala edad. Hab¨ªa saltado 2m, su mejor marca en una gran competici¨®n, y hab¨ªa terminado cuarta. M¨¢s no pod¨ªa saltar. Parec¨ªa que el futuro ya no le pertenec¨ªa. Meses despu¨¦s, patinando bajo la lluvia de Santander, Beitia decidi¨® que ten¨ªa que regresar, que el hecho de que Londres tambi¨¦n albergara los Mundiales de cuatro a?os despu¨¦s ten¨ªa que significar algo. Londres le deb¨ªa algo, una medalla, y se lo iba a dar.
Ha llegado el 2017. Ninguna de las tres que le derrotaron en 2012 est¨¢ a la vista. El futuro, al parecer, tampoco les pertenec¨ªa a ellas. Chicherova (2,05m) y Sjolina (2,03), est¨¢n fuera de circulaci¨®n por el dopaje ruso; la norteamericana Barrett no ha vuelto a la gran competici¨®n desde entonces.
Ha llegado su momento y Beitia, campeona ol¨ªmpica, est¨¢ en Londres, dispuesta a reclamar lo suyo, pero no est¨¢ como querr¨ªa estar, y tendr¨ªa derecho a pensar que la vida se niega a devolverle aquello que le rob¨®. Toda la culpa la tiene una lesi¨®n (o un conjunto de peque?as lesiones), un acontecer nuevo en la larga carrera de Beitia, que no sab¨ªa muy bien como afrontar. ¡°Hubo muchos momentos de dudas sobre el futuro, pero ahora no quiero ni pensar en ellos¡±, dice. ¡°Mis 38 a?os ya me dan para plantearme cosas, s¨ª, pero ahora solo pienso en competir
La saltadora m¨¢s longeva del mundo, y con m¨¢s tiempo de permanencia en los podios de todo tipo de competiciones internacionales ¨C15 medallas comenzadas a recoger en 2005¡ªretorn¨® a Cantabria en el mes de junio para tratar de volver a comenzar de cero la temporada. Habla de ello como se habla de una tragedia. ¡°He vivido por primera vez en mi vida cuatro meses horrorosos sin saber estar acorde con la situaci¨®n¡±, dice. ¡°Nunca hab¨ªa estado tanto tiempo lesionada. Ha sido una especie de pesadilla que no sab¨ªa si iba a terminar, pero ahora piso la realidad¡±.
La realidad es m¨¢s dura de lo que esperaba la campeona de R¨ªo. Despu¨¦s de saltar 1,98m para ganar el campeonato de Espa?a en pista cubierta en febrero y lograr en marzo la plata en los Europeos de pista cubierta de Belgrado, la c¨¢ntabra ha tenido varias competiciones en las que no ha logrado llegar a 1,90m, y solo en Madrid, el 14 de julio lleg¨® a 1,94m de nuevo. Pocos cent¨ªmetros para afrontar a las mejores del mundo. ¡°Mi verdadera competici¨®n, en realidad, es la calificaci¨®n del jueves. Y si logro pasar a la final, pensar¨¦ en poder rozar las medallas¡±.
Con sus marcas no tan buenas y un regreso de nuevo a la carrera saliendo de parada, nueve apoyos hasta el list¨®n, la t¨¦cnica que la llev¨® al oro de R¨ªo y que abandon¨® a principios de a?o, Beitia tendr¨¢ delante a una saltadora de ¡°otra ¨®rbita¡±, la rusa Mariya Lasitskene (a la que cuando usaba su apellido de soltera, Kuchina, Beitia derrot¨® en el Europeo de Z¨²rich 2014 antes de sucumbir ante ella en el Mundial de Pek¨ªn 2015), que este a?o ha saltado 2,06m, una altura de otros tiempos, rozando los 2,09m de Stefka Kostadinova, record mundial desde hace 30 a?os. ¡°Estando una como ella pensar en ganar este Mundial es un poco incre¨ªble. Es impensable¡±, se?ala. Las dem¨¢s son las de siempre --Airin? Pal?yt?(2,01m), Vashti Cunningham (1,99m), Kamila Li?winko (1,98m)¡--, rivales a las que casi siempre ha ganado, a las que no teme. ¡°Ya doy m¨¢s velocidad a los ¨²ltimos pasos, lo que me faltaba, y estoy trabajando para acortarlos¡±, dice, optimista. ¡°Saliendo de parada estoy m¨¢s c¨®moda, estable y controlada. Tengo m¨¢s tiempo para pensar en cada uno de los apoyos¡¡±
El jueves, a partir de las 20,10, la Beitia que ya no habla del atletismo como diversi¨®n, como antes, durante y despu¨¦s de R¨ªo, sino de dudas y tormentos, comprobar¨¢ si Londres, la ciudad que la ech¨® del salto y la oblig¨® a regresar, le devuelve por fin su bien.
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