Contador no descansa
El ciclista espa?ol lo intenta en un puerto de tercera, pero su intento de escapada naufraga a 2 km de la meta. Victoria de De Gendt al sprint
Donde hay una cuesta est¨¢ Contador. Donde hay una oportunidad de negocio, el ciclista de Pinto, a punto de jubilarse, abre la persiana, enciende la luz e ilumina la carrera con esa bicicleta juguetona y esas piernas nerviosas. Le vali¨® un puerto de tercera (cierto que con rampas exigentes del 12% y el 14%) para, un dia antes del Angliru, cuando los ahorros se protegen en la caja de caudales, Contador decidi¨® marcharse, solo, autoritario, ilusionado como un debutante, feliz con el trabajo cumplido. La subida del puerto de San Mart¨ªn la culmin¨® con un minuto de ventaja. Donde no hab¨ªa nada, salvo una cuesta, Contador se invent¨® una batalla, improvis¨® un susto que acab¨® en truco de magia porque quedaban 15 kil¨®metros hasta la meta, un trayecto largo, imposible, aunque Contador encontrase el amparo de su compa?ero Theuns, que anduvo en la escapada previa. A ambos les cazaron a 2 kil¨®metros de la meta. H¨¦roes derrotados, pero h¨¦roes a fin de cuentas. Contador con todo que ganar y nada que perder, quiso ser ¨¦l mismo. Pod¨ªan haber descansado al calorcito del pelot¨®n y a la brisa de la Playa de San Lorenzo en busca de La Escalerona.
Pero es un inconformista y la madurez ha avivado su juventud perdida. No pas¨® nada, al final, pero si pas¨® que Contador a?adi¨® unos granos m¨¢s de autoestima (quien sabe si de miedo a los rivales), una suficiencia que emparenta con su car¨¢cter guerrillero. Fue el pen¨²ltimo asalto. El ¨²ltimo ser¨¢ ma?ana en El Angliru, (no hay cuestas en Madrid) en busca del podio, de un triunfo de etapa o de sentir el placer de competir como un gusanillo irrefrenable.
Un triunfo espa?ol que ara?¨® el gijon¨¦s Iv¨¢n Garc¨ªa Cortina, que estuvo a punto de ser profeta en su tierra. Arranc¨® con fuerza cuando la escapada inicial se parti¨® en pedazos. Se fue donde luego se march¨® Contador, en esas rampas duras de un perfil enga?oso. Se anunciaba la primera victoria espa?ola de la Vuelta, sonaron algunas campanas, pero Bardet no quer¨ªa irse de vac¨ªo de la carrera. Superado el puerto, Bardet se le acerc¨® e Iv¨¢n Garc¨ªa decidi¨® no arriesgar en solitario. Juntos se fueron en el descenso y en el llano posterior. Pero poco a poco los perseguidores se fueron uniendo como eslabones de una cadena para disputar un sprint reducido. Iv¨¢n Garc¨ªa es rapidillo, pero la fuerza impera. Fue tercero, tras De Gendt, m¨¢s fuerte, m¨¢s calculador y el colombiano Pantano. Sprint de batalladores y fuga del batallador Contador por detr¨¢s. Cuando no espera nada, siempre est¨¢ Contador... e Iv¨¢n Garcia para alimentar los sue?os, aunque los sue?os sue?os sean.
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