Nadal escapa de Dimitrov en Shangh¨¢i
El n¨²mero uno resiste al acoso del b¨²lgaro, combativo de principio a fin (6-4, 6-7 y 6-3, en 2h 32m), y se enfrentar¨¢ al ca?onero Cilic (6-3 y 6-4 a Albert Ramos) en su d¨¦cima semifinal de la temporada
Rafael Nadal venci¨® al b¨²lgaro Grigor Dimitrov (6-4, 6-7 y 6-3, en 2h 32m) y logr¨® el pase a las semifinales del Masters 1000 de Shangh¨¢i, el pen¨²ltimo de la temporada. El n¨²mero uno, de nuevo a un nivel extraordinario, volvi¨® a batir al b¨²lgaro, al que ya derrot¨® la semana pasada en Pek¨ªn. De esta forma, el espa?ol certific¨® su magn¨ªfico presente sobre superficie dura (enlaza 15 victorias consecutivas desde el US Open) y se medir¨¢ ma?ana (10.30, Movistar+ Deportes 2) al croata Marin Cilic, vencedor en el pulso contra el catal¨¢n Albert Ramos (6-3 y 6-4).
A diferencia de lo que ocurri¨® la semana pasada en Pek¨ªn, el b¨²lgaro encar¨® a Nadal con un punto m¨¢s de fe. Tiene argumentos de sobra Dimitrov, pero en las situaciones delicadas su brazo tiende a encogerse y su mente se quiebra, excesivamente acelerada, queriendo muchas veces hacer las cosas m¨¢s r¨¢pido de lo que toca y lo exige el guion, el momento. Esta vez, sin embargo, tuvo un punto m¨¢s de temple y se mantuvo en pie sin descomponerse, entero, ofreciendo trazos de ese fuera de serie al que le est¨¢ costando coger el punto de ebullici¨®n, porque lo dicho, tiene tenis, formas y calidad a raudales, pero parece que no termina de cre¨¦rselo del todo.
Pero esta vez s¨ª, crey¨® y jug¨® de maravilla, casi (casi) sin lagunas. Dosis de autoestima para estar conectado todo el rato; saltitos constantes, para no perder electricidad y sostener la alerta, y constantes come on! a su propio o¨ªdo. Todo es poco para frenar a Nadal, a este Nadal plenipotenciario y crudo que no perdona una, aunque se tengan buenas migas con ¨¦l, caso del b¨²lgaro. Tensa y tensa el mallorqu¨ªn hasta que se rompe la cuerda del adversario, como sucedi¨® en el primer parcial, hermoso, jugado de t¨² a t¨² y a cuchillo. Equilibrio desde los dos fondos, peloteos largos e intercambios de poder a poder. Una delicia.
Ahora bien, el b¨²lgaro se relaj¨® medio segundo para tomar aire y recibi¨® castigo, un break que decant¨® la manga (5-4) y empin¨® el terreno para el nueve del mundo. As¨ª se las gasta Nadal, el Nadal que no admite la derrota ni al parch¨ªs, ni permite pensar. El que piensa demasiado, frente a ¨¦l, cae, de modo que Dimitrov?pod¨ªa haberse desenchufado, pero no lo hizo. No renunci¨®. Mantuvo el tipo y no se torci¨® pese al vendaval que se avecinaba. El b¨²lgaro (26 a?os), un esteta de tomo y lomo, tenista de mil recursos y corte aristocr¨¢tico, no parece haber sido dise?ado para correr y bregar, pero la demanda era esa y apret¨® a base de esp¨ªritu proletario.
Las mismas victorias (870) que Agassi
As¨ª se sostuvo, con arrestos y convicci¨®n, la que tuvo en el segundo set. Un segundo acto dispuesto de una forma bien distinta, nada que ver con el arranque del partido. El peaje f¨ªsico hizo que ambos afilasen el servicio y firmasen un pacto no escrito para rebajar la intensidad, porque hab¨ªa un mundo por delante y hac¨ªan falta fuerzas; en el caso de Nadal, por si las moscas, y en el de Dimitrov porque cualquier gota de gasolina es poca en un duelo de larga distancia con el de Manacor. Los dos cumplieron y la historia se fue al tie break, donde hubo un golpe de giro inesperado, porque Nadal amenazaba con romper definitivamente la tarde (3-0 primero y despu¨¦s 4-2 arriba) y su rival pon¨ªa muy mala cara, lamentando ese primer rev¨¦s a la cinta, esas mil¨¦simas de inseguridad que se lo pon¨ªan todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil. Sin embargo, Dimitrov rem¨® y rem¨®, y al final (7-4 en la muerte s¨²bita) obtuvo la recompensa de poder estirar el encuentro.
Atosig¨® y forz¨® a Nadal (20 errores, por los cuatro de un d¨ªa antes frente a Fabio Fognini), pero, en realidad, se trat¨® de un consuelo pasajero, porque el espa?ol rompi¨® el cors¨¦ y fue d¨¢ndole vueltas al yugo, y el b¨²lgaro fue poco a poco perdiendo el aire y asfixi¨¢ndose. Son ya 11 pulsos entre los dos y un 10-1 aplastante favor de Nadal, inmensa la diferencia entre uno y otro. Tuvo Dimitrov una opci¨®n, despu¨¦s de levantar un 40-15 adverso y disponer de la opci¨®n de romperle el servicio, pero no aprovech¨® la buena inercia, no remat¨® y Nadal ¨Cno ha cedido el saque una sola vez en este torneo¨C se hizo grande, gigante, may¨²sculo una vez m¨¢s.
?l s¨ª atin¨®. Estacazo: break, 4-2, brecha. Siguieron los come on! y los susurros de autoayuda al o¨ªdo, los saltitos y los golpes en el pecho, las muestras de fe y autoconvencimiento por parte del b¨²lgaro, pero la suerte era la que era. Es decir, esquiva para ¨¦l, la de Nadal logrando su victoria 870? en el circuito ¨Cla misma cifra que el estadounidense Andre Agassi, sextos los dos en la clasificaci¨®n de la Era Abierta¨C e irrumpiendo otra vez en unas semifinales. Las cuartas en Shangh¨¢i, las d¨¦cimas que firma este a?o, el curso del resurgir y la reinvenci¨®n. Nadal es el rey de la tierra, pero hoy d¨ªa no hay quien le tosa en r¨¢pida. Una brutalidad, se mire por donde se mire.
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