Fest¨ªn goleador para abrir la Premier

Le acaban de fichar a un compatriota, Lacazette, con la mayor inversi¨®n econ¨®mica de la historia del club para ponerle en el disparadero. ¡°Tengo demasiados delanteros¡±, dijo esta pretemporada Ars¨¨ne Wenger. No cesan los rumores sobre su salida del Arsenal, pero Olivier Giroud es el indiscutible h¨¦roe del equipo. Bati¨® el ¨²ltimo penalti que le dio el triunfo al equipo en la Supercopa inglesa el pasado fin de semana y ahora, saliendo otra vez desde el banquillo, apareci¨® para rescatar a los gunners en la apertura de la Premier League y evitar que sumasen tres derrotas consecutivas en estrenos ligueros en el Emirates. Todo en un fest¨ªn goleador (4-3) con el Leicester, siete tantos en un partido con remontada postrera.

El Arsenal tiene que resolver varios problemas y da la sensaci¨®n de que, por m¨¢s que maniobre, Wenger se encuentra con una manta corta que le destapa pies o cabeza. Con Lacazette y a la espera de lo que ocurra con el futuro inmediato de Alexis S¨¢nchez, que vio el partido desde la grada seg¨²n report¨® el club londinense con problemas abdominales, el Arsenal tiene pegada. Pero justo ahora no le sobra ese f¨²tbol combinativo que tantos a?os atr¨¢s le convirti¨® en uno de los equipos m¨¢s excitantes de contemplar. Imposible no reparar en lo que supone Cazorla, que apenas ha podido jugar 25 partidos en las dos ¨²ltimas campa?as, en este equipo. Mantiene un cierto poso jug¨®n el Arsenal, un rescoldo, pero para colmo arrastra notables ausencias atr¨¢s porque Gabriel y Mertesacker est¨¢n lesionados, Koscielny sancionado y Mustafi, corto de preparaci¨®n se qued¨® en el banquillo. La pelota no sali¨® limpia y tampoco el d¨²o de mediocentros que dispuso Wenger con Elneny y Xhaka le ayud¨® en esa tarea.

As¨ª que el Arsenal marc¨® de inicio, en su primera llegada, pero nunca acab¨® de sentirse c¨®modo en el partido, apenas cuando ?zil le alumbraba. El mediapunta alem¨¢n combati¨® las tinieblas para asociarse con Welbeck y algo menos con Lacazette, delantero que tiene m¨¢s incidencia en el ¨¢rea que fuera de ella. Pero el delantero procedente del Olympique Lyonnais tiene olfato. Abri¨® el candado realizador de la Premier League con un gol de nueve, un remate de cabeza sin despegar los pies del suelo. La primera llegada del Arsenal hizo diana, tambi¨¦n la del Leicester, que antes del quinto minuto ya hab¨ªa empatado tras interpretar a la perfecci¨®n un saque de esquina en corto que acab¨® con un centro profundo que descoloc¨® a la tibia zaga londinense. Okazaki remat¨® la dejada de Maguire y grit¨® que el Leicester sigue entre nosotros, el mismo equipo que necesita bien poco para extraer m¨¢ximo rendimiento, que se acomod¨® en el dominio del rival, en una presi¨®n ante la que no se despein¨® y esper¨® el error para ponerse por delante en el marcador. Fue poco antes de la media hora de partido, cuando parec¨ªa que el Arsenal iba a coger vuelo, pero abort¨® el despegue en una nefasta salida de la pelota en la que entre los centrales y los mediocentros se hicieron un l¨ªo. Err¨® Xhaka al final, que sigue sin mostrar que su valor se acerque a los 45 millones que se pagaron por su ficha hace un verano.

Vardy, que no duda y menos a la contra, aprovech¨® el tach¨®n de su oponente, puso en ventaja al Leicester, acall¨® el Emirates e hizo tiritar a su propietario. El Arsenal ya se pudo caer en ese instante, desconfiado de sus posibilidades, nada sobrado de fe. Okazaki pudo volver a castigarle en otro nuevo error en el despliegue, pero la ¨²ltima acci¨®n de la primera parte le dio vida a los gunners. Y otra vez estuvo ?zil para cocinar la salsa, el empate rubricado por Welbeck, que no dej¨® de circular para convertirse en un segundo delantero centro cerca de Lacazette.

Nada sac¨® al Leicester del partido, ni un gol para abrir la primera parte ni otro para cerrarla. Regres¨® del descanso como si nada, con el poder¨ªo de sus mejores d¨ªas y esa facilidad tan celebrada para sacar fruto de las oportunidades que genera. Le vali¨® otro c¨®rner, esta vez directo al coraz¨®n del ¨¢rea, para volver a ponerse en ventaja en un renacer de la pareja Mahrez-Vardy. La puso el argelino y la remat¨® el ingl¨¦s, que entr¨® como un cuchillo entre la mantequilla del marcaje zonal del Arsenal.

Wenger esper¨® hasta que restaban poco m¨¢s de veinte minutos para rehacer la alineaci¨®n y retirar a Holding y Elneny, dos de los futbolistas que m¨¢s naufragaban. Entraron Ramsey y Giroud para acumular hombres en el frente del ataque. Poco mejor¨® en el Arsenal en lo colectivo, pero s¨ª mucho en lo individual porque Ramsey tiene talento y Giroud el oficio del goleador. El primero se mostr¨® para bajar un centro aparentemente inocuo, orientarse y batir a Schmeichel ocho minutos antes del noventa y poner viento en las velas del Arsenal y en las de Olivier Giroud, del que se apunta que puede salir del equipo, pero que es un favorito de la grada. Marc¨® de cabeza con un zaguero colgado del brazo y desat¨® la pasi¨®n de la grada, que no deja de gozar haciendo los coros mientras adapta su apellido a la tonadilla de Hey Jude. A ese ritmo abandon¨® la gente el Emirates.