Espa?a cumple hasta el final ante Israel

Un trallazo fabuloso de Illarramendi sell¨® para Espa?a una fase de clasificaci¨®n mundialista fet¨¦n, sin un traspi¨¦. Con los deberes hechos, por Israel no transit¨® una selecci¨®n brillante, pero la Roja de Julen Lopetegui no sucumbi¨® ni en un d¨ªa de ali?o. De nuevo hay a la vista un equipo para el optimismo. En los d¨ªas buenos, que han sido unos cuantos, y hasta en los regulares.

Lopetegui dispuso una alineaci¨®n m¨¢s bien ortop¨¦dica, con solo Sergio Ramos como ¨²nico titular repescado de los que se alistaron frente a Albania. Nuevos jugadores y nueva pizarra. El t¨¦cnico se decant¨® por 4-2-3-1, con Illarramendi en el doble pivote junto al centenario Busquets en detrimento de un volante con ingenio. La f¨®rmula no funcion¨®. La Roja se distingue por su excelente y singular pelot¨®n de interiores con ma?a para el tramo final del ataque. En Jerusal¨¦n quedaron rebajados al doblar el ancla en el eje del campo. Y, sin dem¨¦rito para Illarra, estupendo en sus dos etapas en la Real y finalmente decisivo en Israel, Busi se basta solo como mediocentro. Sus estad¨ªsticas como internacional lo certifican. En sus 99 partidos hasta Israel promediaba 6,4 quites por partido y un 93,6% de precisi¨®n en los pases.

Frente al macizo israel¨ª, con todos los locales empotrados por detr¨¢s de la pelota, a Espa?a le sobr¨® ret¨®rica y le falt¨® perspicacia para saltar la alambrada. Limitada a un sinf¨ªn de toques subordinados en horizontal, nadie tuvo desborde salvo Asensio, que dej¨® varios fogonazos como extremo zurdo. As¨ª, el equipo result¨® muy previsible. Viera, debutante, flot¨® en tierra de nadie, condicionado por la ausencia de socios como el sancionado Silva, el lesionado Iniesta o los suplentes Isco, Koke y Sa¨²l. De hecho, no fueron pocas las ocasiones en las que quien se prest¨® como interior para el ¨²ltimo correo fue Sergio Ramos. Se?al no solo de la atrofia atacante de los visitantes, sino de la montonera defensiva de los israel¨ªes.

Inc¨®moda por su desnaturalizaci¨®n y mitigada por la barricada rival, Espa?a apenas tuvo abordaje. En el primer acto, un disparo lejano de Sergio Ramos y un duelo perdido por Pedro en un duelo esgrimista con Harush, meta local. En el preludio del descanso, hasta Reina tuvo alg¨²n sobresalto. Tampoco estuvo fina la Roja al cortar las contras locales.

Gui?o a Busquets

Descontento con el guion, Lopetegui retoc¨® el equipo en el intermedio. De entrada, Iago Aspas por Sergio Ramos. Un gui?o del seleccionador a Busquets, que se colg¨® el brazalete de capit¨¢n. Con Aspas, el conjunto espa?ol intent¨® cambiar la trama. Sin Ramos redujo la retaguardia y con el gallego reclut¨® a un futbolista original, poco ortodoxo. Aspas es un jugador con m¨¢s alma de delantero que cuerpo para la faena, lo que suple con su pericia y habilidad en el per¨ªmetro del gol. Otro de esos nueves de chistera, tan capaz de anotar como de asociarse. Nada que ver con Aduriz, un cocodrilo en el ¨¢rea. Con ¨¦l y Aspas, Israel se encontr¨® con dos delanteros asim¨¦tricos a los que encadenar.

Poco a poco se articul¨® mejor Espa?a y ya rond¨® m¨¢s el gol. Con Aspas y luego Isco por Aduriz, tuvo otra soltura, algo m¨¢s de fluidez. Hasta que dio con el bingo de Illarramendi, autor de un golazo. Un disparo atronador desde fuera del ¨¢rea que puso el broche al magn¨ªfico tr¨¢nsito de la Roja hacia el Mundial de 2018. En Jerusal¨¦n no se asemej¨® al equipo que ha gobernado con pu?o de hierro y f¨²tbol del bueno la fase de clasificaci¨®n. Normal, en el camino a Rusia ya no hab¨ªa intriga. Siempre fue una selecci¨®n fiable, s¨®lida e incluso brillante en los retos decisivos con Italia. Lopetegui ha sabido enhebrar a la vieja guardia con sus disc¨ªpulos sub-21. El mestizaje ha dado frutos y el curso ha permitido la emancipaci¨®n generacional de aquel grupo juvenil que brind¨® con un Europeo precisamente en Israel (Isco, De Gea, Nacho, Bartra, Carvajal, Thiago, Koke, Morata, Illarra, Rodrigo). Con Isco al frente, la mayor¨ªa se ha liberado del peso de relevar a una Espa?a en transici¨®n tras conquistar las grandes cimas de su historia. El futuro pinta bien.