Argentina se entrega a la hinchada de Boca para lograr un gol que nunca lleg¨®?

La falta de gol que sufre el equipo de Sampaoli ha obligado a probar de todo. Lo ¨²ltimo, la mudanza del equipo del estadio Monumental, donde juega River, a La Bombonera, la casa de Boca. Seg¨²n el presidente de AFA, Claudio Chiqui Tapia, esa ser¨ªa la soluci¨®n para que Argentina finalmente gane y se acerque al mundial de Rusia 2018. Como era de prever, desde que se anunci¨® el cambio de sede, comenz¨® a jugarse un simb¨®lico supercl¨¢sico entre los equipos m¨¢s importantes del pa¨ªs. Lo que nadie esperaba es que la disputa entre xeneizes y millonarios tambi¨¦n ocurra dentro del estadio.

Cuando faltaba una hora y media para el comienzo del partido, una joven vestida con la camiseta de Argentina dio la nota en una platea baja. Exhibi¨® una pancarta con los colores de Per¨², aunque en realidad se trat¨® de los colores de River Plate. El cartel ped¨ªa por el ¡°Mu?eco a la selecci¨®n¡±, en clara referencia al entrenador del conjunto que por estas horas juega la semifinal de Copa Libertadores. Enseguida, los pocos hinchas de Argentina que quedaban salir del armario acabaron por hacerlo y casi todo el estadio comenz¨® a cantar ¡°Vos sos de la B¡±, recordando el descenso del Millonario en 2011.

Ya no era un misterio para nadie que el estadio estar¨ªa repleto de hinchas de Boca. Incluso, muchos de los asistentes directamente se vistieron con la tradicional casaca azul con la franja horizontal amarilla. La tribuna Norte, en la que habitualmente se ubica la barra brava de Boca, exhibi¨® su cl¨¢sica bandera, aunque con los colores celeste y blanco, que presenta en sociedad a la hinchada: ¡°Jugador N? 12, Argentina¡±. Y si todav¨ªa hac¨ªan falta m¨¢s pruebas, el l¨ªder de La 12, y barra m¨¢s famoso de Argentina, Rafael Di Zeo, se mostr¨® sin problemas en los alrededores del estadio junto con su entorno. No le import¨® que unas 3.000 personas ten¨ªan el ingreso vedado al estadio por tener antecedentes policiales.

Cuando los equipos saltaron al campo, las caretas terminaron por caerse. El atacante de Boca, Dar¨ªo Benedetto, el delantero que Sampaoli puso a prueba en esta ocasi¨®n, fue el primer ovacionado por los cuatro costados del campo. Incluso antes que Messi. Tal ovaci¨®n solo se repiti¨® al promediar el segundo tiempo cuando ingres¨® otro cr¨¦dito de la casa: Fernando Gago, quien tuvo que salir antes de los cinco minutos en cancha por una dura lesi¨®n.

Los minutos se consumieron, las esperanzas tambi¨¦n. Y el aliento fue consumi¨¦ndose con resignaci¨®n. Las ganas y el color dijeron presente, pero el esperado gol de Argentina y los tres puntos, brillaron por su ausencia.