Messi firma el mon¨®logo del Barcelona en la victoria ante el Alav¨¦s
Los azulgrana abaten a un inofensivo Alav¨¦s con dos goles del argentino facilitados por errores individuales del equipo de Zubeld¨ªa
No hay mejor solista que Messi, tambi¨¦n en una orquesta como la del Bar?a, reducida despu¨¦s de la partida de Neymar y la lesi¨®n de Luis Su¨¢rez, expectante con la llegada de Demb¨¦l¨¦ y posiblemente de Coutinho. No queda m¨¢s remedio mientras tanto que insistir con el 10, incluso despu¨¦s de fallar un penalti, como ocurri¨® en Mendizorroza. O marcaba el rosarino o no ganaba el Bar?a. A la causa azulgrana colabor¨® en cualquier caso el Alav¨¦s, un equipo muy defensivo, t¨ªmido y chato, cuya suerte pasaba por marcar antes que el Barcelona. Ocurri¨® que Alexis se equivoc¨® por dos veces en su ¨¢rea y no perdon¨® Messi.
Valverde ha acercado al argentino a la porter¨ªa contraria y el Barcelona ha solventado los dos partidos de Liga por 2-0 y 0-2. El t¨¦cnico interviene en cada encuentro con detalles significativos, respetuoso en Mendizorroza con el estilo y el dibujo en 4-3-3 del Bar?a. Ya recuperado Iniesta, la mayor novedad estuvo en la presencia de Aleix Vidal como extremo derecho, mientras Sergi Roberto regresaba a la demarcaci¨®n de lateral, como en los tiempos de Luis Enrique. Insisti¨® el entrenador con Deulofeu y prescindi¨® de Alc¨¢cer para atacar con dos jugadores de banda y Messi de falso 9. El generoso plan barcelonista exigi¨® una defensa de diez jugadores por parte de un esforzado y solidario Alav¨¦s. Los muchachos de Zubeld¨ªa aguantaron hasta que por fin acert¨® Messi.
Muy bien perfilado, y mejor organizado, el despliegue del Barcelona fue durante un buen rato tan perseverante como inocuo por la falta de pegada, ausentes jugadores desequilibrantes como Su¨¢rez y Neymar. Al Bar?a le cuesta expresar su superioridad en los partidos aparentemente m¨¢s sencillos, como ya sucedi¨® tambi¨¦n ante el Betis, porque ha perdido calidad y poder resolutivo, negado incluso Messi desde el punto de penalti, rechazado el tiro por la excelente intervenci¨®n de Pacheco. El 10 apenas tom¨® carrerilla y tir¨® al lado derecho del portero cuando acostumbra a apuntar a la izquierda, se?al de inseguridad seguramente, afectado el rosario por los tres disparos al palo del domingo en el Camp Nou.
La hinchada de Mendizorroza celebr¨® con entusiasmo el acierto de su guardameta porque interpret¨® que el penalti fue una concesi¨®n del ¨¢rbitro, que apreci¨® falta en un agarr¨®n de Ely a Piqu¨¦ a la salida de una falta botada por Messi. Ni a bal¨®n parado encontr¨® recompensa el Bar?a a su f¨²tbol vivo, excelente en el ritmo y la presi¨®n, acaso poco profundo y nada agresivo, sobre todo en las ¨¢reas, tambi¨¦n en la de Ter Stegen. Ning¨²n jugador simboliz¨® mejor el juego azulgrana que Piqu¨¦, protagonista en su partido 400 del penalti, amonestado despu¨¦s por rematar con la mano un c¨®rner y vencido por la carrera de Sobrino en una transici¨®n estupenda que resolvi¨® Ter Stegen en el mano a mano con el delantero del Alav¨¦s.
El toque de Iniesta
El repliegue es el punto d¨¦bil del Barcelona. El problema en ataque es que sus llegadas casi siempre acaban en el bander¨ªn de c¨®rner, una suerte que no acaba de dominar, falto de altura y fortaleza y de jugadores f¨ªsicos, a excepci¨®n de Piqu¨¦. No tiene m¨¢s remedio el Bar?a que confiar en Messi. El 10 recibi¨® la pelota de Jordi Alba, habilitado por un excelente pase interior de Iniesta, se dio media vuelta y remat¨® con la zurda a la red, tocada la pelota por la pierna de Alexis para desespero de Pacheco. Fue el gol 350 del rosarino en 384 partidos de la Liga.
Messi repiti¨® poco despu¨¦s cuando fue asistido por Alc¨¢cer en una recuperaci¨®n facilitada por un fallo de Alexis. El partido se acab¨® con el 0-2. Los azulgrana se regularon y, ante la poca ofensiva del Alav¨¦s, los espectadores se entretuvieron con alguna aparici¨®n selecta de Iniesta y con los debuts de Enzo Zidane y de Paulinho. El brasile?o entr¨® por Iniesta y el brazalete de capit¨¢n fue a parar al brazo de Messi.
Al 10 se le pone a veces cara avinagrada, y puede que le cueste entusiasmarse todav¨ªa con el nuevo Bar?a. Nadie duda, en cualquier caso, de su compromiso con el equipo, con el juego que siempre defendi¨®, como se advirti¨® en una carrera hacia su propia porter¨ªa en el minuto 90. Messi persigui¨® la pelota en las dos direcciones y marc¨® las diferencias en un partido que siempre gir¨® a favor del Barcelona. Al equipo le falta grandeza, necesitado de refuerzos de categor¨ªa como Demb¨¦l¨¦, que llega hoy a Barcelona. A cambio, ha ganado orden y nervio, circunstancia que habla bien de Valverde, sabedor de que ahora las opciones en la Liga se ganan en los partidos de entretiempo y no en los enfrentamientos directos con el Madrid; salvo que Messi diga lo contrario.
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