El Madrid contra el mejor
Ahora le toca lo m¨¢s dif¨ªcil: hacer girar la rueda de un equipo triunfal y unos jugadores saciados
Si Florentino P¨¦rez no termina sucumbiendo al vicio, ¨¦ste ser¨¢ otro verano en el que el Real Madrid no ficha una s¨²per estrella porque no sabe d¨®nde ponerla. Para que tal situaci¨®n se produzca han de darse muchas circunstancias, la primera de todas haberlo ganado ya casi todo. Pero no tener d¨®nde colocar las estrellas nunca fue un problema en el Madrid para ficharlas; hablamos de un club que, por acumulaci¨®n de gal¨¢cticos, lleg¨® a proponer un ataque formado por Guti, Beckham, Figo, Zidane, Ra¨²l y Ronaldo, en la que Guti era el mediocentro defensivo. As¨ª que, ?qu¨¦ ocurre? Que no se fichan por algo tan antiguo y v¨¢lido en el f¨²tbol: no toques mucho lo que funciona.
Vistas as¨ª las cosas, con la juventud plet¨®rica consolid¨¢ndose en el once o en el estrellato (los Carvajal, Varane, Asensio) y la veteran¨ªa en su edad dorada (Modric, Ramos, Cristiano, Benzema), es dif¨ªcil no caer en el optimismo; hay que remontarse a much¨ªsimo tiempo atr¨¢s para ver tal reconocimiento de interioridad en el m¨¢ximo rival despu¨¦s de las dos derrotas en la Supercopa. A ello contribuye el entrenador elegante y pr¨¢ctico, que ha crecido con el equipo hasta poner sobre la mesa un debate que hace a?o y medio ser¨ªa extraterrestre: el Madrid de Zidane o el Bar?a de Guardiola. Precisamente por esa comparaci¨®n ¨¦ste ser¨¢ m¨¢s que nunca el a?o de Zidane. Ha sido estimulante en la derrota, cuando cogi¨® a un equipo hundido en el 0-4 del Barcelona en el Bernab¨¦u. Ha perseverado en su idea pese a que muchos presum¨ªan de que no sab¨ªa ni ¨¦l mismo cu¨¢l era esa idea. Y ahora le toca lo m¨¢s dif¨ªcil: hacer girar la rueda de un equipo triunfal y unos jugadores saciados, que han empezado una temporada como terminaron otra, envueltos en elogios, aclamaciones y t¨ªtulos.
En el Madrid, territorio de pasiones extremas, los c¨ªrculos virtuosos amenazan siempre con cerrarse antes de tiempo porque no hay mayor enemigo para los blancos que ellos mismos. Las derrotas, los empates y hasta las victorias son a menudo resultados se?alados con esc¨¢ndalo y entre crisis; esto de ahora, sin embargo, puede ser m¨¢s peligroso: el optimismo en el Madrid es euforia, y la tradicional prepotencia blanca que da tantas victorias en atm¨®sferas dif¨ªciles suele volverse en contra y relajar el ambiente. Pocos lo recuerdan por c¨®mo termin¨®, pero uno de los mejores Madrid de los ¨²ltimos 15 a?os fue el de Queiroz; imparable, lujoso y goleador hasta primavera, la estaci¨®n en la que el Madrid ense?a el colmillo y con Queiroz se lo ense?aron a ¨¦l como primera bestia a abatir.
Contra eso, contra s¨ª mismo y su idea deformada en el espejo, es contra lo que tiene que luchar el Madrid.
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