Contador no quiere irse en silencio

Todos contra Froome y Froome contra su sino en la Vuelta a Espa?a. Y en medio, Alberto Contador, despidi¨¦ndose del ciclismo pero no con el saludo del jubilado (Au revoir, ah¨ª os qued¨¢is) sino con la pistola cargada, dispuesto a ser el primero en desenfundar en su duelo al sol (en Nimes quema y quemar¨¢ toda la Vuelta) para salir por la puerta grande, o la de al lado, como si saliera permanentemente de Les Ar¨¦nes de la ciudad taurina francesa, que ya para lo que queda, darlo todo, al puro estilo de Jos¨¦ Tom¨¢s. Froome contra Froome y despu¨¦s contra el resto, que lo primero es lo primero y habita en el cerebro, donde ara?an las decepciones, donde se acumulan los fracasos.

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Y siempre Contador de por medio, ense?¨¢ndole el sill¨ªn (el de Pinto siempre sube de pie, solo se sienta en las contrarrelojes), arrebat¨¢ndole la Vuelta desde que Cobo, El Bisonte, se la quit¨® a Froome por 13 segundos en 2011, cuando el brit¨¢nico nacido en Kenia era el lugarteniente de un Wiggins oto?al. Ah¨ª comenz¨® el trauma de Froome, al mismo tiempo que su ascensi¨®n a los cielos del ciclismo. Ah¨ª comenz¨® su grandeza, a partir de un gazapo del Sky. Y siempre Contador de por medio, el de los tres Giros, los tres Tour, (uno de cada despose¨ªdo por el dopaje de clembuterol) y las tres Vueltas, algo as¨ª como las moscas de Machado, inevitables golosas, pero nada vulgares. Porque nada es vulgar en Contador, escalador y contrarrelojista a tiempo completo, desde sus or¨ªgenes, cuando dej¨® los estudios por amor al arte del ciclismo, y despu¨¦s la cr¨ªa de canarios, y las dos ruedas eran la jaula en la que prevalec¨ªa la libertad y el aire libre.

Contador se despide con el alma en una nube, esperando que su ¨²ltima cita no acabe en el silencio ¨ªntimo de una peque?a plaza. Quiere competir hasta el ¨²ltimo d¨ªa como compiti¨® en el luminoso palmar¨¦s de su historial. Ya no est¨¢, quiz¨¢s, para ganar. Froome es el candidato enrabietado, el enamorado no correspondido de Espa?a con cinco participaciones (tres segundos puestos, un cuarto y un abandono por ca¨ªda), el mejor ciclista del mundo, el rey del puls¨®metro, del cerero atado con un hilo invisible a los pedales que gobierna sus ansias y sus decadencias.

Contador, autojubilado a los 34 a?os, con el proyecto de su equipo continental a trav¨¦s de la Fundaci¨®n que lleva su nombre, el Trek Segafredo, anuncia batalla. ¡°Ser¨¢ mi ¨²ltima carrera, pero vengo a la Vuelta a disfrutarla y a disputarla¡±, lo que en realidad son sin¨®nimos de una misma cosa, porque con m¨¢s fe o menos posibilidades, Contador no entiende el ciclismo sin atacar, sin intentar saber hasta donde llegan sus limitaciones. Las vio en la novena etapa del Tour de Francia. ¡°Ah¨ª vi claro que hab¨ªa que tomar la decisi¨®n de acabar en esta temporada. Iba bien preparado, en el peso justo, pero... lo vi claro y estoy seguro de que mi decisi¨®n que no va a cambiar en funci¨®n del resultado¡±, asegur¨® ayer en rueda de prensa antes de que hoy parta la Vuelta desde la calurosa Nimes, con una contrarreloj por equipos de 13,7 kil¨®metros, que incluye un puerto de tercera categor¨ªa en el recorrido.

Para Contador ¡°Nibali es el que viene mejor preparado, pero Froome es el favorito, por la contrarreloj y porque trae un equipo con gregarios que podr¨ªan ser l¨ªderes en otros equipos¡±. Nibali llega descansado, preparado. Pero no es el ¨²nico candidato: Fabio Aru, vencedor en Espa?a hace dos a?os, no pasa desapercibido, lo mismo que Bardet o los hermanos Yates o Esteban Chaves del Orica. El problema de todos ellos, a excepci¨®n de Nibali, es que tienen que calcular la factura que les pasar¨¢ el Tour. Barguill, otro escalador poderoso, puso la nota en una entrevista realizada el jueves por ni?os al asegurar que su objetivo no es ganar ¡°sino ganar etapas. Por eso, haber si pierdo tiempo pronto para estar m¨¢s libre¡±. Si a los ni?os no se les miente, b¨®rrenlo de las quinielas.

La Vuelta de este a?o presenta como novedad la reducci¨®n de las etapas unipuerto (grandes llanos y escalada final) para recuperar las etapas globales de monta?a donde no importa tanto el final en alto como el sufrimiento continuado, el que duele en las piernas y en el ¨¢nimo. Pero ser¨¢ una Vuelta a Espa?a poco espa?ola, no por salir de Nimes, sino porque solo 26 ciclistas de 198 son nacionales. El ocaso del ciclismo espa?ol coincide con el ocaso de Contador, aunque por distintos motivos. El adi¨®s de Contador es definitivo. Cuando llegue a Orihuela puede recordar a Miguel Hern¨¢ndez cundo escribi¨® ¡°Adi¨®s, hermanos, camaradas y amigos, despedidme del sol y del trigo¡±.